Título original: The Man who Crossed Hitler
Dirección: Justin Hardy
Guion: Mark Hayhurst
Música: Guy Dagul
Fotografía: Douglas Hartington
Reparto: Ed Stoppard, Ian Hart, Bill Paterson, Sarah Smart, Anton Lesser, John Hollingworth, Ronan Vibert, Ruth McCabe, Will Keen
Productora: Hardy Pictures, BBC Two, Northern Ireland Screen
País: Reino Unido
Año: 2011
Duración: 90 min.
Hans Litten era un abogado liberal de familia pudiente, madre católica y padre judío convertido al catolicismo, que en la agitada República de Weimar dirigió un despacho que principalmente cogía casos del Partido Comunista y de la Acción Antifascista. Al contrario que la mayoría de liberales de la época y de miembros de la clase alta, entendió el alcance negativo que podía tener para todo el mundo, incluyéndole a él por sus orígenes judío, el ascenso e hipotético acceso al poder del NSDAP , que en las elecciones de 1930 había obtenido 107 escaños en el Reichstag. Con la complicidad de buena parte del poder judicial, de la policía y del ejército, los ‘camisas pardas, las S.A., sembraban el terror en los barrios obreros y entre los militantes marxistas en una estrategia promovida por las jerarquías del partido, incluyendo al propio Adolf Hitler. Tras el último asalto con muertos liderados por las S.A. contra un centro antifascista, Litten toma el caso y decide llamar al estrado como testigo al propio Hitler, presentando pruebas impresas y testimoniales de que el Führer ha cometido perjurio al afirmar ante un tribunal seis meses antes que su partido condena la violencia y no la alienta.
Así pues, Litten pasaría a la Historia como el abogado que puso nervioso e histérico a Hitler en un tribunal, aunque la cosa no le salió bien, como podemos imaginar teniendo en cuenta de que un año y medio después era el Canciller de Alemania, y no mucho más tarde el Líder del III Reich. Sin embargo, podemos aprender mucho de esta película y del esfuerzo de Litten por frenar el nazismo alemán: la guerra en la calle que había desatada entre antifascistas y nazis en el Berlín de entonces, los conflictos internos dentro del NSDAP y la forma de explotarlos en beneficio del antifascismo, la estructura de partido legal combinada con grupos paramilitares en la calle a la vez que se reciben fondos permanentes desde una alta burguesía y una aristocracia inquietas ante la violencia y la rudeza barriobajera de las camisas pardas… Y, en especial, un buen aprendizaje lo encontramos en la lamentable obra de teatro que tiene lugar en el juicio: llevar a los nazis a unos tribunales compuestos por funcionarios que consideraban mayoritariamente que Hitler podía ser, o bien instrumentalizado por los conservadores para sus propio fines, o bien usado para acabar con las fuerzas sediciosas de izquierdas y reinstaurar el orden. Si algo nos demuestra la historia, es que para acabar con el fascismo no podemos consentir que nuestra estrategia dependa en un porcentaje demasiado elevado de las actuaciones del estado. Y esta enseñanza es muy valiosa a día de hoy, con unos nuevos fascismos pujantes y unas viejas enseñanzas antifascistas que parecen perderse entre la desmemoria propia de las sociedades capitalistas individualistas.
Por lo demás, una ambientación impecable, una contextualización política muy lograda y en general muy recomendable.
Completa en Dailymotion en partes 1 y 2 y en nuestro archivo.