Los testigos

Título original: The Witness
Dirección: James D. Solomon
Guion: Dilliam Genovese, Russell Greene, Gabriel Rhodes, James D. Solomon

Música: Nathan Halpern
Fotografía: Trish Govoni

Productora: Five More Minutes Productions

País: Estados Unidos
Año: 2015
Duración: 125 min.

En 1964 un asesinato no solamente conmovió toda la ciudad de Nueva York y gran parte de los EEUU, sino que terminaría incrustrado para siempre en infinidad de narrativas sociales y en la historia y el análisis de la sociología por el contexto que en su momento se dijo que envolvía al caso. Kitty Genovese, una joven de 28 años, fue atacada en la calle y más tarde violada y asesinada por Winston Moseley, quien dos semanas antes había realizado la misma acción con otra mujer. La mató en tres asaltos, y entre el primero y el último pasaron 32 minutos sin que la policía llegara a la escena. Días después, The New York Times publica un artículo dilapidante: culpa del asesinato a los “38 testigos” que vieron la escena y no se involucraron para intentar salvar la vida de Kitty, ni siquiera llamando a la policía.

Cincuenta años después, Bill Genovese, su hermano menor para quien Kitty era más una madre que una hermana, decide interesarse por la vida de su hermana y por lo que ocurrió realmente en su asesinato. Descubre que era camarera de un bar cercano, que tenía amigas en el barrio y que era lesbiana, amante de una chica que en la época toda su familia pensaba que eran únicamente muy amigas. El asesinato eclipsó completamente el resto de aspectos de su vida. Pero también indaga en los testigos y en la veracidad de aquel artículo: para empezar no hubo 38 testigos visuales, sino que la gran mayoría fueron auditivos, y cuando se asomaron no vieron nada porque Kitty y su asesino se habían movido rápido de lugar. Hubo un vecino que se asomó a decirle que parara y acto seguido llamó a la policía. Y hubo otra vecina, aún viva por entonces, que llamó a la policía y le dijeron que ya lo estaban investigando. La policía no sólo no hizo caso de las llamadas, sino que éstas no se encuentran disponibles en sus archivos, y la narrativa que dieron a la prensa fue que nadie había llamado, probablemente para quitarse responsabilidad. Es más, su vecina de puerta y amiga salió a socorrerla y estuvo con ella en sus últimos minutos de vida, como pudo contar a Bill medio siglo después.

Desde el punto de vista periodístico, el artículo del The New York Times es insostenible, puesto que manipuló testimonios de testigos, exageró los acontecimientos, no contrastó fuentes y no preguntó a prácticamente nadie de esos 38 testigos. Otros periódicos de la competencia dieron su versión por válida y no emprendieron otra investigación que invalidara dicho artículo. El resultado: tratados sociológicos, másters, referencias en medios audiovisuales e incluso en la enseñanza secundaria del país sobre lo mala que es la sociedad y el nivel de decadencia social e individualismo al que se había llegado en los sesenta. Todo ello basado en una mentira acrecentada por egos periodísticos y mala praxis de la policía, que siempre consigue asentar sus relatos por encima del resto. El propio Bill quedó tan afectado por dicho artículo que en 1967, queriendo no ser parte de esas 38 personas, se alistó voluntario para ir a Vietnam, donde perdió ambas piernas.

 

En lo que respecta al documental, muy interesante, con un ritmo muy adecuado y muy desmitificante de infinidad de aspectos ya comentados. Una reflexión de Bill muy valiosa es el papel de la verdad para pasar página y reparar un caso tan traumático como éste.

Muy recomendable.

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRWEDnDIymIj3lG3b1oroGc4adh_3H6KBCuXg&usqp=CAU

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcT3SCWOXtt8L-5OoPfpl9hQqKFq73vdxdi97A&usqp=CAU

Completa en Youtube y en nuestro archivo.

Esta entrada ha sido publicada en Cárcel, Género / Sexualidad, Racismo / Inmigración, Religión / Espiritualidad y etiquetada como , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.