Título original: Zoya
Dirección: Maksim Brius, Leonid Plyaskin
Guion: Leonid Plyaskin
Música: The Coup, Merrill Garbus, Boots Riley, Tune-Yards
Fotografía: Doug Emmett
Reparto: Jean-Marc Birkholz, Wolfgang Cerny, Anastasia Mishina, Mindaugas Papinigis
Productora: Gorky Film Studios, Ministry of Culture of the Russian Federation
País: Rusia
Año: 2021
Duración: 105 min.
En el otoño de 1941 las tropas nazis se aproximaban peligrosamente a Moscú, capital de la Unión Soviética, tras meses de estrepitosas derrotas del Ejército Rojo. Desde el Kremlin se elabora la siguiente estrategia: el invierno indudablemente hará una mella determinante en el Ejército Alemán, que no está tan acostumbrado a las temperaturas de la zona como sí lo está la población autóctona. Por tanto, es preciso prenderle fuego a las aldeas de la retaguardia para evitar que tengan resguardo y se congelen. En este contexto aparece en la historia de la URSS la joven Zoya Kosmodemiánskaya, que con 18 años y tras la reciente muerte de su prometido en el frente se alista voluntaria para las milicias partisanas que tienen la orden de defender Moscú haciendo sabotajes en la zona alemana.
La película no muestra a la protagonista como una heroína, lo cual está bastante bien. Tiene miedo, hace cosas mal y no es para nada perfecta. Sus compas de comando tampoco son mejores que ella. Sin embargo, estamos ante la primera mujer que fue catalogada como heroína de la Unión Soviética a raíz de su peligrosa misión y del martirio que sufrió a manos de los alemanes.
Las únicas objeciones que merece la película quizás sean la deshumanización gigante en la que pone al ejército alemán, aunque esto puede que no sea del todo un desacierto teniendo en cuenta testimonios de otras soldadas que sobrevivieron a los nazis, y tampoco vemos un bloque homogéneo entre los nazis, aunque sí es común su sentimiento de conseguir la victoria. También podía haber dado más para describir el colaboracionismo con los nazis de la población autóctona y cómo vivieron la ocupación la población civil “ajena” al conflicto, por decirlo de alguna manera. Por último, la exaltación de Stalin como líder supremo que lo sabe todo y es infalible, cosa habitual en gran parte del cine soviético, sobra un poco. Sin menospreciar su decisión de no abandonar Moscú en el último tren que salía hacia el éste, cosa que lo honró, pero tampoco le hace expiar todas las cosas horribles que llevó a cabo o permitió.
En cualquier caso, está bien honrar y conocer la historia de las mujeres, y más en estos contextos tan difíciles. Recomendable.
https://www.youtube.com/watch?v=gdLcjJdUNm4
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