Título original:Ràdios lliures. Un viatge per la llibertat d’expressió Dirección: Toni Silva, Edu García
Guion:Toni Silva, Edu García Productora: Perifèries, Cap de Suro produccions País: Reino de España Año: 2022 Duración: 44 min.
Este sencillo documental nos introduce a la existencia de las cinco radios libres que existen actualmente y desde hace años en el País Valenciano. Éstas son Ràdio Klara, Radio Malva (Valencia), Radioaktiva (Vall d’Albaida), Radio Mistelera (Denia) y Radio Artelaga (Alicante). Hubo algunas más antes, pero por desgracia ya no existen, como por ejemplo Radio Mutant en Alicante. Y también hay muchas otras que aunque no se federan bajo estas identidades, funcionan de manera muy parecida.
Además de sus orígenes y línea vital, se plantean diversas líneas políticas en torno a la lucha por el territorio, por el barrio, en favor de la libre expresión al margen del estado y las grandes empresas, el feminismo, las políticas LGTBI…
Título original: Arte y anarquía Guion: Emilio J. García Wiedemann
Música: Francisco Carrasco Ramos Productora: Fundación de Estudios Libertarios AnselmoLorenzo País: Reino de España Año: 1989 Duración: 35 min.
Este documental analiza la relación entre las corrientes artísticas, principalmente las vanguardias, que se desarrollaron en Europa entre mediados del siglo XIX y mediados del XX con las ideas anarquistas y con el movimiento anarquista. Un documental sencillo, con no demasiado presupuesto, que nos coloca una narración de diversos textos sobre cada corriente artística y reflexiones al respecto junto con imágenes de infinidad de cuadros de la época. Junto a esto, los debates en torno a la figura del artista, la concepción del arte, al servicio de qué debe estar el arte o ser el arte por el arte… Debates que ya se tenían hace 150 años y sobre los que a día de hoy se sigue debatiendo y publicando libros.
Título original: Birdboy
Dirección: Alberto Vázquez, Pedro Rivero
Guion: Alberto Vázquez, Pedro Rivero
Música: Suso Sáiz Fotografía: Ross Emery Productora: Abrakam Estudio, Postoma Studio, Cinemar Films, Uniko País: Reino de España Año: 2010 Duración: 11 min.
Birdboy y Dinki sobreviven a un accidente industrial en su ciudad que les deja secuelas profundas, al igual que a toda la población. Dinki se coloca una máscara y Birdboy se da a la drogadicción. Una interesante historia sobre problemáticas sociales y formas de afrontarlas por parte de sus víctimas.
Título original: Unicorn Wars
Dirección: Alberto Vázquez
Guion: Alberto Vázquez
Música: Joseba Beristain Productora: Coproducción España-Francia; Abano Producions,Autour de Minuit,Schmuby Productions,Uniko. País: Reino de España Año: 2022 Duración: 91 min.
Combinando una estética adorable con cine gore, esta película nos presenta un mundo en guerra entre los osos de peluche y los unicornios por la posesión de un bosque. Las alegorías en este film están bajo cada piedra y a la vuelta de cada esquina, y francamente tendríamos una entrada gigante si analizamos todas, así que vamos a quedarnos en las políticas: estamos ante un panfleto antimilitarista poco velado, con claros tintes ecologistas. Junto a otras cuantas aristas más, como el papel justificador de la guerra de la religión, la lucha por las materias primas justificada por argumento más glamurosos y convincentes, y la confrontación de naturaleza vs. civilización.
Los osos de peluche fueron expulsados del bosque por los unicornios debido a abrazar la civilización y comenzar a explotar los recursos del bosque, y desde entonces envían grupos al bosque para acabar con los unicornios y recuperarlos. Se asientan en pueblos limítrofes al bosque junto a campamentos militares, todo ello aparentemente gobernado por un grupo de oficiales de alta graduación carentes de empatía hacia sus tropas, que disfrutan de todos los privilegios posibles, que recuerdan bastante a la distante oficialidad militar durante la Primera Guerra Mundial. Las escenas de internamiento en el bosque, mediante patrullas dispersas buscando un enemigo invisible, parecen sacadas de otra guerra tan culturalmente denostada en un sentido pacifista como lo fue la Gran Guerra: la Guerra de Vietnam. Y también aparecen otros temas bastante interesantes, como el caudillismo militar, los problemas que presentan las jerarquías, la masculinidad tóxica… Los protagonistas de esta pieza son Azulín y Gordi, dos hermanos, uno azul y otro rosa, que son identidades absolutamente apuestas: el primero es un machirulo que hace bullying, tiene envidia de cualquier cosa que le pueda superar y no ser el centro de atención -aquí hay un poco de masculinidad hegemónica, lo hayan hecho o no con esta intención- y que se siente bastante cómodo dentro de la dinámica militarista, mientras que el segundo no tiene un cuerpo hegemónico por su peso, se muestra servicial en todo momento a su hermano a pesar del bullying que le hace, y prefiere la vida en el bosque y la amistad con los unicornios en vez de la guerra y el expolio de su territorio. Sin lugar a dudas, dos actitudes actualmente existentes frente a la guerra, el odio, los recursos, la civilización y la escalada militarista.
Además, es una película muy entretenida, y con una moraleja cuanto menos perturbadora. Muy recomendable.
La dama de oro, nombre que recibió el cuadro que originalmente se llamaba Retrato de Adele Bloch-Bauer I, fue pintado por el archiconocido pintor austríaco Gustav Klimt en 1907. Adele Bloch-Bauer era miembro de una acaudalada familia judía vienesa vinculada al sector industrial, que ejercía de mecenas para diversos artistas de la Viena de entonces. A esta familia pertenecía Maria Altmann, que consiguió escapar de Austria una vez ésta fue anexonionada por el III Reich en 1938 y se comenzaran a desarrollar las políticas antisemitas aprobadas en Nürnberg dos años antes. No logró huir junto a su marido, como aparece en el film, sino que éste fue internado en el campo de concentración de Dachau, donde sobrevivió gracias a que se lo usó como chantaje para que su familia transfiriera su fábrica textil a Alemania. Las nuevas autoridades nazis acabarían llegando a la casa de la familia Bloch, deseosas de asaltar las riquezas que se encontraban tras sus muros. La muerte, el suicidio y la deportación acabó por asolar a familiares y amistades de Maria Altmann, que finalmente nunca regresó a vivir a Viena y terminó asentándose en el lugar donde había caído su hermana: California.
Las obras de arte familiares fueron saqueadas, acabando algunas en manos de altos jerarcas nazis, incluyendo el propio Hitler o la enorme colección privada de Hermann Göring. Pero hubo cinco de ellas que carecían de interés para los nazis por considerarlas “arte degenerado”, como concebían toda producción artística de las vanguardias del momento. Pero el conservador del Museo Nacional de Historia del Arte no pensaba lo mismo, y se las quedó, entre ellas La dama de oro. Esto se supo gracias a la labor del Hubertus Czernin, periodista austriaco que ya había desvelado el pasado de militante nazi de Kurt Waldheim, presidente de federal de la República de Austria entre 1986 y 1992, que generó una gigantesca polémica en Europa y fuera que llegó a declararlo non grato en varios países. Esto se cita en la película, pero también sacó a la luz las 2000 violaciones del cardenal católico Hans Hermann Groër entre 1942 y 1995, y en 1998 reveló que dichas cinco obras de Klimt no habían sido donadas por Adele Bloch-Bauer como sostenía la versión oficial, sino que habían llegado ahí por robo durante el período de anexión al Reich. Ello pudo hacerlo gracias a que el Partido Verde había conseguido introducir una ley que facilitaba la restitución de obras de arte robadas al obligar a las instituciones a mayor transparencia. Por desgracia, en la película muchos de estos datos se omiten, incluso de sustituye que Maria Altmann se enteró gracias al artículo de Czernin, por que lo conoce de manera casual en Viena. Por cierto, una de las otras cuatro obras es Retrato de Adele Bloch-Bauer II, ya que fue su única modelo retratado dos veces, lo cual le dio más valor aún a los cuadros.
La película narra la lucha de Maria Altmann y de su abogado Eric Schoenberg, familiar también de una familia de Viena huída tras la anexión alemana, con familiares asesinados en el Holocausto, por la recuperación de esos cinco cuadros entre 1998 y 2006. Y pone sobre la mesa el tema de la reparación a las víctimas del Holocausto, las oposiciones que encuentran por parte del estado austríaco y los apoyos que también encuentras en algunos sectores de la población. El cuadro de la tía de Maria se había convertido en un símbolo nacional austríaco, y el gobierno hizo todo cuanto pudo para evitar perderlo, llegando a niveles absolutamente nauseabundos. Incluso la fiscalía de los EEUU llegó a ponerse del lado del gobierno austríaco en vez del de su cuidadana superviviente del Holocausto. Vemos la permanencia de dinámicas heredadas del nazismo en la lógica de gobierno del momento y de parte de la sociedad austríaca, como en muchos otros países europeos.
Nos ha faltado sin duda una perspectiva de clase en el film, además de incomodarnos diversas variaciones de la historia real que darán más salsa al guion, pero no hacen justicia a la historia. Sin embargo el tema que aportan también es básico, y en países como el Reino de España sigue más que latente, como es el lema de los movimientos de recuperación de la memoria histórica de la población represaliada por el franquismo: verdad, justicia y reparación. Es una experiencia cuanto menos para tomar nota, como muchas más experiencia similares que hubo, aunque sin tener de por medio una de las obras artísticas más famosas del siglo XX.
Título original: 49 Pulse’s
Dirección: Charlie Minn
Guion: Charlie Minn
Música: Kyle Hildebrand Fotografía: Donnie Laffoday País: Estados Unidos Año: 2017 Duración: 83 min.
Quizás algunas de las personas que leais este blog, como fue nuestro caso, estuvistes en alguna de las concentraciones a nivel mundial que se hicieron en los días posteriores al 12 de junio de 2016 recordando la masacre contra un pub gay en Orlando, Florida. Coincidiendo además con el mes del Orgullo, un ultraderechista musulmán entró a la discoteca LGTBI Pulse con un arma automática y una pistola, y su acción provocó la muerte en 48 personas entre las dejadas muertas en el propio edificio y las varias que murieron en el hospital en las horas y días siguientes. Hubo, de hecho, un chaval que murió tres meses después a consecuencia de una hemorragia en una de las heridas sufridas, lo que eleva la cifra a 49, aunque a menudo ha sido omitido en los homenajes y contabilizaciones, y que precisamente fue responsable de salvar a varias supervivientes.
El documental entrevista a decenas de personas, entre supervivientes y familiares principalmente. Tenemos a madres, amistades e incluso a supervivientes que sobrevivieron con heridas que perdieron a amistades muy cercanas o incluso a todos sus amigos en uno de los casos. Podemos atestiguar sin lugar a dudas que las víctimas mortales y supervivientes fueron gente LGTBI racializada, principalmente de origen latino, pero también muchas afrodescendientes, y apenas personas blancas. Esto también es un punto más que reseñable que se ha tenido menos en cuenta a la hora de hablar de la masacre de Pulse, pero que probablemente tenga tanta relevancia como la vivencia LGTBI.
Por último, es más que reseñable que el documental pone uno de los focos de atención en el departamento de policía de Orlando. El asesino estuvo más de tres horas dentro de la discoteca perpetuando la masacre, constatando un retraso galopante en la acción de a policía. Y en una de las huidas de gente de la discoteca hacia el exterior, la policía disparó hacia las personas que corrían, hiriendo y quizás matando a alguna de ellas, aunque la policía ha puesto todas las trabas posibles para que una investigación pudiera probar esto. En uno de los vídeos de hecho se ve cómo la policía trata desdeñosamente a uno de los grupos de supervivientes que aparece, apuntándoles mientras les amenaza con dispararles si no levantan las manos. La policía justificó todo esto con que la situación de una persona dentro armada activa protocolos de actuación de este tipo, pero de hecho el documental atestigua que tras reiterados intentos todas las propuestas de participar a la policía de Orlando fueron declinadas. Aquí entra también que fuera gente LGTBI racializada la víctima: compuesto principalmente de población blanca en un territorio como es Florida en el que la población racializada es mucho mayor que la euroblanca, con un currículum previo actuaciones racistas a sus espaldas, todo apunta a que la policía de Orlando podía haber actuado mejor, salvando con ello a más personas. En el documental sólo podemos contacto con el testimonio de uno de los primeros policías en llegar, que habla a título únicamente individual, y que ante preguntas sobre este tema responde con ambigüedades y evasivas.
Es un documental muy duro, pero que trata un episodio muy importante de la historia LGTBI a nivel mundial. Es un buen homenaje a las víctimas, y posee una buena facturación.
Muy recomendable.
En nuestro archivo, aunque con subtítulos en inglés únicamente
El protagonista de esta cinta es Diego, fotógrafo, maricón, de clase acomodada, de origen español por parte de padre, tiene un novio médico y un hijo en Madrid de una novia que tuvo en la adolescencia. En el mismo día en que su hijo Armando tiene que mudarse momentáneamente a su casa en Caracas, su novio Fabrizio recibe una paliza delante del bar de ambiente que suelen frecuentar, quedando gravemente herido.
La película nos presenta el panorama de buena parte de la vida LGTBI en la Venezuela actual: las polémicas frente a las primeras propuestas de la aprobación del matrimonio homosexual (que aún siguen en el aire a día de hoy), las amigas trans, las amigas mariliendres, el papel de los medios de comunicación, la autodefensa frente a las agresiones homófobas, la intergerenacionalidad ante la disidencia sexual, la violencia machista… todo ello aderezado con tango y con diversas escenas de humor.
Aunque no hay referencia alguna en la película, el director y guionista Miguel Ferrari es un director de larga trayectoria que por los años en que realizó esta película era chavista, aunque en los últimos años no lo parece tanto, como le ha pasado a gran parte del chavismo desde que llegó Maduro a la presidencia.
Aunque algunos aspectos podían haber sido tratados algo mejor, en cualquier caso es una buena muestra de realidades no cisheterosexuales en otros puntos de la geografía gay habitual que no son nada hegemónicos, y este punto ha pesado bastante para incluirla en el blog. Parece que Venezuela sólo es petróleo, chavismo e intoxicación mediática facha, y evidentemente es muchísimas más cosas. Aquí tenemos una recomendable muestra.
La Sección 28, aprobada definitivamente en 1988 dentro del Local Government Act durante el período de gobierno de la infame Margaret Thatcher, supuso para las disidentes sexuales y de género de Reino Unido que se dedicaban o querían dedicarse al funcionariado inglés en general y al encargado de la enseñanza en particular un quebradero de cabeza impresionante, y además facilitó una ola de homofobia creciente contra toda la comunidad en un contexto ya en alza bajo la excusa del VIH. No sería abolida hasta el año 2003 en todo Reino Unido.
La película coloca como protagonista a Jean, profesora de educación física en un instituto británico. Vive asustada por lo que le apliquen esta ley o que la impunidad que provoca le genera una situación invivible dentro del trabajo. Y su actitud a todo esto es el armario, un armario que le genera un lastre enorme dentro de infinidad de situaciones de su vida, como de cara a su novia, o de cara a una alumna de su instituto que sufre bullying lesbófobo.
Además de ofrecernos una interesante visión crítica del armario, la película reproduce exitosamente el contexto de la Inglaterra del momento, con sus actitudes rancias frente a la divergencia sexual, pero también con unas comunidades transmaribibolleras bastante asentadas, con sus espacios, sus prácticas, sus grandes redes de amistad, sus estrategias de apoyo mutuo y supervivencia, y sus debates sobre cómo afrontar el contexto que les tocó vivir.
Antonio Gramsci fue uno de los principales filósofos políticos de la historia del siglo XX europeo, y también fue un destacadísimo militante del Partido Comunista Italiano, con un papel muy activo de oposición a la Primera Guerra Mundial, en las tomas de fábricas del período revolucionario inmediatamente posterior, y en la oposición al fascismo después de la entrega del poder a Mussolini en 1922, hecho que le valió su encarcelamiento, a pesar de que ya estaba bastante enfermo del Mal de Pott, con consecuencias tuberculosas y arterioesclerióticas gravesy era previsible que la cárcel adelantaría su muerte, como ocurrió en abril de 1937. Además de esto, Gramsci fue por libre en muchas ocasiones dentro del PCI, en una época en la que esto era altamente perseguido dentro del Partido. Viajó a la URSS, donde conoció a su última cónyuge, y allí pude presenciar los vaivenes del proceso revolucionario, la construcción del poder y las diversas tendencias, luego la información que le llegaba una vez Stalin se hizo con el poder le contradecía con infinidad de experiencias vividas allí y con sus propias ideas políticas.
Sus días en la cárcel de Turi, donde se desarrolla el film, entre 1929 y 1933, nos dejan unas condiciones carcelarias deplorables dentro de los centros penitenciarios fascistas, cosa que a nadie le sorprende: ausencia de baños en las celdas, aislamiento, guardias torturadores, médicos fascistas cómplices, deterioro de la salud de todo los presos, prohibición de hablar de política entre ellos y de reunirse, permanentes registros y represalias… pero también constituyen el momento en el que Gramsci rompe con la línea ortodoxa del PCI, divergente absolutamente con las porpuestas llegadas desde la Internacional Comunista en Moscú que proponían la guerra contra la socialdemocracia, acusándola de ser una misma cosa con el fascismo. Italia por entonces era un país devastado políticamente por el fascismo, y la alianza entre todas las fuerzas antifascistas, incluyendo a la socialdemocracia y a sectores progresistas de la burguesía. Sin embargo, las decisiones estratégicas se tomaban a cientos y cientos de kilómetros en un territorio absolutamente diferente como era Rusia, y debían acatarlas los partidos comunistas internacionales de manera centralista. Este tipo de política terminó por menoscavar la oposición al partido nazi alemán en 1933, y a partir de este momento la URSS pasó a dar directrices a sus partidos de aliarse con los sectores previamente enfrentados, aunque ya era un poco tarde.
Gramsci también aprovechó su estancia en la cárcel para profundizar en sus teorías sobre las apuestas revolucionarias y las maneras de conseguir el poder. Teorizó sobre la hegemonía cultural, el papel de los intelectuales, el folclore y su relación con el poder, y cómo todas estas expresiones las monitorizan la clase dominante y las distribuye hacia el resto de estratos sociales, y la estrategia para hacerse con el control de esa hegemonía cultural para virarla hacia los intereses de la clase proletaria. Esto terminaría implicando cambios en las concepciones del sentido común y de lo que se considera lo bueno y lo socialmente aceptado, y una vez esta lógica sea la del proletariado y la de Partido, el siguiente paso es tomar el poder, pero no antes. Todo ello quedó plasmado en los Cuadernos de la cárcel, obra póstuma de Gramsci que no consiguió ver la luz, debido a la cerrazón del gobierno fascista poseedor de ellos y a la posterior guerra mundial, hasta finales de los años cuarenta, y que es uno de los textos referenciales del marxismo de la segunda mitad del siglo XX, además de ser claves en el desarrollo de la sociología y la filosofía europea desde entonces.
Todo esto generó un gran repudio por parte del PCI, tanto de dentro como de fuera de la cárcel, que le generó problemas infinitos: peleas dentro del presidio, falta de apoyo logístico por parte de Palmito Togliatti y otros destacados militantes del PCI… y en parte conllevaría su aislamiento y final muerte prematura, junto con la represión fascista.
La película da buena cuenta de todo esto y a nivel histórico es bastante fidedigno. Es un buen homenaje a Gramsci, en un contexto revolucionario dentro de Italia en el que sus tesis estaban más vivas que nunca. Un buen material didáctico para acercarse a las cárceles fascistas del momento, a las tesis del filósofo marxista y a las disputas dentro del marxismo oficial en este período.
En junio de 1977 la primera marcha por la liberación gay de la historia del estado español, que se produjo en Barcelona y que fue duramente reprimida, inspiró al resto del estado a formar colectivos en diversos lugares del mismo. Acababa de morir Franco y teóricamente el Reino de España volvía a ser una democracia parlamentaria como en los tiempos de la II República, una vez realizadas ese mismo mes las primeras elecciones al Congreso en más de 40 años, pero la realidad era otra bien distinta, y las bolleras, travestis y maricas lo percibían mejor que muchísimos otros sectores de la población.
La película nos sitúa en los inicios del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria de Andalucía (MHARA) en Sevilla, de sus inicios dentro de los órganos del cristianismo de base, férreo opositor a la dictadura que sobrevivió gracias al arrope no deseado de los obispados, y de su lucha por la abolición de la Ley de Peligrosidad Social, que imponía penas de cárcel a la población homosexual, entre otros sectores. Pero no sólo trata de esto, sino que también presta una atención muy importante a otras temáticas que siempre han rondado la comunidad LGTBI, como el mundo del espectáculo, la dicotomía zonas de ambiente vs. visibilidad y lucha política, el armario, las terapias aversivas, la relación con la familia y el vecindario, el mundo de la música -y en este caso con especial énfasis en el folclore andaluz, ritmo que ha acompañado históricamente a la cultura homosexual del reino-, la represión social, policial y judicial, el apoyo entre las compañeras y de otros sectores afines (como la izquierda, ya sea en organizaciones o como cristianos de base, como vemos en el film), el destacado vínculo que se dio con el feminismo entonces (pese a que algunos sectores LGTBIfóbicos del feminismo lo nieguen e impulsen actualmente hacia otro lado) y la necesidad imperativa de tomar las calles, escenas con las que termina el largometraje reproduciendo la primera manifestación del MHARA el 25 de junio de 1978, a la vez que las de Madrid, Barcelona, Bilbao, Santa Cruz de Tenerife, y con actos más pequeños en otras ciudades como Valencia, Granada o Zaragoza.
Estamos ante una pieza audiovisual que, teniendo en cuenta que es una obra de ficción ambientada en sucesos reales, goza de un nivel de ajuste a la realidad como poquísimas películas reseñadas en este blog: fotografías del momento han sido reproducidas al pie de la letra (la recogida de firmas contra la Ley de Peligrosidad Social de octubre de 1977, la pancarta descolgada de la Giralda durante la mani del 78…), se han reproducido panfletos, carteles y pancartas tal y como eran entonces, se cantan lemas originales de entonces, el relato de los acontecimientos coincide plenamente con la sucesión de acontecimientos real, la estética de los personajes y la ambientación no puede estar más que lograda… En este blog podemos parecer gente muy pesada a buena parte de quienes nos seguís, porque le sacamos pegas históricas a casi cualquier producto audiovisual ambientado en épocas históricas, pero en este caso no tenemos nada que decir: han cuidado tanto la parte histórica que no hemos encontrado nada que nos haya chirriado. Sospechamos que la asesoría con la que han contado de personas que vivieron este contexto, como Mar Cambrollé, que a día de hoy prosigue en el activismo y aparece al final de la película, ha tenido que ver bastante. Así es como se hace cine, recurriendo a las fuentes y a sus protagonistas si así viven, no manipulando épocas históricas para adecuar los productos cinematográficos a intereses comerciales, personales, políticos o a lo que está preconcebido de antemano, así que esta película merece una mención honorífica como muy pocas en este aspecto.
Pero es que además también es completamente certera en el plano político: nos coloca situaciones delante como la represión a la homosexualidad, el vínculo de la lucha del MHARA con el contexto político del momento, el rechazo de parte de la izquierda… Y ofrece una visión de la Transición muy necesaria para esta época en la que su mito se desquebraja abriendo paso a otras formas de entenderla: el franquismo está altamente presente en toda la película, como lo estuvo en el propio período histórico. Lo vemos en el “pollo” -también conocido como Águila de San Juan- en la bandera rojigualda en todo momento, cosa que se evita en muchas películas que retratan la Transición cuando no se adoptó el actual esta 1981; lo vemos en la permanencia de iconografía franquista, contando con fotografías del propio Franco en las dependencias de la Guardia Civil de los juzgados de Prado de San Sebastián en Sevilla; lo vemos en cómo la élite franquista prosigue siendo la élite en este nuevo régimen y sigue reproduciendo relaciones de vasallaje con la población más pobre; y lo vemos en la actitud y capacidad de poder de fuerzas clave en el franquismo, como fueron son y por desgracia seguirán siendo la jerarquía eclesial, el fascismo en la calle -ejemplificado en los falangistas que patrullan el campus, pero en la realidad la manifestación fue amenazada por fascistas locales y tuvo que constituirse un servicio de orden para proteger el mitin previo a la mani, y aún así unos fascistas lanzaron huevos a un grupo de gente que iba a la mani que interceptaron en la Alameda de Hércules- y la dinámica policial, que prosiguió el acoso a zonas de ambiente, malos tratos y restricción del espacio en la calle. Por ejemplo, la escena en la que la Policía Armada retiene la manifestación en el centro de Sevilla está reproducida al pie de la letra de cómo ocurrió, aunque en este caso el desenlace fue favorable para las mariconas.
En resumidas cuentas, un pedazo de peliculón donde los haya cuyo visionado debería ser obligatorio para todas y cada una de las personas que componen la comunidad LGTBI, incluyendo a las traidoras esas que votan a la ultraderecha y a la ultraderecha moderada porque la izquierda blablabla, o a las que dicen ser de nuestra comunidad o incluso feministas y luego excluyen a la gente trans. Y para todo el mundo, es una película que por su aspiración de ser para todos los públicos debería visionarse en todos los institutos. Estamos ante una pieza que reivindica nuestro pasado reciente revolucionario, y en concreto el de una región marginada por el relato histórico español e incluso por el de la historiografía LGTBI, como es Andalucía. Que ofrece unas perspectivas históricas y unos referentes de lucha que nos instan a seguir en la lucha a día de hoy. Puede que películas como éstas nos salven la vida frente a un venidero futuro en el que vuelve a estar en disputa la libertad sexual y en el que suenan clarines llamando a la guerra contra el fascismo otra vez. Y en el que seguir tomando libertades y ampliando nuestra presencia y visibilidad social sigue siendo una vez más el camino a seguir.