Te estoy amando locamente

Título original: Te estoy amando locamente
Dirección: Alejandro Marín
Guion: C
armen Garrido Vacas, Alejandro Marín
Música: Nico Casal
Fotografía: Andreu Ortoll
Reparto: Ana Wagener, Omar Banana, Alba Flores, Jesús Carroza, Lola Buzón, Mari Paz Sayago, La Dani, Pepa Gracia, Carlos Bernardino, Alicia Moruno, Ignacio de la Puerta, Eloína Marcos, Enara Prieto
Productora: Escándalo Films, ESCAC Films, Zeta Studios, La Pepa Films

País: Reina de España
Año: 2023
Duración: 107 min.

 

En junio de 1977 la primera marcha por la liberación gay de la historia del estado español, que se produjo en Barcelona y que fue duramente reprimida, inspiró al resto del estado a formar colectivos en diversos lugares del mismo. Acababa de morir Franco y teóricamente el Reino de España volvía a ser una democracia parlamentaria como en los tiempos de la II República, una vez realizadas ese mismo mes las primeras elecciones al Congreso en más de 40 años, pero la realidad era otra bien distinta, y las bolleras, travestis y maricas lo percibían mejor que muchísimos otros sectores de la población.

La película nos sitúa en los inicios del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria de Andalucía (MHARA) en Sevilla, de sus inicios dentro de los órganos del cristianismo de base, férreo opositor a la dictadura que sobrevivió gracias al arrope no deseado de los obispados, y de su lucha por la abolición de la Ley de Peligrosidad Social, que imponía penas de cárcel a la población homosexual, entre otros sectores. Pero no sólo trata de esto, sino que también presta una atención muy importante a otras temáticas que siempre han rondado la comunidad LGTBI, como el mundo del espectáculo, la dicotomía zonas de ambiente vs. visibilidad y lucha política, el armario, las terapias aversivas, la relación con la familia y el vecindario, el mundo de la música -y en este caso con especial énfasis en el folclore andaluz, ritmo que ha acompañado históricamente a la cultura homosexual del reino-, la represión social, policial y judicial, el apoyo entre las compañeras y de otros sectores afines (como la izquierda, ya sea en organizaciones o como cristianos de base, como vemos en el film), el destacado vínculo que se dio con el feminismo entonces (pese a que algunos sectores LGTBIfóbicos del feminismo lo nieguen e impulsen actualmente hacia otro lado) y la necesidad imperativa de tomar las calles, escenas con las que termina el largometraje reproduciendo la primera manifestación del MHARA el 25 de junio de 1978, a la vez que las de Madrid, Barcelona, Bilbao, Santa Cruz de Tenerife, y con actos más pequeños en otras ciudades como Valencia, Granada o Zaragoza.

Estamos ante una pieza audiovisual que, teniendo en cuenta que es una obra de ficción ambientada en sucesos reales, goza de un nivel de ajuste a la realidad como poquísimas películas reseñadas en este blog: fotografías del momento han sido reproducidas al pie de la letra (la recogida de firmas contra la Ley de Peligrosidad Social de octubre de 1977, la pancarta descolgada de la Giralda durante la mani del 78…), se han reproducido panfletos, carteles y pancartas tal y como eran entonces, se cantan lemas originales de entonces, el relato de los acontecimientos coincide plenamente con la sucesión de acontecimientos real, la estética de los personajes y la ambientación no puede estar más que lograda… En este blog podemos parecer gente muy pesada a buena parte de quienes nos seguís, porque le sacamos pegas históricas a casi cualquier producto audiovisual ambientado en épocas históricas, pero en este caso no tenemos nada que decir: han cuidado tanto la parte histórica que no hemos encontrado nada que nos haya chirriado. Sospechamos que la asesoría con la que han contado de personas que vivieron este contexto, como Mar Cambrollé, que a día de hoy prosigue en el activismo y aparece al final de la película, ha tenido que ver bastante. Así es como se hace cine, recurriendo a las fuentes y a sus protagonistas si así viven, no manipulando épocas históricas para adecuar los productos cinematográficos a intereses comerciales, personales, políticos o a lo que está preconcebido de antemano, así que esta película merece una mención honorífica como muy pocas en este aspecto.

Pero es que además también es completamente certera en el plano político: nos coloca situaciones delante como la represión a la homosexualidad, el vínculo de la lucha del MHARA con el contexto político del momento, el rechazo de parte de la izquierda… Y ofrece una visión de la Transición muy necesaria para esta época en la que su mito se desquebraja abriendo paso a otras formas de entenderla: el franquismo está altamente presente en toda la película, como lo estuvo en el propio período histórico. Lo vemos en el “pollo” -también conocido como Águila de San Juan- en la bandera rojigualda en todo momento, cosa que se evita en muchas películas que retratan la Transición cuando no se adoptó el actual esta 1981; lo vemos en la permanencia de iconografía franquista, contando con fotografías del propio Franco en las dependencias de la Guardia Civil de los juzgados de Prado de San Sebastián en Sevilla; lo vemos en cómo la élite franquista prosigue siendo la élite en este nuevo régimen y sigue reproduciendo relaciones de vasallaje con la población más pobre; y lo vemos en la actitud y capacidad de poder de fuerzas clave en el franquismo, como fueron son y por desgracia seguirán siendo la jerarquía eclesial, el fascismo en la calle -ejemplificado en los falangistas que patrullan el campus, pero en la realidad la manifestación fue amenazada por fascistas locales y tuvo que constituirse un servicio de orden para proteger el mitin previo a la mani, y aún así unos fascistas lanzaron huevos a un grupo de gente que iba a la mani que interceptaron en la Alameda de Hércules- y la dinámica policial, que prosiguió el acoso a zonas de ambiente, malos tratos y restricción del espacio en la calle. Por ejemplo, la escena en la que la Policía Armada retiene la manifestación en el centro de Sevilla está reproducida al pie de la letra de cómo ocurrió, aunque en este caso el desenlace fue favorable para las mariconas.

En resumidas cuentas, un pedazo de peliculón donde los haya cuyo visionado debería ser obligatorio para todas y cada una de las personas que componen la comunidad LGTBI, incluyendo a las traidoras esas que votan a la ultraderecha y a la ultraderecha moderada porque la izquierda blablabla, o a las que dicen ser de nuestra comunidad o incluso feministas y luego excluyen a la gente trans. Y para todo el mundo, es una película que por su aspiración de ser para todos los públicos debería visionarse en todos los institutos. Estamos ante una pieza que reivindica nuestro pasado reciente revolucionario, y en concreto el de una región marginada por el relato histórico español e incluso por el de la historiografía LGTBI, como es Andalucía. Que ofrece unas perspectivas históricas y unos referentes de lucha que nos instan a seguir en la lucha a día de hoy. Puede que películas como éstas nos salven la vida frente a un venidero futuro en el que vuelve a estar en disputa la libertad sexual y en el que suenan clarines llamando a la guerra contra el fascismo otra vez. Y en el que seguir tomando libertades y ampliando nuestra presencia y visibilidad social sigue siendo una vez más el camino a seguir.

Ultrarrecomendable.

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