Título original: El Palmar de Troya
Dirección: El Palmar de Troya
Productora: Movistar+, 100 Balas, 93 Metros
País: Reino de España
Año: 2020
Duración: 60 min.
Siguiendo la línea de los documentales sobre sectas que están proliferando en estos últimos años, no podía faltar el de la secta probablemente más famosa made in Spain. El Palmar de Troya, fundado a finales de los sesenta cerca de la localidad de Utrera (provincia de Sevilla), empezó como lugar de peregrinaje por unas supuestas apariciones de la Virgen, y ha acabado siendo un culto ultraconservador y superestricto que tiene miles de seguidores a nivel internacional en la actualidad, opuesto tajantemente al Vaticano. Esto no puede explicarse sin citar el contexto en el que surge: el Papa Juan XXIII había comenzado una reforma de la Iglesia Católica que provocó urticaria en gran parte de la jerarquía eclesiástica. Y con eso dos sevillanos, Clemente y Manuel, comenzaron a destacarse en las vigilias, apariciones y estigmas que surgían entre algunas de las personas que acudían a la zona de las supuestas apariciones, consiguiendo finalmente atraer fieles, más tarde su dinero, y más tarde comenzar a construir infraestructuras estables en la zona. Curiosamente Clemente era conocido en los ambientes gays de la capital andaluza, y Manuel tenía varios casos de estafa a sus espaldas, pero gracias al contexto político eclesial, mezclado con los cambios políticos del propio estado (a los que se opusieron desde posiciones bastante franquistas), la cosa acabó con una de las basílicas más grandes de la cristiandad, la excomunión del Papa Pablo VI y el autonombramiento de Clemente como Papa Gregorio XVII -porque se lo había dicho la Santísima Trinidad-. Y esta es la parte más conocida socialmente -bueno, ésa y la de las canonizaciones de Franco, José Antonio Primo de Rivera y demás personajes folclóricos del españolismo rancio-, pero la cosa avanzó de maneras impresionantes que estremecerán a cualquiera. Aunque, la verdad, lo criminalizan mucho como secta, cuando comparte una gran cantidad de semejanzas con el culto católico, y no creo que quienes usan este apelativo se rasguen las vestiduras ante cosas muy parecidas hechas con el beneplácito del obispo de turno.
Por lo demás, nos encontramos con machismo extremo, ultrajerarquización de cargos, derroche del dinero de los fieles, abusos sexuales, relaciones homosexuales, diezmos, exclusión absoluta de disidentes, lavados de cerebro y una permanente inoculación del miedo al futuro y al apocalipsis final. Recomendable.