Araña sagrada

Título original: Holy Spider
Dirección: Ali Abbasi
Guion: Ali Abbasi, Afshin Kamran Bahrami
Música: Martin Dirkov
Fotografía: Nadim Carlsen
Reparto: Zar Amir-Ebrahimi, Mehdi Bajestani, Arash Ashtiani, Forouzan Jamshidnejad, Mesbah Taleb, Alice Rahimi, Sara Fazilat, Sina Parvaneh, Nima Akbarpour, Firouz Agheli
Productora:
Coproducción Dinamarca-Alemania-Francia-Suecia; Profile Pictures, ONE TWO Films, Nordisk Film Production, Wild Bunch, Why Not Productions, arte France Cinéma
País: Dinamarca
Año: 2022
Duración: 117 min.

Entre 2000 y 2001 Saeed Hanaei, apodado ‘Araña sagrada’ excombatiente del ejército iraní en la guerra contra Irak y fundamentalista religioso, asesinó a 16 prostitutas en la ciudad santa de Mashhad, donde residía. Finalmente fue capturado, pero de lo que no hay duda es que en un contexto como el de la República Islámica de Irán, un estado teocrático profundamente patriarcal regido supuestamente por la sharía -ley islámica-, la pobreza se naturaleza, la mujer se criminaliza y si opta por el trabajo sexual para subsistir ni las autoridades políticas ni buena parte de la sociedad lo ve bien. Sólo teniendo en cuenta esto podemos entender el elevado número de muertes que dejó atrás, que lo sitúa entre uno de los asesinos en serie con mayor número de víctimas del mundo.

Aunque estamos ante una película basada en hechos reales, en la historia verdadera el personaje de la periodista Arezoo Rahimi no existió, si bien está basado en mujeres que sí estuvieron presentes respecto al caso, en especial una vez fue detenido y se rodó un truculento documental sobre su vida, que inspira determinantemente este film. Pero Rahimi nos sirve como gancho para articular una panorámica sobre la vida de las mujeres en el Irán de entonces y de la actualidad: obligatoriedad de cierto código de vestimenta bajo punición, puertas cerradas por doquier si no va acompañada de un hombre, emboscadas sexuales, persecución por la calle de noche… Y no escatima en mostrar el apoyo social que Saeed Hanaei tuvo una vez fue detenido, desarrollado en declaraciones ante las cámaras, colectas de ayuda a la familia y concentraciones delante del juzgado. No hay duda de que una parte de la sociedad iraní apoyaba su “yihad contra el vicio”, materializada en el asesinato a sangre fría de prostitutas. Incluso su hijo se jactó en el documental de los actos de su padre, se reía de las asesinadas y llegaba a dejar caer que podría seguir sus pasos. Algo que sin duda da mucho miedo.

Por lo demás, una película de gran calidad histórica y cinematográfica, explícitamente feminista y contraria a la República iraní. Cuando estallaron las protestas este pasado otoño a raíz del asesinato a manos de la policía religiosa de Mahsa Amini, joven kurda que no llevaba el hiyab puesto “adecuadamente”, se encontraba al final de su montaje, y este clima sin duda le ha dado mayor publicidad. Evidentemente, no pudo ser rodada en el país del que habla, el cual la ha prohibido sin pensárselo dos veces. La producción es danesa y los exteriores jordanos, aunque buena parte del equipo de rodaje, dirección y reparto es iraní. La propia actriz protagonista, Zar Amir Ebrahimi, tuvo que huir de Irán tas la divulgación sin su consentimiento de un vídeo sexual, por lo cual fue imputada y dejaron de contratarla en la industria cinematográfica iraní.

 

Muy recomendable, aunque las escenas de asesinatos pueden herir la sensibilidad de mucha gente.

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