Título original: Pose
Dirección: Ryan Murphy, Nelson Cragg, Silas Howard
Guión: Ryan Murphy, Steven Canals, Brad Falchuk
Música: Mac Quayle
Fotografía: Nelson Cragg
Reparto: Mj Rodriguez, Indya Moore, Kate Mara, Jeremy McClain, Evan Peters, Angel Bismark Curiel, Ryan Jamaal Swain, Samantha Grace Blumm, Sheryl Minikes, Angelica Ross, Alexander Martin Jones, Tommy Bayiokos, Assibey Blake, Dyllon Burnside, Sebastian Chacon, Leonys Delossantos, Brian Donahue, Tyler Hanes, Stephen Hanna, Kevin Interdonato, Dominique Jackson, Amy Morse, Jimmy Palumbo, Annie Pisapia, Billy Porter, Alysia Joy Powell, Angel Christian Roman, Hailie Sahar, Eha Urbsalu, James Van Der Beek, Ian Whitt, Charlayne Woodard, Johnny Sibilly
Productora: FX Productions
País: Estados Unidos
Año: 2018
Nueva York, finales de los años ochenta. La comunidad drag, compuesta por trans femeninas y maricas muy femeninas de origen africano o latino, lleva años organizándose en casas regentadas por mujeres de cierta experiencia que acogen a miembros de la comunidad que están en la calle. Todas comparten su dinero para sufragar los gastos de la casa y a un nivel más amplio compiten con otras casas en los llamados balls, espectáculos en los que las partícipes desfilan con una ropa concreta o bailan determinados tipos de música, como el vogue.
La serie narra el recorrido de la Casa Evangelista, desde sus inicios escindida de otra casa hasta llegar a hacerse un hueco destacado en la comunidad. Entre medias no dejan de surgir multitud de conflictos que sus integrantes atravesaban en estos años: el alto número de muertes bajo diagnóstico de SIDA, la extrema pobreza, las expulsiones del hogar por maricas o trans, la familia biológica, la realización o no de la operación de reasignación de sexo, la relación con los amantes y patrocinadores blancos, el trabajo sexual, la exclusión de las trans afrodescendientes del resto de la comunidad gay, la represión policial… Todo ello bajo una aureola permanente de apoyo mutuo y amor fraterno entre buena parte de las integrantes de la comunidad, como herramientas de supervivencia frente a un mundo que las margina absolutamente. Y con una banda sonora impecable, repleta de los temazos que por aquellos años sonaban en estos ambientes.
Aunque la historia de la serie es ficción, las situaciones que cuenta se desarrollan en un contexto que existió realmente, que reproducen con bastante fidelidad, como podemos imaginarnos si vemos el documental Paris is Burning (1990), que parece haber sido piedra angular a la hora de realizar esta serie. Infinitamente recomendable.
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Recomendamos saltarse la tercera temporada, porque se carga toda la serie entre discursos normalizadores y fantasías liberales de que «si te esfuerzas, puedes». El sueño ficticio estadounidense tiene la capacidad de cargarse cualquier producto, y esto no ha sido una excepción.