Título original: Mr. Robot
Dirección: Sam Esmail, Jim McKay, Tricia Brock, Deborah Chow, Nisha Ganatra, Niels Arden Oplev, Christoph Schrewe
Guión: Sam Esmail, Randolph Leon, Adam Penn, Kyle Bradstreet, Kate Erickson, David Iserson, Kor Adana, Courtney Looney, Lucy Teitler
Música: Mac Quayle
Fotografía: Tod Campbell, Tim Ives
Reparto: Rami Malek, Christian Slater, Carly Chaikin, Michel Gill, Gloria Reuben, Portia Doubleday, Martin Wallström, Grace Gummer, Gabriel Hansen, Justin Morck, Jeremy Holm, Michael Buscemi, Bruce Altman, Samrat Chakrabarti, Elliot Villar, Gigi Stone, Frankie Shaw, Ben Rappaport, Stephanie Corneliussen, BD Wong, Michael Cristofer, Sunita Mani, Michael Drayer, Vaishnavi Sharma, Azhar Khan, Bobby Cannavale
Productora: Emitida por USA Network; Universal Cable Productions / Anonymous Content
País: Estados Unidos
Año: 2015
Duración: 60 min.
Elliot es una especie de hacker justiciero rodeado de problemas de sociabilidad de todo tipo. Junto con un grupo de hackers pretenden llevar a cabo un ataque contra la principal empresa proveedora de dinero cibernético de EEUU, provocando así una especie de nuevo Crack que ponga en jaque al capitalismo y haga salir a la gente a la calle, algo así como el 15-M o el Ocupy Movement. En temporadas siguientes veremos que la cosa era más complicada, con fuerzas oscuras detrás alentando el proyecto por intereses que aquí no revelaremos. Porque en guión la verdad es que la serie tiene un 10. Las personas hacktivistas valorarán mejor que nadie la representación que realizan de su mundo; nosotras no vamos a entrar, pero imaginamos que el mundo mainstream cinematográfico no suele tratar siempre bien estos entornos, o no como sería debido.
En cualquier caso, y aunque la serie nos ha parecido francamente buena y es más que recomendable, desde aquí no vamos a obviar que es enmarcable dentro de la patologización que el mundo cinematográfico estadounidense hace de los integrantes de movimientos sociales radicales. Elliot es el caso prototípico: repleto de traumas infantiles y estados inestables de salud mental que lo hacen luchar contra el sistema que le ha hecho esto. Como si esto fuera una lucha individual motivada por la venganza, en el estilo habitual de las pelis yanquis. Como si el capitalismo no fuera un problema estructural en la sociedad.
Al margen de esto, encontraremos escenas tremendas, críticas al capitalismo muy potentes y desde muchos aspectos, y en cuanto a diversidad afectivo-sexual la serie tiene otro 10 bien grande. Recomendable en cualquier caso.