Generation Kill

Título original: Generation Kill
Dirección: David Simon, Simon Cellan Jones, Susanna White
Guion: Evan Wright, Ed Burns, David Simon
Música: Varios
Fotografía: Ivan Strasburg
Reparto: Alexander Skarsgård, James Ransone, Lee Tergesen, Billy Lush, Marc Menchaca, Jon Huertas, Rey Valentin, Kellan Lutz, Pawel Szajda, Stefan Otto, Stark Sands, Wilson Bethel, Sal Alvarez
Productora: C
oproducción Estados Unidos-Reino Unido; HBO, Blown Deadline Productions, Company Pictures
País: Estados Unidos
Año: 2008
Duración: 420 min.

Esta miniserie acompaña desde los días previos a la invasión de Irak de marzo de 2003 a pocos días después de la caída de Bagdag (aproximadamente un mes) a un regimiento de los Marines de los Estados Unidos, cuerpo de élite del ejército de los EEUU vanagloriado por tropecientosmil películas y videojuegos. En esta producción audiovisual la cosa no es tan épica. No somos capaces de hacer un recuento de la cantidad de lamentabilidades en relación a la actuación de los EEUU sobre Irak y en concreto a las protagonizadas por este cuerpo de fanáticos patriotilleros archi-racistas, machistas, homófobos, violadores en potencia y con claras tendencias a la ultraderecha en diversos casos. Podemos ver desde asesinatos directos contra civiles, prisioneros, infantes y explosiones de pueblos enteros por la simple sospecha -finalmente desacreditada en todos los casos- de que había combatientes iraquíes escondidos. La mayoría de las veces estos crímenes de guerra generan tensión internas, pero todo acaba difuminándose en intentar taparse todo el mundo mutuamente para evitar represalias y malos royos dentro de la compañía.

 

La serie no trata de hacer una crítica panfletaria antibelicista, sino que procura mostrar la situación tal y como es, mostrando también los lados humanos de estos jóvenes y no tan jóvenes, carcomidos en todos los casos por la situación de guerra. Algunos dudan y tienen conflictos internos grandes, pero finalmente prosiguen adelante con todo esto. La presencia de un periodista de la revista The Rolling Stones desde el inicio de la invasión sirve como elemento externo que extrema todavía más la tensión ante situaciones criminales presenciadas por un civil, que es a menudo ninguneado, devaluado y su presdencia provoca rebuscadas justificaciones de comportamientos que bajo ningún concepto, incluida la guerra, son justificables.

 

El racismo es un elemento realmente presento a lo largo y ancho de toda la serie, ya sea contra ‘aliados’ (miembros no blancos de los Marines, el traductor militar, civiles iraquíes pro-estadounidenses, aliados kuwaitíes…) o contra los iraquíes, ya sean soldados o civiles. Y se desarrolla desde imitaciones vergonzosas del acento de la zona al hablar inglés hasta la justificación de asesinatos a sangre fría, pasando por un abanico de situaciones gravísimas, algunas de ellas protagonizadas por soldados y oficiales que podrían militar perfectamente en una agrupación supremacista blanca en la vida civil.

 

Por último, queda la reflexión que sobrevuela toda la serie y sobre todo el último capítulo sobre si la intervención de EEUU en Irak -denominada oficialmente ‘Libertad para Irak’- estaba o no justificada y ha mejorado o empeorado las cosas. En cierto momento de la serie los soldados reciben la orden de dejar el equipo protector de armas químicas y nucleares sin más profundización, dejando claro que la excusa de las armas de destrucció masiva que posería Saddam Husseín era una trola. En otro momento se permite que Bagdad sea un campo de batalla sin cuartel entre bandas mafiosas y entre chiíes y sunníes sin que los militares estadounidenses quieran arriesgarse a poner orden a costar de perder efectivos y material bélico. Las instituciones iraquíes dejan de funcionar y en la ciudad y gran parte del país se vive un éxodo masivo, una toma de control de ejércitos paralelos de ciertos territorios y una ineficiencia absoluta de los servicios ciudadanos básicos, lo cual, acompañado del asesinato de civiles -incluyendo niñes- a manos de bombas y misiles de la coalición EEUU-Gran Bretaña-Reino de España o directamente de los cañones de las armas automáticas de los militares, deja bastante en tela de juicio la intervención occidental salvadora sobre el país. De esto se dan cuenta perfectamente varios de los marines protagonistas de la serie, que tampoco quedan exentos de recibir estas críticas de parte de mujeres iraquíes indignadas por la pérdida de familiares, y de una occidental que les escupe a la cara que en realidad están ahí por el petróleo. Pero nuestros protagonistas son militares, están ahí para obedecer, incluyendo obedecer órdenes lamentables de superiores más que discutibles y con grandes problemas de respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, elemento que también sirve en la serie para ver cómo la cadena de mando y las decisiones tomadas por la misma llevan a situaciones del todo lamentables para todo el mundo, marines y sobre todo iraquíes.

 

Una serie muy recomendable, muy dura en diversos momentos -aunque no es demasiado gore, pero contiene escenas realmente sobrecogedoras- y que a las personas que vivimos la guerra de Irak desde países beligerantes como el Reino de España nos recordará momentos buenos y malos y nos hará sentirnos cómplices indirectos de estos crímines contra la Humanidad que aparecidos en la serie, y a la vez nos hará sentirnos más felices de haber ido a las manifestaciones contra la guerra en el caso de haber ido.

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