Damien es el típico machirulo machistorro blanco de clase media alta francés. Trata a las mujeres como objetos sexuales y hace el cuñado con sus amigotes, lo típico, vamos. Hasta que se da una hostia tremenda contra una farola y despierta en un mundo al revés que el suyo: existe el matriarcado, las mujeres tienen el poder y los hombres son sometidos a su deseo. Demian es tratado como un loco fantasioso que habla de un mundo al revés que sólo está en su cabeza, mientras va planeando estrategias de cómo hacer frente a la situación que se está encontrando.
Un buen y original intento de describir y criticar el patriarcado, recomendable.
Título original: Indignados Dirección:Tony Gatlif
Guión: Olivier Assayas Fotografía: Sébastien Saadoun
Productora:Princess Film
País: Francia
Año: 2012 Duración: 122 min.
Una joven inmigrante sin nombre consigue llegar a las costas griegas. El racismo europeo le va poniendo las cosas difíciles, entre comisarías, centros para inmigrantes y órdenes de expulsión, impidiéndole incluso sobrevivir por su propia cuenta. Pero es el contexto de las revueltas en el norte de África, que vivirá junto a sus compas que proceden de allí, y terminará llegando al Reino de España para vivir en primera persona el movimiento 15-M. La película enfatiza en los extractos del libro de Stéphane Hessel ¡Indignaos!, al que se atribuyó el inicio de esta ola de protestas, en los que critica el mal trato dado contra la inmigración en Europa y lo asemeja a las políticas capitalistas cada vez más extendidas. Tremendo enfoque de este fenómeno, muy en la línea de su director. Muy recomendable, en especial para quienes quieran darse un remember volviendo a revivir aquellos intensos días de acampadas, movilizaciones masivas y luchas urbanas.
Gilles estudia en un instituto francés a inicios de los años 70. El mayo del 68 acaba de ocurrir, y la calle sigue agitadísima. Forma parte de un grupo de tendencia anarquista que realiza acciones puntuales junto a integrantes de la trotskista LCR en el centro de estudio. Fuera se suceden manifestaciones antirrepresivas, violencia policial y viajes para huir de la policía a otros países, que hacen que el grupo de afinidad se vaya dividiendo entre relaciones amorosas, nuevos destinos, nuevas complicidades políticas y la eterna pregunta juvenil de qué hacer laboralmente de cara al futuro.
Buena descripción de la situación post-mayo francés, con sus logros, sus límites, sus victorias y sus miserias. No hay un final cerrado; el final es la vida misma en base al compromiso que elijas frente a la lucha contra el sistema. Bastante recomendable.
Dave y Boo son dos jóvenes de un criminalizado barrio negro de Chicago. Un día se enteran de la posibilidad de retratar sus vidas mediante la iniciativa de realizar un programa sobre su medio vital por parte de un radioperiodista blanco, lo cual aceptan. Este experimento termina marcándoles completamente su vida, a la vez que sale a la luz el clima de hostilidad, pobreza, canibalismo social y racismo al que se ven sometidos cotidianamente. Tras levantar una polémica dentro del barrio, más tarde volverían a ser llamados proponiéndoseles cubrir la polémica noticia del “asesinato” de un niño a manos de otros dos niños en el barrio por un tema de drogas.
Bastante bien lograda y un buen intento de recrear los contextos sociales que describe. Recomendable.
Un día de trabajo en el único lavadero de coches a mano que queda en toda la ciudad está repleto de situaciones estrambóticas que harán reír al público. Cada personaje es bastante concreto: el jefe blanco y de clase media alta, su hijo maoísta que quiere trabajar en el lavadero para ver lo que es ser clase obrera y toda su plantilla de empleados, todos negros. Ahí tenemos desde a un padre de familia que tiene que hacer de enlace entre trabajadores y jefe hasta a un negro politizado musulmán que quiere la liberación de su pueblo, pasando por otro perseguido por la policía, otro que está gordo y que parece bastante marginado… y una que es supermaricona y plumosa que evidentemente es nuestro personaje favorito de la película. Entre la clientela nos encontramos desde repipis hasta posibles autores de atentados con bomba, además de la permanente prostituta que utiliza el lavadero como centro neurálgico.
Megan disfruta siendo animadora del equipo de rugby de su instituto. Un día su novio, varias de sus amigas y sus padres la acorralan en su casa y la obligan a ir a un centro donde “curan” a homosexuales, pues que sospechan que es lesbiana. Allí comenzará todo un periplo que le llevará a conocerse a sí misma, a la vez que a plantear estrategias de resistencia frente a la autoridad heteropatriarcal interna y externa, donde se mezclan multitud de personajes cada cual con un nivel de docilidad o rebeldía diferentes. La película es maravillosa y no tiene desperdicio, poco más que decir, aparte de que te echas unas buenas risas con un tema tan escabroso que es el de las terapias curativas de homosexualidad, frente al cual la película tiene todo el mérito de haberlo planteado amigable y crudamente a la vez.
Avanzado el siglo XXI el planeta se fue climatológicamente a la mierda, y el agua es un bien escasísimo que controla la empresa Power & Water, que fácticamente domina el desgobierno desértiso y arenoso que ha dejado esta situación. La empresa posee todo un ejército a sueldo que va tomando todos los territorios que aún logran abastecerse de agua sin estar bajo su bota, y en este contexto dan con Rebecca y su grupo, que viven en una casa comunal y le pinchan el agua a P&W. Rebecca cae prisionera y es obligada a trabajar para la empresa, pero allí conocerá a Jet, ingeniera harta del acoso sexual que recibe por parte de un oficial. Juntas se harán con un tanque con el objetivo de encontrar a una de las supervivientes del asalto a la casa comunal de Rebecca, mientras luchan contra P&W y van tejiendo alianzas con otros grupos que también hostigan a la compañía.
Basada en los cómics homónimos, la película es una verdadera versión feminista de Madmax. Y si estas películas ya son de por sí bastante buenas, sin el elemento machi del protagonista y con más contenido de género, este largometraje no puede ser calificado de otra cosa que de tremendo. Muy recomendable.
Joe, Willie y Al se ven jubilados, estafados por el mundo inmobiliario y sin apenas dinero para poder llevar una vida mínima y cuidar de sus familiares. Tras presenciar un exitoso atraco al banco que les está robando, deciden que atracarlo es su mejor opción. Pasan a planearlo con la ayuda del amigo de un familiar, a la vez que les surgen dudas, más problemas en su entorno, pero un fiel deseo de hacer justicia por una vez.
En sus potentísimas tres temporadas, esta serie nos narra la vida marginal de los barrios neoyorquinos del Times Square en varios momentos entre 1972 y 1985. Su temática protagonista es el trabajo sexual, que atraviesa una infinidad de espacios sociales: las calles donde se ejerce prostitución, las pensiones a las que se va, los chulos, las cafeterías y bares donde coinciden y los establecimientos donde trabajan bajo techo -a menudo todo ello bajo la gestión de la mafia italiana-, las redadas policiales y sus clientes, que pertenecen a infinidad de esferas sociales y políticas de la sociedad estadounidense. Racismo, machismo y clasismo interactúan permanentemente en la serie, la cual tampoco escatima en personajes protagonistas gays, lesbianos y trans que abren locales de ambiente, se enamoran de prostitutas y hasta participan en asaltos a mano armada.
En determinado momento, algunas prostitutas dan el paso a las cabinas y a los burdeles, y otras a la industria pornográfica que empieza a florecer en estos años. Aquí aparece cada vez una mayor autonomía por parte de las trabajadoras sexuales, que entrará en conflicto con sus patronos, mayoritariamente hombres, y también con algunas feministas que pretenden salvarlas aliándose con la derecha ultraconservadora para conseguir leyes antiporno y más endurecimiento penal. Las drogas, el SIDA y la gentrificación completarán el abanico de problemas a los que quienes protagonizan este serie se encuentran. Vamos, que parece que las cosas no han cambiado. Pero si queréis un retable bastante fidedigno de los bajos fondos neoyorquinos en una época tan clave como la que abarca la serie, no os podéis perder este seriote que desde aquí se recomienda con entusiasmo.
La serie analiza con cuidado y meticulosidad la vida de una familia judía estadounidense de origen alemán una vez el supuesto padre da la noticia de su transición a su auténtica feminidad. Esto genera que sus diversos miembros se cuestionen su propio papel, mientras viven diversas situaciones relacionadas con orientación sexual, identidad de género y actitud ante el sexo en general. Todo ello combinado con las tradiciones judías, el antisemitismo histórico, y los multitudes debates existentes dentro de los movimientos sociales y concretamente el feminismo frente a la cuestión trans y al judaísmo.
A nivel político, la serie es un trallazo, tocando infinidad de temas de suma actualidad de forma bastante acertada. Sin embargo, detrás de las cámaras Jeffrey Tambor, quien protagoniza la serie, fue acusado por sus dos asesoras de imagen trans de acoso sexual, lo que concluyó en la cancelación de la serie en su cuarta temporada y la finalización con un musical que le ponía fin, dejándanos sin esta estupenda serie que hubiera seguido dándonos interesantes contenidos. Así que, directores y demás, tomad nota: mejor tipas trans interpretando a tipas trans para evitar problemas como éste, además de por una cuestión de justicia social.