Título original: Techo y comida
Dirección: Juan Miguel del Castillo
Guion: Juan Miguel del Castillo
Música: Miguel Carabante, Daniel Quiñones
Fotografía: Manuel Montero, Rodrigo Rezende
Reparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Montse Torrent, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Natalia Roig, Manuel Tallafé, Mauricio Morales
Productora: Diversa Audiovisual
País: Reino de España
Año: 2015
Duración: 90 min.
Enmarcada en los primeros meses de 2012 en Jerez de la Frontera, nos encontramos el deterioro económico de una madre sola con su hijo que va viéndose afectada cada vez más por la situación económica que el Reino de España impuso a los sectores más perjudicados por la crisis económica iniciada en 2008. XXXX pasa de tener un empleo muy precario y recibir amenazas de desahucio por impago de alquiler a un nivel de precariedad enorme, el recursos a la caridad y ayudas de su escasa red de amistad y una denuncia para que abandone su vivienda. El conteo geoespecial tiene varios rasgos interesantes: Jerez es una de las ciudades del estado español con mayor marginalidad social y población empobrecida -dato combinado con la localización en la misma ciudad de gran cantidad de empresas extranjeras, especialmente británicas, que explotan a población andaluza e inmigrante en sus territorios para más tarde exportar principalmente alcohol dentro y sobre todo fuera de Andalucía-, y entre el final de la primera y el inicio del verano de 2012, una población llamémosla española se vio sumida en una oleada de estupidez máxima debido al ascenso y finalmente victoria de la Selección Española en la eurocopa.
La película tiene el mérito de narrar un proceso tan real y cotidiano en esos años y en la actualidad como el que narra, con todo lujo de detalles y un recorrido paso a paso, permitiéndonos también analizar la psicología de la protagonista y los sentimientos que le van atravesando (la esperanza de salir del “bache”, rezos, rabia, frustración, vergüenza, tristeza, ansiedad…). Sin embargo, la película peca en cierta medida de una individualización del caso y de un victimismo que se arraiga en situaciones verdaderas, pero que no ayuda demasiado a la gestión del problema a nivel social, si a caso a un sentimiento de pena por la protagonista y a una indignación generalizada que puede elevar un poco de conciencia política. XXXXXXX se avergüenza de ser pobre y oculta su situación a su hijo y a su entorno hasta el último momento, incluso no habla de ello ante personas que se han dado plena cuenta de lo que le ocurre y no cesan en ayudarla. Detrás de este sentimiento, plenamente asentado, descansa el mito de la meritocracia, de que los pobres son pobres porque se lo merecen, porque no se esforzaron lo suficiente o porque vivieron por encima de sus posibilidades. Un mito que por desgracia está interiorizado en la propia gente que sufre las consecuencias de un pensamiento nocivo tan arraigado hasta en la propia legislación. En nuestra opinión, creo que hubiera sido más útil introducir en el film perspectivas en torno a la lucha contra los desahucios y las redes alimentarias de apoyo mutuo, que por entonces ya estaban plenamente asentadas en muchos ámbitos. Al final las referencias que se colocan en películas que aluden a situaciones socialmente complicadas como las que aparecen pueden llegar a salvarle a la vida a quienes las ven, y esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de hacer cine. En nuestra opinión, se puede hacer conciencia social y generar empatía al ciudadano medio, como parece pretender la película, y a la vez mostrar apoyos tácitos y alternativas a las miles y miles y miles de personas que dentro del Reino de España y más allá padecen vivencias muy similares.
Muy recomendable.
En nuestro archivo.