Título original: Der Rat der Götter
Dirección: Kurt Maetzig
Guion: Friedrich Wolf, Philipp Gecht
Música: Hanns Eisler
Fotografía: Friedl Behn-Grund
Reparto: Paul Bildt, Fritz Tillmann, Willy A. Kleinau, Hans-Georg Rudolph, Albert Garbe, Helmuth Hinzelmann, Inge Keller, Yvonne Merin, Käte Scharf, Herwart Grosse, Theodor Vogeler, Arthur Wiesner, Albert Doerner
Productora: Deutsche Film (DEFA)
País: República Democrática de Alemania
Año: 1950
Duración: 110 min.
Realizada poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, nos encontramos ante una pieza bastante realista, honesta y fidedigna sobre el papel de la patronal industrial durante el nazismo. Empezamos a verla desde el prejuicio de ver una película, al estar producida por un estado socialista (la RDA en este caso), que nos situara a la burguesía como un bloque único demoníaco de manera panfletaria, pero nada más lejos de la realidad. Basada en testimonios reales del colaborador estadounidense Richard Sasuly y de las declaraciones realizadas durante los juicios de Nürnberg contra directivos y magnates del conglomerado empresarial I. G. Farben, nos encontramos con interesantes reflexiones en torno a la responsabilidad colectiva que hubo en el nazismo, en torno a la estructura disolutoria del poder, por la cual parecía que todo el mundo era un engranaje en la máquina de realización de la guerra y más adelante del Holocausto. En este caso concreto, una fábrica de la industria química y petroquímica se ve notablemente enriquecida con la escalada militar y finalmente termina produciendo el gas Zyklon B, con el que se llevó a cabo el exterminio de la población judía y otros grupos marginados. Todo ello es visto como una oportunidad económica, los rumores que van llegando del uso de los materiales se ignoran o se les quita hierro, nadie se siente responsable porque todo el mundo cumple órdenes de arriba y/o hay miedo a la Gestapo en caso de no cumplir con cada función, y también hay cajas B donde se ingresa el dinero de una parte de la producción que no se está produciendo oficialmente. El sindicalismo es perseguido y la plantilla apenas tiene capacidad de maniobra para enfrentarse a todo esto. Sin embargo, las acciones de todos los burgueses no son las mismas, y oscilan entre la mayor miseria humana posible y el arrepentimiento y cambio de postura con el fin de mantener un poco la dignidad humana.
Muy interesante, muy entretenida y muy recomendable.
En nuestro archivo.