Precaristas

Título original: Precaristas
Dirección: Marc Garses, Alex Losada
Guion:
Guille Larios
Música: Silvia Tomás Trio, Resiliència Rap, Mash Masters
Fotografía: Marc Garses, Alex Losada
Productora: InèrciaDocs
País: Reino de España
Año: 2018
Duración: 75 min.

En 2011, en el marco del movimiento 15-M y de su fuerte vínculo con la crisis económica, los desahucios y la lucha por la vivienda, se crea la Federación Anarquista de Gran Canaria (FAGC). En su primer año de vida ya saltaron a la prensa estatal con una contramanifestación contra el sindicato fascista Respuesta Estudiantil, o con la toma de la tribuna sindical de los sindicatos oficiales CCOO y UGT el 1.º de mayo de 2012 en un momento de tensión. Pero lo que ha terminando siendo seña de identidad de la FAGC ha sido la cuestión de la vivienda: desde la FAGC impulsaron el sindicato de inquilinas de Gran Canaria, que comenzó a aglutinar gente con problemas de vivienda desde una forma de funcionar asamblearia, alejada de los dirigismos de organismos que tratan el tema, como Asistencia Social o incluso muchas de las Plataformas de Afectados por la Hipoteca. Este modelo caló en sus contexto social, y no mucho después de su fundación el sindicato se componía de cientos de personas, que paraban desahucios y efectuaban realojos okupando enormes viviendas que se habían quedado vacías o sin inaugurar ni terminar fruto de la crisis de 2008.

El documental nos sitúa en la vida cotidiana de varias de las colonias habitacionales habitadas y/o defendidas por la FAGC. En especial por el buque insignia de la FAGC, la comunidad La Esperanza, una de las comunidades okupadas más grandes dentro del Reino de España, que alberga a más de dos centenares de personas, buena parte de ellas con criaturas pequeñas. Replicando este éxito, fueron okupando más viviendas a lo largo de la isla. En el documental veremos algunas, con cuestiones derivadas, sentires y experiencias de la gente que vive en ellas, opiniones al respecto de gente de la FAGC, y también veremos a representantes de la administración pública tirando balones fuera sobre el conflicto de vivienda para evitar mojarse en favor de la gente perjudicada por la violencia inmobiliaria. Una violencia que el documental, la FAGC y el sindicato vinculan certeramente a la cuestión del turismo. Y es que las Islas Canarias, además de ser una de las últimas colonias del Reino de España en África -no nos olvidemos de este detalle, por muy comunidad autónoma que sea-, sigue bajo un modelo de explotación colonial, en este caso con el turismo al principio de la lista. Y ello ha conllevado, como en el resto del continente, la pauperización de las condiciones sociales y económicas de su población, empujándola hacia la máxima precariedad y hacia la indigencia. Incluso prosigue el feudalismo al estilo del implantado en el siglo XV, con los intentos de expulsión de una comunidad de barracones creada para la explotación agraria por parte del Conde de la Vega, aristócrata propietario a día de hoy de media isla, que ha sustituido la producción alimentaria por la industria turística. La FAGC y el sindicato se enfrentan a ello mediante herramientas históricas del anarquismo, con son la autoorganización, la autogestión y el apoyo mutuo, y a día de hoy, casi seis años después del estreno de este documental, aunque parecen no tener tanta actividad como antes de la cuarentena, parecen seguir en pie todas sus comunidades -salvo una, que quizás ya había sido desalojada cuando se rodó el documental: “El Nido”, desalojada por una traición perpetrada por el ayuntamiento de la localidad-. Podemos seguir valorándola como una experiencia exitosa, que más tardíamente se ha extrapolado al resto de la península bajo nombres como Asambleas de Vivienda, Sindicatos de Barrio o Sindicatos de Vivienda.

El documental tiene el mérito de ofrecer las voces de estas personas en la gran pantalla, unas voces casi siempre ignoradas, sólo dadas a conocer por quienes comparten afinidades ideológicas, puesto que el resto de la sociedad prefiere tildarla de “okupas” y con ello todos los prejuicios al respecto. Frente a esta criminalización, la FAGC prefiere llamarles “precaristas”, como defensa judicial y como reivindicación de su condición económica. Si bien no estamos de acuerdo con todos los discursos que se dan en el film, su valor como experiencia práctica le hace entrar por la puerta grande en este blog de recomendaciones fílmicas.

Muy recomendable.

Completa en Youtube y en nuestro archivo.

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