En la última década los EEUU están viviendo una verdadera epidemia de droga que está devastando social y económicamente el país, y que ha llegado incluso a disminuir la esperanza de vida de todo el territorio, cosa que no ocurría desde la Primera Guerra Mundial. Como es imaginable, hay gran parte de población juvenil inmersa en ello. Es la conocida como Crisis de los opioides, y esta cruda y realista serie analiza el origen de esta crisis, que es médico y farmacéutico.
La farmecéutica responsable es Purdue Pharma, con un currículum ya previo de manipulación de medicamentos y causas judiciales, que en 1996 introdujo un opioide vendido como medicamento analgésico poco adictivo con complicidad y corruptela por parte de la Food & Drugs Association, que se encarga de regular estas cuestiones. Mediante corruptelas, lobbys a sueldo de Purdue o creados directamente por ella con el fin de concienciar sobre el fin del dolor, infinidad de manipulaciones médicas y compra de profesionales de la medicina, científicos, fiscales y políticos de renombre, Purdue consiguió que su medicamento OxyContin se recetada en cada vez más dosis a cada vez dolores menos graves. Fruto de la gran adicción que provocaba el OxyContin, primero en zonas determinadas -de grandes condiciones laborales pésimas, como el mundo minero-, luego en colindantes y finalmente en todos los EEUU, la situación se descontroló y a día de hoy lleva cientos de miles de personas muertas y millones adictas a sustancias similares o directamente a opiáceos más baratos, como la heroína.
La serie nos narra cómo funciona internamente la política interna estadounidense frente a estas situaciones, enfatizando el grado de corrupción y de impunidad penal blindada que hay frente a las personas que llevan a cabo estos crímenes. Quienes protagonizan la serie, especialmente los fiscales, se dan con un muro permanentemente de silencio, gente comprada, presiones desde arriba y una lista interminable de colectivos y secciones que controla Purdue, mientras la gente se está muriendo y otras personas obtienen grandes sueldos por ello.
La gran objeción que tenemos es que no nos ha terminado de gustar cómo se trata al personaje lésbico. Por lo demás, nos ha gustado mucho el estilo realista y detallado de todo el proceso, incluyendo cosas que no son habituales de ver en la gran pantalla, como los congresos, regalos y chantajes que las farmacéuticas realizan a los médicos, enfermeros, farmacias pequeñas y demás profesionales de la salud.
Manuel Ignacio Santa Cruz, conocido como el Cura Santa Cruz, fue un conocido sacerdote carlista de ideas ultracatólicas y archirreaccionarias. Tras participar dentro del carlismo en los años posteriores al triunfo de la Revolución de 1868, se unió a la insurrección que dio lugar a la Tercera Guerra Carlista en 1872 y así se destacó por su crueldad, sus asesinatos masivos de oponentes, su fanatismo e incluso sus rivalidades con el ejército carlista, contra el que también se enfrentó por parecerle demasiado blando.
La película se sitúa aparentemente en 1873, año en el que es la I República quien se enfrenta al carlismo, con dificultad fruto de otros conflictos internos. Ese año Carlos VII, el candidato al trono carlista, exiliado por las primeras derrotas bélicas, vuelve a la península, como aparece en el film. Éste nos narra bastante bien todo esto, colocándonos en cómo lo vive un paisano que está huyendo de la guerra hacia América, pero por el camino es reclutado a la fuerza por la partida de Santa Cruz. Los asesinatos de civiles, las torturas, los robos descarados a la población rural, los discursos que comparan la guerra con la cruzada y la enorme jerarquía de mando están presentes y bien visibles en la película, así como los enfrentamientos con el mando carlista, reiterando su desobediencia todo el tiempo. También veremos la diversidad de opiniones que hay en las poblaciones guipuzcoanas de entonces: en el pueblo cercano a donde se suceden los acontecimientos, hay carlistas moderados, partidarios de Santa Cruz, gente republicana, alcalde republicano…
Muy entretenida y bastante fiel a la realidad en muchos aspectos. Muy recomendable.
Título original: Roig i negre
Dirección: Dolors Genovès
Guion: Dolors Genovès Música: Albert Carlota Fotografía: Anna Lagé Productora: TV3 País: Reino de España Año: 2006 Duración: 80min.
En un intento de cierto objetividad, este documental intenta dar respuesta a preguntas históricas sin resolver sobre el papel del movimiento libertario en la Guerra Civil y las potencialidades de éste si los acontecimientos hubieran sido diferentes. Para ello cuenta con un buen manojo de testimonios presenciales de militantes anarquistas del momento e historiadores libertarios, sobre el anarquismo o sobre la guerra civil en general sin ser específicamente anarquistas.
Las intervenciones lamentables son muy minoritarias, en general hay una pretensión generalizada por disipar mitos y contextualizar los hechos tal como fueron lo más cercanamente posible, y así pues nos encontramos con temas contradictorios y candentes como la posible toma del poder de la CNT y la FAI en las primeras semanas de revolución que al final no se dio, los conflictos internos, la represión, la colectivización en Barcelona y Aragón, la militarización y los conflictos con el aparato republicano en reinstauración y con el apoyo de PCE detrás.
También se realiza un rastreo de los archivos de la CNT que acabaron en Ámsterdam, y su proceso de conservación. Esto permitió también el acceso a fuentes que por entonces estaban inéditas, incluyendo vídeos a color de la Guerra Civil, dándole un mayor rigor e interés al documental.
A través de los testimonios escritos y las biografías de varias personas que vivieron esto turbulentos años, esta original seria nos transporta con un alta dosis de realidad histórica al convulsu período entre las dos guerras mundiales. El contexto durísimo a nivel político e ideológico que se vivió queda sobradamente representado: las diversas guerras civiles y revoluciones, el autoritarismo de los estados, la exclusión de las mujeres y la incipiente visibilidad de las disidencias sexuales, el desastroso escenario geopolítico que deja la Conferencia de Paz de París de 1919, el auge de los fascismos a consecuencia de ésta y de la necesidad de la burguesía de contraponerse al fuerte movimiento obrero y a la expansión ideológica de la URSS…
Para ello va hilando diversos testimonios de lo más diferentes entre ellos que van explicando junto a los personajes protagonistas los procesos por los que va pasando el mundo europeo y estadounidense en esos años. No todos los personajes están fuertemente ideologizados, pero son incapaces de evitar que les afecte el contexto que están viviendo. Nos encontraremos a histórico militante comunista alemán Hans Beimler; a la anarquista May Picqueray, que hizo estallar la embajada estadounidense en protesta por la condena a muerte de lo inmigrantes anarquistas italianos Sacco y Vanzetti; a Unity Mitford, cuñada del fascista inglés Oswald Mosley y amiga íntima de Adolf Htler; Nguyễn Sinh Cung, que tras intentar luchar por Vietnam terminó reconvertido en un conocidísimo revolucionario comunista e independentista; Pola Negri, archifamosa actriz del cine mudo de origen polaco que desarrolló su carrera por los distintos regímenes políticos que vivía Alemania; Rudolf Hoss, militante nazi durante la mayor parte de la República de Weimar y futuro gestor de campos de concentración bajo control de las SS, hasta ser el comandante de Auschwitz; Elise Ottesen, anarquista noruega que devino en una sexóloga feminista de importancia internacional; Edith Wellspacher, una de las primeras médicas austríacas comprometida con la causa antifascista; Silvio Crespi, empresario italiano enviado a la Conferencia de París que acabó colaborando con el fascismo italiano como gran àrte de su clase; Marcel Jamet, ex-combatiente de la Gran Guerra y propietaria del burdel de más alto standing de Europa en París, el One-Two-Two, con clientela selecta entre la cual había jerarcas italianos y alemanes… Y la lista continúa todavía, pasando por diversos puntos muy alejados entre ellos de Rusia y EEUU, de Alemania, Inglaterra, Italia, Suecia, Austria, Francia, Polonia y la República española durante la Guerra Civil Española.
Título original: Mujeres del 36
Dirección: Ana Martínez, Llum Quiñonero
Guion: Ana Martínez, Llum Quiñonero Productora: ARTE, RTVE País: Reino de España Año: 1999 Duración: 84min.
Antes de que dejaran el mundo terrenal, TVE produjo un documental en el que diversas mujeres partícipes de formas variadas en la lucha política durante la II República y la Guerra Civil fueron entrevistadas. Militantes comunistas, independentistas catalanas, socialista y anarquistas de diversos puntos de la geografía ibérica cuentan ante la cámara valiosísimos testimonios de cómo vivieron aquellos durísimos acontecimientos. Una narrativa que adquiere todavía más valor histórico si tenemos en cuenta que estamos ante mujeres que hace casi 100 años tenían una participación política activa, en un contexto en que tal cosa estaba muy mal vista.
Estas heroínas nos hablan de sus padres, a menudo vinculados ya a las luchas obreras y acostumbrados a las huelga, la represión y la cárcel. Nos hablan de sus primeras parejas, y de cómo llegado el caso les chantajean e incluso les maltratan físicamente únicamente por llegar tarde por militar en el sindicato o acudir al teatro. Nos hablan del entusiasmo, de vivir una época como los años treinta en el que el cambio político revolucionario parecía real, y el enorme entusiasmo. Y nos hablan de cuando llega la guerra civil. La mayoría son de Madrid o Barcelona, salvo una guipuzcoana, que termina participando en la resistencia armada de las primeras semanas al fascismo y luego en Vizcaya, desde donde se embarca a la URSS. El resto pasan toda la guerra en diversas labores, desde labores de seguridad en retaguardia o el frente hasta la política institucional y el cuidado de enfermos. Y no faltan las anécdotas machistas, ni tampoco las de solidaridad entre mujeres. Y acaban narrándolo el exilio o la enorme represión que sufrieron a manos de los ganadores, y el enorme odio que les profesaron el resto de su vida, pasando muchísimos años en la cárcel y décadas en el exilio.
Un documento valiosísimo muy digno de ver, muy recomendable.
Título original: Durruti en la revolución española
Dirección: Paco Ríos
Guion: Abel Paz, Paco Ríos Productora: Colectivo Penta País: Reino de España Año: 1988 Duración: 54min.
Este documental nos explica la vida y el desarrollo político de Buenaventura Durruti, destacado militante anarquista de origen leonés, afiliado a la CNT desde muy joven y cuya fama se impulsó tras participar en grupos armados anarquistas de expropiadores y ajusticiadores de altos cargos implicados a los asesinatos de obreros militantes del inicio de los años 20. No obstante, el documental se centra especialmente en la etapa de la Guerra Civil, cuando Durruti pasa a ser el jefe de una columna de milicianos que lleva su nombre, y avanza con ella a intentar conquistar sin éxito Zaragoza. Llamado por el Comité Nacional de CNT para defender Madrid ante la inminente ofensiva fascista, muere en circunstancias extrañas.
El documental es principalmente un ensalzamiento de su figura, utilizando material audiovisual y gráfico que había por entonces disponible. Varias de las entrevistas y discursos conocidos del momento son reproducidos y dramatizados -los cuales se han utilizado en las últimas tres décadas en infinidad de creaciones culturales en torno al anarquismo y a estos años-, y se entra un poco en la disputa que dividía a la zona republicana e incluso al anarcosindicalismo sobre la militarización de las milicias o si hacer la revolución antes de ganar la guerra o al contrario. No obstante, el documental evita entrar en las elucubraciones sobre su muerte, terminando abruptamente con la muerte del protagonista. Recomendable.
Nacido en l’Hospitalet del Llobregat en 1915 y partícipe en las insurrecciones anarquistas contra la II República y en la Columna de Los Aguiluchos de la FAI durante la Guerra Civil, tras la Segunda Guerra Mundial Francesc Sabaté Llopart ‘el Quico Sabaté’ se convirtió en uno de los maquis más célebres de la historia, fruto de sus espectaculares ofensivas sobre el campo catalán y la ciudad de Barcelona. Sin mucho apoyo de los comités cenetistas, con entradas y salidas habituales de las cárceles francesas y repleto de amistades perdidas por el camino, Sabaté prosiguió su lucha hasta el 5 de enero de 1960: su grupo de cinco guerrilleros fue emboscado y sólo consiguió salvarse él, que malherido secuestró un tren hasta Sant Celoni. Allí, al buscar un médico, fue interceptado y asesinado por el Somatén.
Este mediometraje híbrido entre documental y dramatización nos narra los últimos días de Quico, intercalando sus partes rodadas con testimonios de historiadores y testigos. Un interesante documento histórico de alto valor, muy recomendable.
Ethel MacDonald, de origen escocés, fue una destacada militante anarquista de las tantas otras que respondieron a la llamada del anarquismo ibérico para luchar contra el fascismo en la zona republicana. Y a día de hoy sus testimonios, incluidos en libros y en todo lo que publicó en prensa, además de que fue locutora de radio en lengua inglesa para la CNT, son una fuente muy importante de la Revolución Social que vivió Cataluña en los primeros 10 meses de guerra, ya que ella presenció la mayor parte de éstos, así como la represión posterior que sufrieron cientos de militantes anarquistas que no estaban de a acuerdo con participar en el gobierno y posponer la revolución al fin de la guerra.
Ethel MacDonald se salvó gracias a su pasaporte británico, y lo aprovechó también para salvar personas perseguidas del antiestalinista POUM y la CNT, lo cual le valió el apodo de ‘La Pimpinela escarlata escocesa’. Hasta que por denunciar en la radio el asesinato en una comisaría valenciana de un antiguo camarada del Partido Laboralista Independiente, por entonces encuadrado en el POUM, fue detenida. Fue de las primeras personas en volver y contar todo, y por ello fue muy cuestionada hasta que otras personas inglesas fueron volviendo y corroborando la represión desatada dentro de la zona republicana. Y gracias a esto este documental pudo realizarse muchos años después de su muerte, evitando que cayera en el olvido de la historia. Muy recomendable.
Tales of the City (Historias de la ciudad) fue una referencial serie estrenada en 1993 y que narraba también diversas historias personales en San Francisco, y que en su día fue enormemente polémica al hablar abiertamente de sexualidad, homosexualidad e incluso llegando a mostrar algunos desnudos -algo completamente impugnado en la cultura de los EEUU-. A pesar de darle índices de audiencia históricos a la PBS (la televisión pública estadounidense), las quejas fruto del contenido de la serie hicieron que el gobierno la amenazara con recortarle los fondos federales, y por ello la PBS no renovó las siguientes temporadas (More Tales of the City 1998 y 2001), que acabaron recurriendo a la televisión privada, cuyo financiamiento consiguieron no sin problemas. En 2017 Netflix se haría cargo de la serie, en un contexto mucho más favorable a los derechos LGTBI que veinte años atrás, y comenzaría el rodaje de lo que por ahora es la última temporada de esta mítica serie.
Tales of San Francisco cuenta de hecho con tres personajes de sus anteriores temporadas, incluyendo a las mismas actrices. Una de ellas es de hecho Anna Madrigal -interpretada por la veterana Olimpia Dukakis, que falleció en mayo de 2021-, la matriarca de Barbary Lane, el edificio en una pequeña colina de San Francisco donde viven la comunidad que protagoniza las diversas temporadas. Pero hay un claro giro de guion: Anna Madrigal es una mujer trans, y para ello habrá una retrotracción a 1966, año en que ésta llega a la ciudad huyendo de su familia para poder vivir como una mujer, y allí hace amistad con las travestis callejeras que terminarán protagonizando una de las primeras revueltas transmaricabibollo de la historia: Los disturbios de la cafetería Compton’s.
La serie realiza una transición -nunca mejor dicho- excelente entre las temporadas previas y ésta nueva, actualizándose al contexto de la actualidad, por lo que en esta última temporada los temas protagonistas son la comunidad LGTBI -con un énfasis especial en las personas trans- y la gentrificación. La mayoría de los personajes de la temporada no son cisheterosexuales, y además buena parte coincide en un local de ambiente de la ciudad, y nos encontraremos con experiencias muy cercanas a la cotidianidad LGTBI: la bisexualidad, las transiciones de género en parejas, personas trans no heterosexuales, cómo interseccionan la edad, la clase, la salud y la raza… Y en una ciudad que a día de hoy es imposible vivir fruto de los excesivos precios, tras haber sido obligada gran parte de su población a vivir en otros puntos de la Bahía y comerse una hora o más de coche o transporte público en desplazamientos a sus trabajos, Anna Madrigal recibe un chantaje para traspasar Barbary Lane bajo la amenaza de revelar aspectos pasados turbios de su vida. Esto le genera una tremenda jaqueca a les protagonistas, puesto que se ven incapaces de vivir en San Francisco si no pueden vivir en dicha finca, y provoca tensiones en las parejas que viven y replantearse su existencia entre todo el mundo en general. Terminaremos viendo algo que parece una concentración queer para evitar un desahucio, aunque no queremos hacer muchos spoilers.
Nos ha gustado mucho cómo trata todos estos temas la serie, además de con un humor y un mimo que ya proviene de las temporadas anteriores. Las únicas objeciones que podemos tener a la serie, además de que hay en general una clara representación de la clase media y/o propietaria frente a la gran masa de personas LGTBI que viven con mucho menos nivel de vida del que aparece en la serie, es el capítulo en el que retratan 1966 en el barrio del Tenderloin, donde estaba Compton’s. La película recae en algo tan yanqui como es el individualizar procesos colectivos, y al hacerlo consigue dar una visión de la revuelta como algo espontáneo, sin un contexto previo y sin una autoorganización posterior, únicamente limitada a la visión de la protagonista, su contexto personal y la violencia ejercida por la policía. En la realidad, el año anterior se había creado en el barrio Vanguard, compuesto por chaperos y travestis que ejercían el trabajo sexual, que estaba organizando a las disidentes sexuales y de género, con la ayuda de una Iglesia metodista proLGTBI de la zona. Sus miembros, fruto de su trabajo de concienciación de la comunidad, comenzaron a sufrir expulsiones de la cafetería y prohibición de volver, llegando Vanguard a convocar un piquete en la puerta de la cafetería el 19 de julio. La tensión fue incrementando hasta que terminó de explotar el 16 de agosto, cuando intentaron echar a todas las travestis y pidieron ayuda a la policía, lo cual aparece retratado en la serie. Obviamente Vanguard participó en los disturbios, que fueron mucho más heavys de lo que aparece en la serie, y no recibieron únicamente las travestis, sino que se destrozó la cafetería y parte de la calle, incluyendo los cristales de un coche de policía. Y más interesante aún es lo que pasó después: la noche siguiente Vanguard convocó una concentración de protesta delante de la cafetería que aglutinó a gran parte de la comunidad queer de la zona, que acabó en disturbios y en volver a destrozar la cristalera de la cafetería, que entró en decadencia y terminaría cerrando pocos años después. Y Vanguard se incrementaría en militancia y llevaría a cabo varias acciones en los siguientes meses, en especial denunciando el maltrato y la corrupción del cuerpo de policía, que las acosaba, detenía y robaba. Que este proceso colectivo no haya salido en un producto cultural tan masivo que podía haber mostrado a la población LGTBI herramientas de lucha históricas tan claras, es cuanto menos triste.
Igualmente, y dicho todo esto, estamos ante un producto cultural excelente y muy digno de ver. Las otras temporadas no están nada mal -reconocimiento que no hemos visto todo, puesto que tenemos vida-, pero en esta última han hecho un ejercicio de actualización digno de aplauso, y de gran calidad política y social. Muy recomendable.
Dounia y Maimouna son dos amigas adolescentes de una banlieue parisina. Hartas del contexto de marginalidad y pobreza que les ha tocado vivir, con una educación pública que intenta reconducirlas hacia pertenecer a un sistema que va a seguir empobreciéndoles pese a cumplir todos los mantras de ascenso social que se le dictan en la escuela -y aquí hay una escena tremenda de cuestionamiento a la profesora que es brutalísima-, ellas quieren ser ricas y salir de ahí a cualquier precio. Y esto les termina llevando a asociarse con Rebecca, una traficante de drogas reconocida del barrio, pero que maneja unas cantidades de dinero cuanto menos interesantes.
Su asociación con Rebecca, como en la vida real, les generará infinidad de problemas de todo tipo: familiares, sociales, económicos, e incluso piques entre ellas. Y se mezclará todo ello con el racismo: prohibición de entrar en establecimientos únicamente por no ser blancas y encarnar el estereotipo de pobre de suburbio, sexualización del cuerpo de las mujeres racializadas, la negación a entrar en sus barrios de cuerpos de protección -no policiales, obviamente, ésos entran bien felices si les llaman- en casos de conflictos… Para mayor disputa y generación de un contexto alternativo al que poder agarrarse frente a las drogas, Dounia conoce a Djigui, un guardia de seguridad blanco del centro comercial donde roban que además se dedica al baile. Dounia tiene que elegir entre seguir a Djigui o el menudeo y las consecuencias que puede tener, mientras Maimouna se encuentra en la encrucijada de hacer caso a su familia, muy conservadora y devota musulmana, o seguir a su amiga y a sus propias ilusiones de abandonar la banlieue.
Como en la vida real, esta historia no puede acabar bien, pero por el camino nos encontramos una historia de los ghetos raciales parisinos donde la crítica a las drogas está más que presente, y que además protagonizan dos personajes femeninos, cosa nada habitual en el nutrido cine de esta temática social francesa. Muy recomendable.