Título original: Offside
Dirección: Jafar Panahi
Guion: Shadmehr Rastin, Jafar Panahi
Música: Yuval Barazani, Korosh Bozorgpour
Fotografía: Mahmoud Kalari
Reparto: Sima Mobarak Shahi, Safar Samandar, Shayesteh Irani, M. Kheyrabadi, Ida Sadeghi, Mahnaz Zabihi, Golnaz Farmani, Nazanin Sedighzadeh
Productora: Jafar Panahi Film Productions
País: Irán
Año: 2006
Duración: 91 min.
Las leyes de la República Islámica de Irán, en su sinfín de discriminaciones y restricciones hacia las mujeres, recogen el que los estadios de fútbol son únicamente para hombres. Los argumentos -esgrimidos y extendidos a lo largo del film- para justificarlo es que los hombres dicen palabrotas y hacen gestos impúdicos que las mujeres no deben presenciar.
Evidentemente, ello no elimina la generalizada pasión por el fútbol en las mujeres, y la película trata de las mujeres que intentan colarse en los estadios vestidas de hombres. La película comienza con el autobús de camino al estadio, donde Irán se juega la clasificación en el Mundial contra Qatar. Ahí ya veremos las primeras de unas infinitas discriminaciones que las protagonistas recibirán: chantajes, extorsiones, persecuciones y arrestos a menos del ejército, como paso previo a entregarlas al cuerpo policial que se encarga de mujeres díscolas y otras desviaciones de las normas de género: la Policía de la Moral. Por si hace falta recordarlo, en el cuerpo policial que asesinó en 2022 a Mahsa Amini por no llevar el yihab como debía.
La película intenta tratar este tema con humor, dentro de que la situación que trata es muy trágica. Veremos situaciones que nos describen la realidad de la sociedad iraní desde una mirada crítica interna cuidadosamente elaborada para superar la censura: militares que moralizan a las mujeres que se cuelan en el estadio y luego engañan a sus novias, que hacen este trabajo sin estar convencidos por chantajes de sus superiores, padres opresores que buscan mantener a raya a sus hijas rebeldes, marginados apresados que anteponen su misoginia a ser ayudados por mujeres del atolladero en el que se encuentran, y muy diversos grados de disconformidad de género en las protagonistas. Está la que cubre todo su cuerpo ante determinadas autoridades, y está la que tiene todos los códigos bolleros del mundo, da hostias sin pensárselo y entiende más de fútbol que nadie allí presente. Hay una escena histriónica en la que una de las protagonistas debe ir al baño en un estadio donde sólo hay baños de hombres: la absurdez a la que se llega en esta escena, que pone los roles de género a la altura del betún, es sublime, y merece ser más vista que contada aquí, porque lo tiene todo: duelos de gallitos, conductas estúpidas a más no poder, homofobia y capacitismo…
En resumen, una película muy interesante que nos sitúa otras realidades a la sombra del feminismo blanco institucional, en las que las mujeres de países musulmanas se rebelan también y tejen sus propias estrategias de combate. Muy recomendable.
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