Estamos ante la primera película de Nicolas Winding Refn, uno de los directores daneses más conocidos, con una filmografía muy interesante, aunque a raíz de quizás su mayor obra de arte, la trilogía de Pusher, y las enormes críticas negativas sufridas por ella, ha preferido hacer cine en muchas ocasiones en Reino Unido o Estados Unidos.
Podemos homologarla completamente al llamado ‘Cine quinqui’, aunque este contexto carece de dicha palabra. En la primera película Frank tiene un marrón fruto de pedir heroína a uno de sus proveedores y no poder pagarle por perder todo el material durante la transacción. En la segunda su amigo Tonny es el protagonista, que sobrevive trabajando controvertidamente para su padre y metiéndose en operaciones de poca monta muy cutres que tienen todas vistas de acabar mal. Para la tercera y última película tenemos como protagonista a Milo, que regenta un restaurante serbio, es el proveedor de Frank y Tonny y está intentando dejar las drogas a la vez que sigue en el negocio de tráfico de la droga, y en una misma noche tiene que gestionar el 25.º cumpleaños de su hija con una transacción que se complica.
Hemos reseñado únicamente la primera porque aporta lo mismo que todas en relación a los temas que nos gusta tratar en este blog. Esto no quiere decir que con ver la primera es suficiente: estamos ante tres películas tremendas, muy bien complementadas entre ellas y de visionado más que recomendable. Pero sí que es cierto que, con diversos matices de nuevo muy interesantes, nos encontramos con los mismos temas en las tres: los bajos fondos de Copenhagen, la marginalidad, la superviviencia, los conflictos personales, la represión policial, el machismo que a menudo caracteriza a estos lares, la rueda en la que se meten los protagonistas -de las películas y del mundo real- que les lleva al endeudamiento permanente, a tener que demostrar quiénes son, a conseguir dinero para paliar un problema derivado de la misma raíz de donde consiguió el mencionado dinero… En el caso de la tercera película veremos además temas como la corrupción policial, los estigmas de las comunidades migrantes y la trata de jóvenes menores de edad para prostitución.
Tres maravillosas obras de arte del séptimo arte de absolutamente recomendado visionado.
En 1972 agendes al servicio del gobierno, buena parte anticomunistas cubanos realojados como ciudadanos estadounidenses, fueron sorprendidos de manera casual por la policía en las oficinas del Partido Demócrata del edificio Watergate, pensando que era un intento de robo. Les pillaron con material para pinchar teléfonos y mínimo tres dígitos de dólares en el bolsillo a cada uno. Desde el Partido Republicano y la Casa Blanca, en manos del ultraderechista Richard Nixon por entoces, se condenaron los hechos y se negó cualquier participación, con las venideras elecciones en mente en las que Nixon volvía a postularse como presidente, revalidando de nuevo su cargo. Sin embargo, el tema llamó demasiado la atención a diversos medios por multitud de razones que olían a un asunto de corrupción y terrorismo de Estado, y finalmente quedaron a la vanguardia de dicha investigación, contra viento y marea y siendo vilipendiendo por casi toda la prensa, agencias gubernamentales e incluso compañeros de su propio periódico, dos periodistas del Washington Post por entonces no muy conocidos: Bob Woodward y Carl Bernstein.
La infinidad de artículos que escribieron al respecto, hasta el punto de que llegó a peligrar la propia existencia de este gigante del poder mediático español, desveló la desaparición de archivos de la Casa Blanca, la desviación de donaciones al Comité para la reelección del Presidente como dineron negro para financiar la operación de espionaje, la participación de miembros del Partido Republicano que tenían destacabilísimos puestos de gobierno… Gran parte de esta información se consiguió gracias a que Woodward se reunía anónimamente con Mark Felt, agente del FBI que se hacía llamar ‘Garganta Profunda’, en alusión a la pelicula porno que lo estaba petando ese año. Felt dijo haber hecho esto más de treinta años después por una cuestión de piques internos por la dirección del Buró cuando murió su histórico director, Hoover, aunque la corruptela en la que estaban participando con el gobierno de Nixon y la contrainsurgencia que el propio Felt dirigió hacia grupos radicales como la Weather Underground, en la que se saltaron tropecientos artículos de la constitución estadounidense e infinidad de leyes, probablemente le darían algo de remordimiento a Felt. Hay quien ha comparado a Felt con Edward Snowden, el ex-trabajador de la NSA y la CIA que reveló el espionaje digital generalizado a la población mundial del gobierno yanqui, del cual ya hablamos en este blog al reseñar Citizen four (Lautra Poitras, 2014), pero la verdad es que Snowden no ha estado ni cerca de hacer las atrocidades y criminalidades que sí hizo Felt en una época en la que la administración de poder de EEUU veía de verdad peligrar su existencia como estado frente a una fortísima oposición interna y externa, armada y no armada.
Vilipendiados, bajaron el volumen de las investigaciones tras la reeleción de Nixon, asustados además de recibir denunciar por calumnias, a pesar de que Felt confirmara que todo lo que habían publicado era verdadera. Sin embargo, las asociaciones eran tan graves que provocaron movimiento dentro de diversos departamentos de los Estados Unidos. Ciertas grabaciones que implican a buena parte del personal cercano a Nixon se hicieron públicas a inicios de 1973, y un Gran Jurado terminó por imputar a 7 de ellas. Las cintas también imputaban a Nixon, y cada vez más testimonios lo situaban en el ojo del huracán, a pesar de que siempre se procuró reiterar que el presidente no sabía nada de la operación de espionaje. A pesar de sacar pecho reiteradamente y decir que no iba a dimitir, mientras la presión en la calle y desde la judicatura era cada vez más fuerte, en agosto de 1974 renunció a la presidencia, y meses más tarde su sucesor Gerard Ford lo indultó, por lo que Nixon jamás pagó por uno de los casos más sucios de criminalidad de las instituciones del estado en dicho país. Sí que pagaron con cárcel integrantes de su círculo cercano implicado y los siete mercenarios pillados in fraganti en el Watergate: penas de años y años de cárcel se transformaron en penas de un año y medio de media, en algunos casos incluso de dos meses, gracias a indultos emitidos por los gobiernos de Gerald Ford y del ya demócrata gobierno de Jimmy Carter. Y es que, como siempre decimos en este blog, el Estado siempre protege a quien le hace el trabajo sucio.
La película está basada en el libro que escribieron ambos periodistas, aunque dicho libro acaba en enero de 1974, y la película termina con la reelección en otoño de 1972. Estamos igualmente ante una pieza fílmica tremenda y muy recomendable. Pertenece a la llamada ‘trilogía de la paranoia’ de Alan J. Paluka, uno de los directores más polémicos de EEUU. Se dio a conocer como un director famoso gracias a esta película principalmente, que es la tercera de una serie de tres películas conocida como ‘Trilogía de la Paranoia’: Klute (1971), que trata de un empresario desaparecido y un detective que contacta con una trabajadora sexual a la que frecuentaba para encontrarlo; y The Parallax View (1974), que enlaza diversos asesinatos sospechosos con una organización extraña que investiga un reportero. Buenas películas ambas, que finalmente no hemos incluido en este blog por considerar que les faltaba algo más de politización, y en el caso de la primera un mejor trato más libre de estereotipos hacia el trabajo sexual. Igualmente ambas recomendables.
Y en este caso, una película tremenda, que mantiene el vilo de principio a fin, y muy recomendable.
Título original:Contracorriente
Dirección: Pepa García Ramos, Julien Russell Guion: Pepa García Ramos Música: Ramón Martínez, José María Rodríguez Productora: Graphic production & Services S.L., TVE S.A. País: Reino de España Año: 2001 Duración: 51 min.
Antenas de repetición de telefonía, torres de alta tensión y generadores urbanos son acusados en este documental de generar los severos problemas de salud que relatan varias personas supervivientes o padecientes de cáncer. Así pues, veremos entrevistas a las madres de varias niñas de un colegio de Valladolid donde para el año 2001 en que se hizo el reportaje se cerró el colegio porque ya había tres casos de cáncer –una de las niñas falleció poco después de la realización del documental-, para las madres asociado a las antenas telefónicas que había justo encima del centro educativo. También se habla con una familia del barrio de Orcasitas en Madrid y con demás integrantes de esta asociación de vecinos, una de las más combativas históricamente del sur de la capital, a favor de retirar las torres de alta tensión, y finalmente veremos varios casos dispersos por la geografía ibérica en que vecindos de pisos conviven o consiguen mudarse tras experimentar problemas de salud que asocian a antenas en lo alto de su edificio o transformadores de alta tensión en los bajos de la finca.
El debate estaba servido en la comunidad científica, y el documental entrevistó a profesionales de ambas opiniones. Sin embargo, no es complicado ver que está bastante posicionado a favor del pensamiento de que estos aparatos son culpables: el gran espacio que le da a las víctimas sanitarias -cosa nada habitual en documentales de esta naturaleza-, el gran espacio que también da a personas que están investigando en la línea de cómo afectan las ondas electromagnéticas al cerebro humano y a su cuerpo y la señalización de que las personas que estén reiterado que dichos aparatos no tienen nada que ver con los problemas sanitarios están cobrando de las empresas o son representantes del gobierno, el cual también cobra de estas mismas empresas. Por ello no sorprende a mucha gente de que la presión de las empresas hidroeléctrocas consiguiera sus frutos: consiguieron que este reportaje, que ya tenía fecha de emisión en el prestigioso programa de Televisión Española ‘Documentos TV’, fuera censurado por la directiva de la principal cadena estatal, por entonces puesta a dedo por el gobierno derechista de José María Aznar.
Aún así, nos encontramos ante un reportaje que a día de hoy sigue teniendo visualizaciones, siguen siendo muy útil y didáctico y en esta época en la que las antenas 5G y las redes wifi pueblan todavía más nuestros territorios, sigue con más actualidad que nunca. Muy recomendable.
Título original:Cuando el Estado Mata Productora: RTVE País: Estados Unidos Año: 1998 Duración: 52 min.
Este interesante documental analiza la cuestión de la pena de muerte, contextualizando en su época obviamente, y muy centrado en los EEUU, que es donde se llevó a cabo. En concreto en esta época el debate estaba muy encendido y confrontado entre partidarios de la pena de muerte y detractores. El documental procura dar voz a ambos, aunque la línea es claramente abolicionista. Uno de los personajes principales que entrevistas es un ex-verdugo de la silla eléctrica reciclado como profesor de universidad, que desarrolla unas reflexiones bastante interesantes. También entrevista a familiares de diferentes personas asesinadas, que tienen opiniones muy diversas en torno a este tema, y a abogados y allegados de personas asesinadas bajo la pena de muerte. Del mismo modo nos desarrolla una historia muy adecuada de la pena de muerte, habla de otros lugares del mundo, de resistencias, de medidas estatales para seguir ejecutándola, de los diversos métodos…
Es un documental muy completo y muy recomendable.
No hemos conseguido apenas información sobre la pieza fruto de las restricciones en la hemeroteca digital de El País, donde lo mencionan, y por ello la ficha ténica es tan parca. Cualquier información al respecto de este documental que no tengamos la agradeceríamos.
Título original:In grave danger of falling food
Dirección: Toni Gailey, Julien Russell Guion: Toni Gailey, Julien Russell Música: Derek Williams Productora: Australian Film Comission País: Australia Año: 1989 Duración: 52 min.
Bill Mollison, originario de Australia, es el protagonista de este documental, autor de diversos libros que hablan del tema de esta pieza audiovisual: la actualmente conocida como permacultura. En resumen, lo que intenta Mollison es conseguir mediante el conocimiento de cómo funcionan los ecosistemas salvajes, la creación de hábitats donde los seres humanos puedan vivir con comodidad con infinidad de alimentos y a la vez ser completamente sostenibles, ya que son ecosistemas que funcionan independientemente de la presencia humana, y sin consumir recursos. Según Mollison, ello podría evitar el hambre de diversas zonas del mundo actualmente desertizadas por guerras y la colonización, como amplias partes de África, provocando además que vuelvan a tener ecosistemas sostenibles con otras especies. A largo plazo a mayor escala, acabaría con la desertización de ciertas zonas, en concreto con la provocada por las prácticas históricas y actuales de los seres humanos.
Interesante documental y un acercamente muy útil y didáctico a la permacultura. Recomendable.
Título original:Los niños de Rusia
Dirección: Jaime Camino Guion: Jaime Camino Música: Albert Guinovart
Fotografía: Martín Ardanaz, Arturo Olmo, Rafael Solís Productora: Tibidabo Films País: Reino de España Año: 2001 Duración: 93 min.
En la primavera de 1937, durante la ofensiva franquista contra la franja cantábrica que había permanecido leal a la II República, las autoridades locales organizaron salidas en barco para salvar a los niños de los bombardeos y de los asesinatos producidos por el ejército golpista y sus aliados extranjeros. Centenares de niños y niñas fueron enviadosa Inglaterra, a Francia y especialmente a la Unión Soviética, donde la acogida fue entusiasta y muy calurosa. En este documental hablan los y las protagonistas de esta historia, que tenían entre 5 y 12 años cuando les ofrecieron la posibilidad de abandonar la zona de guerra en la que llevaban meses viviendo, cuyo destino fue la URSS.
Aquí veremos reflexiones al respecto hechas tras más de 60 años de aquellos, cómo se desarrollaron sus vidas, qué hubieran querido hacer con sus vidas y no pudieron, el desapego familiar forzado que sufrieron, el asesinato de sus familiares en pelotones de fusilamiento mientras estaban en Rusia… Cuatro años después de llegar a la URSS volvieron a verse dentro de una guerra por culpa de los mismos que habían provocado la guerra civil española, salvo que en este caso el bando en el que se encontraban sí ganó la guerra. Durante ese tiempo pasaron hambre, en algunos casos pudieron irse hacia el interior de la URSS (Urales, Kazajastán…), en otros tuvieron que sufrir los bombardeos de la aviación nazi (en Moscú, por ejemplo) y en otros casos murieron, ya fuera por hambre y frío o por las bombas alemanas, o por todo a la vez, como les ocurrió a los cientos de niños exiliados y y a casi el millón de habitantes que tenía la ciudad de Leningrado durante el asedio que vivió entre 1941 y 1944. Más tarde llegó la vuelta a partir de 1956 para parte, y de esta parte la mitad más o menos prefirió volver a la URSS por no resistir el hambre, la minusvaloración social y el estigma que les perseguía al volver. Y hubo quien prefirió ir a Cuba una vez victoriosa la revolución socialista.
Tremenda pieza que nos ofrece un prisma muy importante de la historia española a nivel internacional y a nivel interior del siglo XX. Algunas reflexiones de estas personas nos han parecido muy interesantes y muy tremendas, lo cual nos hace, sin obviar el excelente planteamiento del documental, recomendarlo encarecidamente.
Título original:La Columna Chamanov
Dirección: Konstantin Kamroukov Guion: Annia Daubenton, Thibaut d’Oiron Productora: RTVE País: Reino de España Año: 2000 Duración: 52 min.
En estos días en que las ansias expansionistas rusas son habitual noticia en prensa occidental, este documental nos ha llegado a nuestraa manos precisamente ahora: un soldado del ejército ruso grabó y contó sus experiencias en el frente de Chechenia durante la primera guerra chechena (1994-1996), en concreto durante el invierno y la primavera de 1996. Ahí tendremos la oportunidad de compromar la pobreza extrema y el alcoholismo que afecta a los soldados rusos, que es lo que les termina llevando a alistarse en el ejército, junto con una aversión de tipo altamente racista contra la población chechena, hablando de asesinar a todo el mundo, y a la vez teniendo remordimientos y reparos en caso de tener que hacerlo.
Por otro lado veremos situaciones interesantes en las que autoridades y población mayor chechena intenta negociar, en general infructuosamente, con el ejército ruso a la desesperada, antes de que arrases los pueblos en los que se han criado, cosa que hacen sin reparos de ningún tipo bajo las órdenes de unos oficiales completamente deshumanizados que sudan abiertamente de las declaraciones de tregua y alto el fuego emitidas por el gobierno ruso.
Tremendo documentos histórico muy recomendable y muy descarnado.
Completa en diversas plataformas, como archive. Aunque por desgracia es la misma copia en todos casos, con poca calidad y algún corte a inicio y a final.
Además de ser el estandarte de la productora de cine independiente Troma, orgullosa de ser denostada y catalogada como serie B por la industria mainstream, El Vengador Tóxico es una sátira gore y cutre contra la destrucción del medio ambiente y los intereses políticos que la van permitiendo. Tromaville, situada junto a Nueva York, alberga los residuos tóxicos de ésta, hasta niveles que están generando serios problemas de salud y la ciudad y conflictos sociales graves. Melvin, el protagonista, es objeto de bullying por parte de un grupo de machirulos de gimnasio y junto con sus novias que comparten sus apreciaciones de la vida. Finalmente es arrojado por la ventana del gimnasio donde trabaja como personal de mantenimiento, y acaba en uno de los camiones que transportan los residuos. En lugar de morir de manera dolorosa y horrible, como ocurriría en el mundo real, los residuos le dan una fuerza sobrenatural, y pasa a defender a la población de los males que le aquejan.
A lo largo de las cuatro películas los temas que vamos a tratar aquí y que hacen que la coloquemos en este blog están presentes, pero principalmente lo están en la primera. Nos encontramos sin lugar a duda con un panfleto cinematográfico ecologista aderezado con gore ochentero y cosas de superhéroes, o algo así. Los personajes que a menudo son los buenos de las películas hollywoodienses (cargos públicos, policías, empresarios, pijos guapos y atractivos, pijas guapas y atractivas…) son o los malos o unos incompetentes gilipollas, vamos, como en la vida real. Son bullys, corruptos, vagos, no hacen su trabajo o hacen lo contrario para que les aporte más beneficios, o con ello han hecho de Tromaville un infierno para sus habitantes. Asi pues veremos escenas típicas de la joven chica guapa huyendo de un malvado monstruo deforme, pero con los papeles cambiados: preferiremos que la chica guapa sea alcanzada porque es una abusona. O veremos una adorable señora ama de casa que resulta tener detrás una enorme trama de tráfico de drogas. Resulta muy curioso que los malos no sean apenas personas negras, indias o asiáticas, cosa que ocurría en gran parte del cine tanto mainstream como independiente de la época.
En las siguientes tres temporadas veremos cosas parecidas pero no tan explícitas. En la segunda la trama se va un poco de madre y acaba con un conflicto familiar en Japón. En la tercera ‘Toxie’ termina siendo comprado y trabajando para la empresa contaminante, lo cual nos ofrece unas reflexiones interesantes sobre el ecologismo comprado por el capital y las dinámicas que se generan. En la cuarta, un universo paralelo a Tromaville terminará colocando a Toxie luchando contra su ‘yo’ malo y sus partidarios, y de paso contra un grupo de neonazis encabezados por un policía -cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia-.
Entre sus pretensiones de colocar la marginalidad con cierto protagonismo en la obra, nos encontramos a menudo personas discapacitadas, neurodivergentes, prostitutas, homosexuales y travestis, que tienen papeles dispares a ambos lados de la línea bueno-malo, y a veces cruzándolas. Curioso para ser una época en la que estos personajes estaban tremendamente invisibilizados en el cine yanqui, y si estaban presentes lo era bajo altos niveles de estereotipaión. Aunque de la sexualización y objetivificación de ciertos cuerpos feminizados esta película no se libró, mostrando tropecientos cuerpos desnudos nunca de hombres que nos recuerdan un poco a la sexplotation y al cine de destape español de la misma época.
En resumen, tremenda película imprescindible de ver y muy recomendable, y si tenéis tiempo y ganas y os encanta este tipo de cine, ved las cuatro.
Les es un frustrado guardia de seguridad de una empresa de mala muerte que decide someterse voluntario a un experimento con nueva medicación por una pequeña cantidad de dinero. El experimento le genera la sensación de tener superpoderes, y por tanto decide dedicarse a combatir el crimen. Para todo superhéroe hacen falta unos malvados a su altura, y aquí entra la empresa realizadora del experimento: con el fin de tapar un fallo enorme en los efectos secundarios de su medicación, intentan neutralizarlo como sea.
Desde luego no es la típica película lamentable y tópica de superhéroes. Además de encontraron con la cuestión de la neurodivergencia como argumento fundamental del film, vemos también una fuerte crítica a dinámicas del capitalismo relacionadas con la libre empresa y la obtención de beneficios a cosa de la salud de otros seres humanos.
Vicente Blasco Ibáñez, además de ser un famoso literato de origen valenciano, uno de los más famosos de todo el reino y sin duda el novelista contemporáneo valenciano más famoso, fue un fervoroso republicano metido desde joven en pronunciamientos y en política. Encargada ni más ni menos que a un outsider autodeclarado anarquista como fue Luis García Berlanga, esta serie no sólo no omite esta faceta de su vida o la reduce como se nos ha enseñado a este autor en la escuela, sino que ocupa un papel fundamental en la miniserie, más si cabe que su faceta literaria. Así pues, este producto audiovisual nos aporta una visión muy completa de la época de la Restauración Borbónica (1874-1923) vista por una de sus más famosas figuras disidentes del régimen.
Así pues, veremos al escritor metido en intentos de sublevación civil y militar, exiliándose, como candidato de partidos republicanos y finalmente siendo un indiscutible líder del republicanismo radical español, confrontado por la izquierda con Rodrigo Soriano (esto la verdad es que no queda bien descrito en la serie, podría haberlo planteado mejor, la verdad). Y como no todo el monte es orégano, Blasco Ibáñez no es un héroe épico en esta serie, lo veremos tratando de manera desdeñosa a su mujer, aprovechándose de su dinero y de su clase para manipular al electorado e incluso para explotar a trabajadores, compadreando con la clase política monárquica e incluso con la propia realeza… Y muchas más cosas que lo dejan como un buen hijo de su tiempo en el mal sentido del término.
En cualquier caso, muy buena serie y muy recomendable.