Cartas de Berlín

Título original: Alone in Berlin
Dirección: Vincent Pérez
Guión: Vincent Pérez, Achim von Borries, Bettine von Borries
Fotografía: Christophe Beaucarne
Reparto: Daniel Brühl, Emma Thompson, Brendan Gleeson, Katharina Schüttler, Mikael Persbrandt, Hildegard Schroedter, Uwe Preuss, Godehard Giese, Lars Rudolph, Rafael Gareisen, Katrin Pollitt, Rainer Reiners, Marko Dyrlich
Productora: Coproducción Reino Unido-Alemania-Francia; FilmWave, Master Movies, X Filme Creative Pool
País: Reino Unido
Año: 2016
Duración: 103 min.

En 1940, durante la invasión alemana de Francia, el hijo único de Otto y Anna Quangel cae en combate. Este traumático hecho convirtió este matrimonio de aparentes ciudadanos modélicos del Reich – él era excombatiente de la Gran Guerra, y ella miembro desde 1936 y destacada dirigente de la Asociación de Mujeres Nacionalsocialistas- en una célula antinazi que operó en la ciudad de Berlín durante dos años mediante la difusión de postales y cartas contrarios a la guerra y al régimen nacional-socialista. Estas originales volatinas mantuvieron en vilo a las autoridades policiales, a las SS y a diversos políticos locales bajo el miedo de un posible movimiento antinazi que surgiera en el mismo seno de la capital del Reich, en especial de las que nunca fueron entregadas a las autoridades por buenos ciudadanos alemanes adeptos al Führer.

La historia ocurrió de verdad, más o menos como la cuenta la película, basada a su vez en una novela publicada al poco del fin del régimen nazi. En ésta ya tienen lugar los cambios que contradicen la historia: no murió un hijo que tuvieran en común, ya que no tuvieron descendencia,, sino que el caído en combate en 1940 fue el hermano de Anna -que realmente se llama Elisa, y en realidad se apellidaban Hampel, por cierto-, y en efecto fue el detonante del inicio de su activismo antinazi. La captura del matrimonio tuvo más que ver con chivateos que con la diligencia de la Gestapo y la policía prusiana. Y sobre todo, el comisario Escherich es una figura inventada, que sirve para narrar las jerarquías y autoritarismos internos del III Reich, y sirve como blanqueo a la institución policial. Si fuera más habitual entre los cuerpos de seguridad de los diversos estados los procesos de desengaño que tienen lugar en la figura de este comisario, y optaran por lo que finalmente lleva a cabo este personaje, no sólo lo celebraríamos mucho en este blog, sino que sin duda habría menos gente dispuesta a componer estos cuerpos, porque una de sus características es la falta de escrúpulos y de empatía hacia la gente a la que reprimen.

Recomendable.

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