Tu me manques

Título original: Tu me manques
Dirección: Rodrigo Bellott
Guion: Rodrigo Bellott
Fotografía: Noah Greenberg
Reparto: Oscar Martínez, Rossy de Palma, Fernando Barbosa, Rick Cosnett, Dominic Colon, Max Emerson, Modesto Lacen, Frank Huerta, Dale Dymkoski, Tommy Heleringer, Babak Tafti, Steven Mendez, Jose Duran
Productora: Coproducción Bolivia-Estados Unidos; Kantrr Films, La Panda, SimonSays Entertainment
País: Bolivia
Año: 2019
Duración: 105 min.

Basada en la obra teatral homónima, y a su vez en un caso real, nos encontramos un tema esencial de la comunidad LGTB como eje central político de la trama: el sexilio. Gabriel conoce en Nueva York a Sebastián, ambos originarios de Bolivia, y así termina el deseo homosexual reprimido que había tenido durante años, que le había impedido tener relaciones afectivo-sexuales con hombres. Sin embargo, en los primeros minutos de la película nos enteramos de que Gabriel se ha suicidado, después de una ruptura en la que parece tener una importancia determinante la homofobia y el rechazo de su familia, y la obligación que había sentido de armariarse. Confundido y cuestionado como padre, Jorge decide ir a Nueva York a conocer al ex de su hijo y entender qué le pudo empujar a cometer su suicidio.

Y no continuaremos para no recaer en spoilers, ya que la película va sorbito a sorbito revelando las tramas que hay alrededor que terminan llevando a Gabriel a quitarse la vida, sin lugar a duda debido a la homofobia hegemónica en gran parte de la sociedad boliviana. Su ex novio hizo una obra de teatro con esto, que aparece parcialmente presentada en el film, la cual ha sido un hito histórico en la comunidad LGTBI boliviana, provocando salidas del armario masivas en los días siguientes y colocando la cuestión sobre la mesa del debate político y social. La película viene a reverberar este éxito, que no ha hecho más que multiplicar. Rodrigo Bellott, dramaturgo y cineasta boliviano afincado en Nueva York, escribió la obra a partir de la pérdida -suicidio por lo que se traduce de declaraciones suyas en internet- de su novio y de sus ganas de enviarles una carta a sus homofóbicos padres en el preciso momento en el que le contactaron para un festival sobre obras en torno al amor. En la historia real, Rodrigo no tuvo la visita del padre de su fallecido novio, como hubiera querido según se traduce de su obra.

Nos ha gustado mucho, por ser un caso real, por el planteamiento de la película y por el proceso del padre que va entendiendo las cosas. Nos ha recordado mucho a Prayers for Bobby (Russell Mulcahy, 2009), aunque son muy diferentes, principalmente en su origen: la citada tiene a la madre del suicida como protagonista, que termina deviniendo en una férrea activista de nuestra comunidad hasta nuestros días, mientras que la presente tiene a su ex y a su padre de protagonista, y el activismo LGTBI aparece de manera extremadamente velada. En cualquier caso, no es casualidad que el eje central de la homofobia de las familias de ambos casos fue el perjuicio que provoca la religión y sus doctrinas perniciosas en cuanto a libertad sexual (o sea, su ideología de género, por mucho que ahora sus fieles quieran darle la vuelta a la tortilla y acusar a los otros de imponer su visión de la sexualidad, como si su institución no llevara haciéndolo siglos). Y en cambos casos la presencia de párrocos y estudiosos de la religión en clave pro-sex es determinante para el proceso de los progenitores.

No nos ha gustado el discurso esencialista que reina todo el tiempo en el discurso de la película. Los gays son gays por biología y no por elección, o al menos usan este argumento para justificarse ante la norma hetera, y las personas trans han nacido en un cuerpo equivocado, como si para ser trans hubiera que operarse necesariamente y hacerse todo tipo de cosas que no todo el mundo quiere tener que hacerse. Obviamente planteadas las cosas así tienen más papeletas para convencer al público al que van dirigidas obra de teatro y largometraje, un público atiborrado durante décadas de dicursos que pretenden sustituir al dios cristiano por el dios Ciencia. Pero esta no es la vivencia de toda la comunidad LGTBI ni mucho menos, aunque gran parte de los productos culturales al respecto vayan en esta línea.

Recomendable.

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