Título original: The Navigators
Dirección: Ken Loach
Guion: Rob Dawber
Música: George Fenton
Fotografía: Mike Eley, Barry Ackroyd
Reparto: Dean Andrews, Tom Craig, Joe Duttine, Steve Huison, Venn Tracey, Sean Glenn, Andy Swallow, Charlie Brown, Juliet Bates, John Aston, Graham Heptinstall, Angela Saville
Productora: Coproducción Reino Unido-Alemania-España; Parallax Pictures, Road Movies Filmproduktion, Tornasol Films, Alta Films
País: Reino Unido
Año: 2001
Duración: 93 min.
A raíz de la inmensa cantidad de accidentes de tren que llevan ocurriendo años en todo el norte global, que han dejado miles y miles de muertes en la última década y han provocado fuertes devastaciones climáticas, esta película parece de obligatorio visionado tanto para profesionales como para quienes emplean este medio frecuentemente en transporte o mensajería.
La película es bastante explícita sobre los impactos que genera la oleada de privatizaciones del ferrocarril que llevan asolando Europa desde los años 80. En especial sobre la plantilla laboral, pero también en las infraestructuras. A finales de los 40 el sector ferroviario británico fue nacionalizado, al igual que en muchas otras partes del continente, acabando con el modelo de tropecientas mil empresas ferroviarias compitiendo entre ellas, construyendo tramos paralelos de un mismo recorrido, entorpeciendo el transporte y aprovechándose de obras públicas para su enriquecimiento, como llevaba ocurriendo en los últimos 100 años. Pero con el desmantelamiento del estado del bienestar, estamos volviendo a ese modelo que se había dado por superado por ineficaz, pero que aporta más beneficios a unos pocos que la nacionalización.
Los protagonistas de esta película son una cuadrilla de trabajadoras profesionales del ferrocarril, que por su edad parecen venir de un contexto en el que la privatización aún no se había dado, o al menos la mayoría de ellos. Su enorme experiencia se ve en todo momento mermada por las necesidades empresariales de contratos inestables y al día, separándolos a menudo, dándoles un material pésimo, o mal empleado, y obligándoles a hacer faenas con menos trabajadores de los necesarios, o sin las medidas de seguridad legales. Y siembre bajo el chantaje del despido o de la no contratación.
Cruda, entretenida y recomendable.
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