Título original: Gernika
Dirección: Koldo Serra
Guión: Carlos Clavijo Cobos, Barney Cohen
Música: Fernando Velázquez
Fotografía: Unax Mendía
Reparto: María Valverde, James D’Arcy, Jack Davenport, Burn Gorman, Ingrid García Jonsson, Álex García, Julián Villagrán, Irene Escolar, Joachim Paul Assböck, Bárbara Goenaga, Víctor Clavijo, Natalia Álvarez-Bilbao, Elena Irureta, Markus Oberhauser, Jon Ariño.
Productora: Pecado Films, Travis Producciones, Sayaka Producciones Audiovisuales, Gernika The Movie, Pterodactyl Productions, Anima Pictures
País: Reino de España
Año: 2016
Duración: 110 min.
Si conocemos un poco la historia del estado español de las últimas décadas, no es extraño que no se haya hecho una película sobre uno de los hechos militares más conocidos de la historia europea hasta casi 80 años de que tuviera lugar. Como bien se avisa al final del film, el gobierno español aún no ha pedido disculpas por el bombardeo sobre Gernika y la masacre civil que produjo, puesto que la versión oficial, desmentida por infinidad de historiadores y documentos oficiales, fue que la Legión Cóndor alemana, actuando por su cuenta, ordenó y ejecutó el bombardeo, cuando es bien sabido que lo hizo bajo una orden del alto mando franquista.
Este punto queda bien explicado en la película, lo cual nos alegra mucho, porque cuando empezamos a verla temíamos que no fuera así. Y también quedan muy bien explicadas unas cuantas cosas más, como el papel de la prensa en el hecho -aunque podían haber profundizado más-, el tipo de explosivos empleados, las diversas pasadas -incluida la realizada por aviones italianos-, el ametrallamiento de la población civil, el uso del bombardeo como experimento de cara a los futuros bombardeos de la Segunda Guerra Mundial -pocas semanas después de ser arrasada, Gernika caería en manos fascistas, momento en el cual los nazis pudieron estudiar los daños que produjo su actuación- y hay que reconocer que la ambientación histórica de Bilbao y de Gernika está muy bien lograda.
Sin embargo, consideramos que el bombardeo sobre Gernika es ya de por sí un hecho suficientemente fuerte como para que no hiciera falta colocar un drama amoroso ficticio en mitad de la película que no aporta nada a nivel histórico ni político, como mucho vuelve la película más atractiva para un público simplón e ignorante, cuando probablemente el público que quiera ver esta película mayoritariamente no sea ni una cosa ni otra. Vamos a obviar los fallos de guion que hay, que no son pocos, y vamos a centrarnos en algunos fallos históricos. Por ejemplo, el consulado soviético en Bilbao no era tan fuerte ni tan activo como aparece en la película, y probablemente tendrían alguna checa en la ciudad y no serían los únicos, pero ¿en Gernika? Venga ya, eso es absurdo, un golpe de guion para colocar a los protas en la ciudad durante el bombardeo, y para colocar a los soviéticos de malos malísimos en un contexto geográfico en el que no tenían prácticamente poder si lo comparamos con el que tenían en Madrid o Barcelona. Empezando porque las armas rusas no llegaban a la franja cantábrica leal a la República. Y luego hay otros detalles, como que los soldados del Eusko Gudarostea y la Ertzaña lleven el mismo uniforme, o que en una conversación una de las protas, en vez de decir que es republicana, diga que es “demócrata”. Esto es hacer presentismo. Sin obviar que hubo narrativas hegemónicas ya en el momento en las que se planteaba el conflicto entre democracia y fascismo, lo cierto es que esta forma de autodefinirse es más propia del día de hoy que de la guerra civil.
Y como último apunte y para no alargarnos, la verdad es que hubiera estado muy bien que la película siguiera un poco más después del bombardeo, y no acabe prácticamente justo después, obviando sucesos muy interesantes que pasaron después: el baile de cifras, las tareas de sacar a gente viva y muerta de los escombros, los cientos de heridos, la llegada de medio gobierno vasco a la ciudad y de absolutamente todos los corresponsales de prensa, y el parte oficial del gobierno de Burgos, acusando a lo “dinamiteros asturianos” de haber volado Gernika.
Aún así, es una película entretenida, bastante bien hecha, y el mayor mérito que tiene es haber logrado una ambientación bastante próxima al contexto que se vivió en aquellos días en Vizcaya, aunque obviando bastantes cosas que no habría estado de más citar (el gobierno del PNV, los piques con el ejército republicano, las apenas retratadas milicias…). En general, recomendable.