Diana es una destacada militante a favor de las comunidades negras de la Sudáfrica holandesa durante los años cincuenta y sesenta. Periodista, militante política y madre de dos criaturas, tras la huida de su marido por su militancia comunista y panafricanista se quedó al cargo de todo esto, hasta que finalmente fue detenida y apresada bajo una ley aprobada expresamente para mantener a la población disidente política encerrada sin necesidad de que hubiera pruebas ni que se le hubiera condenado por un tribunal.
La película está basada en un libro de Ruth First, y tiene tintes autobiográficos: tanto ella como su marido Joe Slovo fueron destacados militantes comunistas, y antirracistas, y Ruth First también es una destacada feminista histórica sudafricana. Sufrieron de la represión, la cárcel y también de esta ley, y de hecho la propia autora fue asesinada por una carta bomba seis años antes del estreno de esta película.
La película nos ofrece un prisma muy interesante de la sociedad de entonces, con el enorme racismo por parte de los afrikaners, las leyes raciales -lo que se conoce como ‘Apartheid’-, la represión al Congreso Nacional Africano y a sus simpatizantes, los problemas personales que acompañan a menudo a la represión, el terrorismo de Estado y el asesinato de población negra organizada políticamente… Muy recomendable.
En una leva forzosa varios jóvenes terminan enrolados en el ejército español rumbo a Cuba, que en 1895 se acaba de sublevar una vez más en favor de su independencia y contra el dominio colonial del Reino de España. Uno de ellos es Goyo, hijo de las clases altas, que no consigue zafarse y acaba instruido, formado y enviado al frente junto al resto de la soldadesca, de orígenes muy variados dentro de la península, pero principalmente gente muy pobre.
La película narra con bastante acierto el proceso de independencia de Cuba, mucho más complejo obviamente de lo que el acotado límite de tiempo del film permite, pero con un rigor histórico bastante reseñable. Cuestiones como el maltrato institucionalizado que recibieron los soldados españoles de sus mandos -desde los castigos a carecer de víveres y material óptimo para la lucha- o los crímenes de guerra y los asesinatos masivos que sufrió la población cubana quedan bastante bien reflejados. También las propuestas políticas detrás de la independencia, los disensos entre independentistas -‘mambíes’ como se les denominaba-, el caudillismo militar y las medidas populares que traería la independencia en favor de unas poblaciones machacadas por España. Por último, el desarrollo de la guerra está bastante bien explicado: los avances y retrocesos españoles, la situación en el campo y en la urbe, y el desenlace tras la explosión del barco estadounidense Maine y la entrada de EEUU en la guerra. Todo ello a ojos del protagonista, de origen español, pero la verdad es que esperábamos algo bastante rancio habiendo sido realizado en la metrópoli colonial, y sin embargo está bastante bien.
En verano de 2013 las elecciones que por fin tienen lugar en Egipto después de la caída del dictador Hosni Mubarak en 2011 son ganadas por la candidatura Libertad y Justifica, fundada por los Hermanos Musulmanes, una organización islámica tradicionalista y salafista que pretende imponer un régimen teocrático en el país. Sectores laicos y de izquierdas salen a la calle a protestar y a enfrentarse con los salafistas, y en medio de todo esto el ejército da un golpe de estado para retomar el poder perdido con la Revuelta Egipcia de 2011. La película se ambienta en mitad del momento más caliente de las protestas, y toda ella transcurre en un furgón policial. La policía reprime salvajemente las protestas de uno y otro bando y va metiendo dentro del furgón a infinidad de manifestantes de ambos lados, a periodistas, a gente que pasaba por allí e incluso a policías que desobedecen las órdenes. Entre medias hay un clima insurreccional en la calle y los disturbios están presentes en todo el film, así como los debates políticos, las diversas tomas de postura frente a lo ocurrido, las formas de organizarse, el papel de la mujer en un sector y otro, el uso de la violencia política, el autoritarismo del estado… Una película muy complicada, turbia en varios momentos, agridulce y tensa, como lo fueron los días que intenta describir.
La crisis económica de 2001, conocida como ‘El Corralito’, deja sin fondos a quienes desde hacía tiempo estaban intentando comprar unos terrenos en el agro argentino con el fin de hacer una cooperativa agrícola y transportista. Pasado el tiempo se enteran de que un banquero, sabedor de la crisis que se avecinaba, sacó todos los dólares del banco local que luego cerró e impidió el acceso a quienes reclamaban que les devolvieran la plata, y que los mantiene escondidos en algún lugar perdido en el campo. Así pues, urden un plan para recuperar su dinero y dejar a este malnacido tal y como dejó al resto de sus congéneres.
Además de ser una película muy entretenida, lo que nos ha gustado especialmente es que hay un discurso de clase muy marcado, de pobres contra ricos, de trabajadores contra parásitos de la oligarquía económica. Las referencias al anarquismo no faltan -ya de por sí lo de montar una cooperativa enlaza con buena parte del anarquismo-, y no es para menos teniendo en cuenta que la película básicamente justifica una expropiación en toda regla de una comunidad empobrecida hacia un burgués ladrón del esfuerzo ajeno. Algo sin duda muy anarquismo. Y si hay quien dice que el dinero corrompe, y no le falta razón, el final es cuanto menos tremendo en ese aspecto.
En un futuro distópico enormemente parecido a la actualidad del momento, un programa de televisión ha conseguido poder ofrecer a la audiencia un show en el que cinco pistoleros intentan dar caza a un concursante para asesinarlo. Si lo consiguen, obtienen bastante dinero a cambio, pero si el concursante logra sobrevivir, recibe una millonada que lo hará rico de por vida. Con esta premisa la película nos hace reflexionar sobre el derecho, la moral, la justicia, la espectacularización, el papel de los medios de comunicación y el machismo -incluso sobre los intentos del capital y del patriarcado de apropiarse del discurso feminista-. François, el protagonista, decide apuntarse con el fin de ganar, pero para ganar hará todo lo que haga falta. No obstante, pronto se termina dando cuenta de que hay más cosas de lo que parece a simple vista y ve la audiencia. Mientras tanto, hay un movimiento social en contra de ‘El precio del peligro’ con claros tintes izquierdistas, que acusa al programa de legalizar la pena de muerte aprovechándose de la sociedad de clases y de la explotación y empobrecimiento de parte de la sociedad que, desesperada, se ve empujada a probar suerte. Ello, por tanto, dejaría en entredicho el supuesto consenso que hay entre concursantes y programa.
Muy interesante, un pelín gore, muy reflexiva y con un ritmo bastante atacado. Muy recomendable.
El 26 de abril de 1937 varias oleadas de bombarderos y cazas del autodenominado Ejército Nacional del general Franco sobrevolaron la histórica población vizcaína de Gernika, por entonces fiel al gobierno vasco, arrojando una inmensa carga explosiva y ametrallando a la población que intentaba ponerse a cubierto. Aproximadamente unas 300 personas murieron y la ciudad fue casi por completo arrasada.
Esta tremenda miniserie nos sitúa en la vida de varias personas, cada cual con sus intereses particulares, que se ven de diversas formas involucradas en el bombardeo: tenemos a dos amigos, uno de familia católica carlista y otro recién enrolado en el Ejército Popular de la República; tenemos a una familia cuyo padre es cabeza destacada del PNV local, y cuya hija planea fugarse con un amante; tenemos al periodista inglés George Steer, primer reportero en llegar esa misma noche a Gernika y en publicar el artículo que dio la vuelta al mundo de lo ocurrido en la ciudad; y tenemos a los vergudos: Emilio Mola, comandante del Ejército Nacional del Norte; Wolfram von Richthofen, comandante de la expedición aérea nazi conocida como Legión Cónder, y Juan Vigón, comandante del tercio carlista navarro.
Así pues, veremos por un lado algo de la política local de la Vizcaya del momento, gobernada por el PNV y soportada gracias a un conglomerado de tropas republicanas y milicias comunistas, socialistas y anarquistas, veremos los entresijos de los sectores que apoyan al bando sublevado y en concreto a las tropas carlistas, las peleas de mando por la iniciativa en el frente de los oficiales fascistas y carlistas, los debates dentro de la prensa del momento sobre cómo dar estas noticias dentro de la censura instaurada en la zona republicana y la que les imponen sus propios medios de comunicación, y el propio bombardeo en sí mismo, con la destrucción de la ciudad, la conversación de los barrios de clase más alta, el ametrallamiento de civiles y la huida de sus supervivientes y la posterior conquista por parte de las tropas sublevadas. Acaba, de hecho, con un acto de memoria histórica ocurrido en el pueblo a finales de los noventa, en el que participaron algunos de los personajes que salen en la miniserie.
Esta miniserie posee un rigor histórico bastante destacable, mucho mayor que el que hace gala la película Gernika (Koldo Serra, 2016) aunque con menos efectos especiales, por lo que la recomendamos mucho más. Es más, es capaz de meterse en un tema que la historiografía franquista ha intentado enmierdar todo lo que ha podido y más: quién fue responsable del bombardeo. En un primer momento el franquismo culpó al gobierno vasco y a los comunistas de la destrucción de Gernika, pero cuando aquello no se sostenía por ningún lado, años más tarde culparon a la Legión Condor de ser la única culpable. No obstante, la orden la dio el General Mola personalmente, instado sin duda por von Richstofen, y con bastante desazón por parte de los carlistas, ya que ellos también como los nacionalistas se sentían herederos del Reino de Navarra, y hasta el siglo XIX en el árbol de Gernika los reyes tenían que jurar los fueros vascos. No obstante, pese a todo, el árbol milagrosamente sobrevivió al bombardeo y murió a inicios del siglo XXI.
Título original: Chicago Boys
Dirección: Carola Fuentes, Rafael Valdeavellano
Guion: Carola Fuentes,Rafael Valdeavellano Música: Gabriel Pulido Fotografía: Pablo Valdés, Sebastián Caro Productora: La Ventana Cine, CNTV País: Chile Año: 2015 Duración: 85 min.
En los años cincuenta y sesenta del siglo XX, una serie de estudiantes de las clases altas chilenas fueron a estudiar a la Facultad de Economía de la Universidad de Chicago. Allí se encontraron a los primeros economistas que defendían la reducción de la intervención del estado en economía, encabezados por Milton Friedman, germen de lo que años más tarde se conocería como neoliberalismo, y que ahora también vuelve a asomar la cabeza como ‘anarcocapitalismo’ o ‘libertarianismo’. Frente a las medidas populares y en favor de las clases bajas del gobierno de Salvador Allende, el golpe de estado de septiembre de 1973 vino acompañado del apoyo de la élite económica y la burguesía chilena, con unos intereses muy concretos en reforzar sus privilegios y seguir sometiendo a sus intereses a las clases más bajas. Y aquí entran en escena los llamados ‘Chicago boys’: la dictadura militar llama a varios de ellos a que se encarguen de diversos ministerios de economía en los siguientes 17 años de régimen militar, implantando el modelo neoliberal en Chile y usando el país como campo de pruebas e inspiración de lo que serán los procesos neoliberales que diversos países occidentales y latinoamericanos vivirían en las siguientes décadas de los 80 y 90. El desmantelamiento de los servicios públicos, de las ayudas sociales y de la legislación laboral provocó un Chile enormemente estratificado con unos niveles alarmantes de extrema pobreza, que a día de hoy continúa sin haber salido de este pozo, especialmente al continuar bajo mandato de un régimen político continuista con la dictadura.
El documental intenta aportar cierto punto de vista integrador o pseudo-neutral a la cuestión de los Chicago Boys. En ocasiones mentiras y falsedades directas que cuentan los entrevistados, gran parte ex-miembros del gobierno pinochetista e incluso a uno de sus profesores, el Arnold Harberger , son desmentidas con los testimonios de otros economistas que vienen a demostrar cómo sin dictadura militar aquello no hubiera podido ser implantado, o que narran las consecuencias devastadoras que tuvo y tiene en la economía chilena. Pero en otras ocasiones no desmiente estas falsedades, como cuando varios entrevistados justifican el golpe de 1973 alegando que el país estaba en la ruina económica y que la población pasaba hambre. Sobradamente demostrado está ya el papel de la patronal en retener comida y productos de primera necesidad para hundir al gobierno, y el papel de medios de comunicación como El Mercurio para exagerar los desórdenes y los problemas de abastecimiento que había, desviando la atención y culpando al gobierno de ello.
No obstante, a menudo ellos mismos se retratan solos: negando saber las desapariciones y crímenes contra la humanidad ocurridos en dictadura, jactándose de decisiones de la dictadura, manifestando su exacerbado anticomunismo y unos discursos reaccionarios que por mucho que vayan de técnicos económicos apolíticos los sitúan en un espectro muy determinado de la política… En general, un documental que es bastante digno de ver, y está muy bien conocer todo lo que opinaba y opina esta gentuza. Recomendable.
En la última década los EEUU están viviendo una verdadera epidemia de droga que está devastando social y económicamente el país, y que ha llegado incluso a disminuir la esperanza de vida de todo el territorio, cosa que no ocurría desde la Primera Guerra Mundial. Como es imaginable, hay gran parte de población juvenil inmersa en ello. Es la conocida como Crisis de los opioides, y esta cruda y realista serie analiza el origen de esta crisis, que es médico y farmacéutico.
La farmecéutica responsable es Purdue Pharma, con un currículum ya previo de manipulación de medicamentos y causas judiciales, que en 1996 introdujo un opioide vendido como medicamento analgésico poco adictivo con complicidad y corruptela por parte de la Food & Drugs Association, que se encarga de regular estas cuestiones. Mediante corruptelas, lobbys a sueldo de Purdue o creados directamente por ella con el fin de concienciar sobre el fin del dolor, infinidad de manipulaciones médicas y compra de profesionales de la medicina, científicos, fiscales y políticos de renombre, Purdue consiguió que su medicamento OxyContin se recetada en cada vez más dosis a cada vez dolores menos graves. Fruto de la gran adicción que provocaba el OxyContin, primero en zonas determinadas -de grandes condiciones laborales pésimas, como el mundo minero-, luego en colindantes y finalmente en todos los EEUU, la situación se descontroló y a día de hoy lleva cientos de miles de personas muertas y millones adictas a sustancias similares o directamente a opiáceos más baratos, como la heroína.
La serie nos narra cómo funciona internamente la política interna estadounidense frente a estas situaciones, enfatizando el grado de corrupción y de impunidad penal blindada que hay frente a las personas que llevan a cabo estos crímenes. Quienes protagonizan la serie, especialmente los fiscales, se dan con un muro permanentemente de silencio, gente comprada, presiones desde arriba y una lista interminable de colectivos y secciones que controla Purdue, mientras la gente se está muriendo y otras personas obtienen grandes sueldos por ello.
La gran objeción que tenemos es que no nos ha terminado de gustar cómo se trata al personaje lésbico. Por lo demás, nos ha gustado mucho el estilo realista y detallado de todo el proceso, incluyendo cosas que no son habituales de ver en la gran pantalla, como los congresos, regalos y chantajes que las farmacéuticas realizan a los médicos, enfermeros, farmacias pequeñas y demás profesionales de la salud.
Manuel Ignacio Santa Cruz, conocido como el Cura Santa Cruz, fue un conocido sacerdote carlista de ideas ultracatólicas y archirreaccionarias. Tras participar dentro del carlismo en los años posteriores al triunfo de la Revolución de 1868, se unió a la insurrección que dio lugar a la Tercera Guerra Carlista en 1872 y así se destacó por su crueldad, sus asesinatos masivos de oponentes, su fanatismo e incluso sus rivalidades con el ejército carlista, contra el que también se enfrentó por parecerle demasiado blando.
La película se sitúa aparentemente en 1873, año en el que es la I República quien se enfrenta al carlismo, con dificultad fruto de otros conflictos internos. Ese año Carlos VII, el candidato al trono carlista, exiliado por las primeras derrotas bélicas, vuelve a la península, como aparece en el film. Éste nos narra bastante bien todo esto, colocándonos en cómo lo vive un paisano que está huyendo de la guerra hacia América, pero por el camino es reclutado a la fuerza por la partida de Santa Cruz. Los asesinatos de civiles, las torturas, los robos descarados a la población rural, los discursos que comparan la guerra con la cruzada y la enorme jerarquía de mando están presentes y bien visibles en la película, así como los enfrentamientos con el mando carlista, reiterando su desobediencia todo el tiempo. También veremos la diversidad de opiniones que hay en las poblaciones guipuzcoanas de entonces: en el pueblo cercano a donde se suceden los acontecimientos, hay carlistas moderados, partidarios de Santa Cruz, gente republicana, alcalde republicano…
Muy entretenida y bastante fiel a la realidad en muchos aspectos. Muy recomendable.
Título original: Roig i negre
Dirección: Dolors Genovès
Guion: Dolors Genovès Música: Albert Carlota Fotografía: Anna Lagé Productora: TV3 País: Reino de España Año: 2006 Duración: 80min.
En un intento de cierto objetividad, este documental intenta dar respuesta a preguntas históricas sin resolver sobre el papel del movimiento libertario en la Guerra Civil y las potencialidades de éste si los acontecimientos hubieran sido diferentes. Para ello cuenta con un buen manojo de testimonios presenciales de militantes anarquistas del momento e historiadores libertarios, sobre el anarquismo o sobre la guerra civil en general sin ser específicamente anarquistas.
Las intervenciones lamentables son muy minoritarias, en general hay una pretensión generalizada por disipar mitos y contextualizar los hechos tal como fueron lo más cercanamente posible, y así pues nos encontramos con temas contradictorios y candentes como la posible toma del poder de la CNT y la FAI en las primeras semanas de revolución que al final no se dio, los conflictos internos, la represión, la colectivización en Barcelona y Aragón, la militarización y los conflictos con el aparato republicano en reinstauración y con el apoyo de PCE detrás.
También se realiza un rastreo de los archivos de la CNT que acabaron en Ámsterdam, y su proceso de conservación. Esto permitió también el acceso a fuentes que por entonces estaban inéditas, incluyendo vídeos a color de la Guerra Civil, dándole un mayor rigor e interés al documental.