Título original: I banchieri di Dio (Il caso Calvi)
Dirección: Giuseppe Ferrara
Guion: Giuseppe Ferrara, Armenia Balducci
Música: Pino Donaggio
Fotografía: Federico Del Zoppo
Reparto: Omero Antonutti, Giancarlo Giannini, Alessandro Gassman, Rutger Hauer, Vincenzo Peluso, Pier Paolo Capponi, Pamela Villoresi, Gaetano Amato, Antonio Sarasso, Bruno Bilotta
Productora: Sistina Cine, Metropolis Film, RAI Cinema, Tele+, Ministero per i Beni e le Attività Culturali
País: Italia
Año: 2002
Duración: 125 min.
Iglesia Católica, banca privada, fascismo, mafia y operaciones encubiertas de la CIA se dan cita en esta historia real que arranca en 1978 y finaliza en junio de 1978, que en la Italia y la prensa internacional de entonces se conoció como ‘Caso Calvi’. Roberto Calvo, alias ‘el banquero de Dios’ era el presidente del Banco Ambrosiano, segunda banca privada más grande de Italia, pero la cosa iba mucho más allá de Calvi: éste se relacionaba con Michele Sindona, banquero siciliano con estrecha relación con la Mafia y la Democracia Cristiana. Ambos, junto con Paul Marcinkus, el entonces presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido popularmente como Banco Vaticano, constituían una gigantesca red de operaciones bancarias ilegales por todo el mundo. Cuando uno de los bancos de Sindona se fue a pique, se desveló una deuda inexplicable de millones y millones y millones de dólares del Banco Ambrosiano: blanqueo de capital para la Mafia, financiación de la logia masónica fascista Propaganda Due y de sus operaciones internacionales dentro de la ‘Red Gladio’ al servicio de la CIA y la OTAN, financiación del sindicato anticomunista Solidarność en Polonia, de la contrainsurgencia en la Nicaragua sandinista, de diversas dictaduras latinoamericanas -con ayuda de sedes fantasma en varios países del continente-, la editorial que publicaba el diario virado a la derecha Corriere della Sera… La IOR también se vio afectada, pero la Iglesia apartó a Marcinkus rápido y escondió el asunto debajo de la alfombra, aprovechando el atentado que en estos años sufrió Juan Pablo II para quitarle peso mediático.
Pero el escándalo del Ambrosiano fue mayor si cabe, ampliado por el asalto policial en 1981 contra la casa de Licio Gelli, gran maestre de Propaganda Due. La policía halló una lista de 962 nombres de integrantes de la logia fascista o estrechos colaboradores, donde había una cantidad descomunal de oficiales de ejército y policía, más banqueros (obviamente Calvi y Sindona), ministros o ex-ministros -incluso un ministro de la dictadura argentina-, políticos de varias ramas de derecha, empresarios (incluyendo a Silvio Berlusconi), gente de infinidad de nacionalidades… incluso estaba el heredero de la corona italiana, Vittorio Emanuele di Savoia. Con datos como éstos, da gracia que la ultraderecha venga ahora una vez más con las conspiraciones judías, Soros, el lobby trans, etc, haciendo una transposición de lo que ellos siempre han hecho a lo que nunca han hecho sus rivales.
La película tiene un ritmo frenético y quizás tomarse largas escenas a explicar todo el organigrama sería beneficioso para un pública ya no tan familiarizado a este truculento asunto como podía estar la sociedad italiana de hace 20 años, la que mayoritariamente consumió este producto audiovisual. Sin embargo, es un asunto que salpicó a todo el planeta entonces: Gladio y Propaganda Due actuaron en todo el globo colocando dictaduras anticomunistas y desestabilizando regímenes socialistas, así como asesinando a militantes de izquierda. Hay pruebas de su participación en las organizaciones paralimitares profrancesas durante la independencia de Argelia, en la colocación de la dictadura de los coroneles en Gracia, y amplias sospechas de participación en atentados durante la Transición española: la matanza de Atocha, los sucesos de Montejurra o diversos asesinatos de refugiados políticos en Iparralde y en otros puntos del estado francés nunca han llegado a ser profundamente investigados en gran parte debido al cariz continuista con el franquismo que posee el régimen parlamentario español, pero tienen muchas papeletas de tener a Gladio y a Propaganda Due detrás.
La sucesión de los acontecimientos entre 1981 y 1982 está detalladamente narrada y con un impecable rigor histórico. Evidentemente, con escenas de ficción que no podemos saber porque sus protagonistas murieron, y con cuestiones sobre la mesa que a día de hoy siguen sin conocerse del todo, y sobre las que no hay una sentencia judicial definitiva a pesar del juicio celebrado cinco años después de la película, que no dio condenas a ninguno de los fascistas juzgados. No obstante, la versión que se ofrece en el film parece la más lógica.
Muy recomendable.
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