Título original: Kops
Dirección: Josef Fares
Guion: Josef Fares, Mikael Håfström, Vasa
Música: Daniel Lemma, Bengt Nilsson
Fotografía: Aril Wretblad
Reparto: Fares Fares, Torkel Petersson, Sissela Kyle, Christian Fiedler, Eva Röse, Jan Fares, Göran Ragnerstam, Erik Ahrnbom, Harry Goldstein, Michael Fares, Viktor Friberg, Yngve Dahlberg, Kerstin Hellström
Productora: Coproducción Suecia-Dinamarca; Memfis Film, Film I Väst, Nordisk Film, Svenska Filminstitutet, Zentropa Productions
País: Reino de España
Año: 2003
Duración: 90 min.
En un pequeño pueblo sueco el índice de delincuencia es tan bajo que desde la dirección de la policía se decide cerrar la comisaría y despedir o prejubilar a toda la plantilla. Para evitarlo, los agentes deciden comenzar a cometer delitos con el fin de aumentar la criminalidad del pueblo y mantener su trabajo.
Estamos ante una película cómica, y por tanto que exagera las situaciones que describe, pero la película es un cuadro bastante fidedigno -y aquí radica que haga gracia- de situaciones lamentables que ocurren en general dentro de los cuerpos policiales: desde los estereotipos de policía (el burócrata, el flipado, el machito, la policía casada con otro policía…) que aparecen llevados hasta sus últimas consecuencias, hasta los discursos propios de la policía y de sus ignominiosos sindicatos (hace falta más policía, discursos del miedo, exageración de la delincuencia…). Aunque el centro de la película es que los policías son unos incompetentes, el centro del argumento no es que sean gilipollas y te ríes de ellos por lo gilipollas que son, al estilo de películas como Loca academia de policía y sus infinitas sucesiones. El germen que hace gracia y a la vez denuncia una práctica policial concreta es que todos los delitos que tienen lugar en la película los comete la policía, una práctica que es real, que está detrás de los engordados porcentrajes de delincuencia, y que muchos de los delitos que no cometen los instan (por ejemplo, unos disturbios tras un clima de tensión e intentos de detenciones arbitrarias generado todo por la policía) y que, según Foucault, es su naturaleza de ser, puesto que la policía no está para prevenir el crimen, sino para encauzarlo hacia los lugares que el poder -y que la policía, como parte de él y como parte autónoma del mismo a la vez- considere que le generan beneficios a diversos niveles.
Muy recomendable.
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