Título original: C/ Dona. Ningú és més que ningú
Dirección: Manu Luna
Guion: Manu Luna, Xisca Adrover, Susana Batle, Núria Martínez, Marta Munar, Aina Soler. Fotografía: Manuel Barrientos
Productora: Oficina de Cooperació al Desenvolupament i Solidaritat de la Universitat de les Illes Balears País: Reino de España
Año: 2013 Duración: 40 min.
La vida de Paquita, una mujer sin techo de Palma de Mallorca, sirve para realizar este documental en el que se habla de la problemática específica de las mujeres en situación de calle, y en la gestión de los centros de día y de la asistencia pública a la hora de maniobrar frente a esta realidad. Paquita, además, le cuesta a las cámaras su historia de vida: hombres que se aprovecharon de ella, la hija que consideró que lo mejor para ella era darla en adopción, su salud mental y su implicación en el movimiento 15M, en el feminismo y en las luchas sociales posteriores.
La película explora de manera muy original el tema del maltrato infantil. Larry busca realizar un documental sobre este tema para concienciar a la población de que es algo que debería preocupar socialmente. De hecho, la película aporta datos verdaderamente espeluznantes que en su momento impactarían a sus espectadores estadounidenses. Y en la realización de este documental se topa con Thomas, que acaba en el hospital siendo atendido por un amigo suyo tras recibir una paliza de sus padres. Thomas es un adolescente de 14 años que experimenta buena parte de las fases del maltrato, que se van dilucidando a lo largo del film, así como diversas estrategias ante él. Y una de ellas es aferrarse a Larry.
Para darle una vuelta de tuerca completamente insólita, Larry es homosexual, antiguo habitante de la Calle Castro en San Francisco, y precisamente la película nos sitúa un homosexual en el papel de una persona que realiza un trabajo a favor de los menores. No olvidemos que la película se hizo durante la presidencia de Reagan, un contexto de ultraconservadorismo y de ataque directo contra las comunidades gays, a las que se tachó entre otras cosas de depredadores sexuales y abusadores sexuales de menores de edad. La película planea sobre el tema peliagudo de las relaciones intergeneracionales, su dependencia, el consentimiento, cómo son vistas por el entorno, etc. A día de hoy seguiría siendo una película impactante y criticada por la derecha y por parte de una izquierda que sigue sin sacudirse el moralismo sexual en muchas cuestiones.
Basada en la vida real de Stella Goldschlag, estamos ante una película que se centra en uno de los temas más espinosos del Holocausto: el colaboracionismo por parte de población judía. La película nos presenta a Stella como una persona despreocupada o que al menos intenta despreocuparse del duro contexto que vive Alemania en esta época, a pesar de ser judía y de tener amistades cada vez más damnificadas por los malostratos dispensados por el Reich a su comunidad. Se preocupa en sí misma, en vivir lo mejor posible y en sobrevivir por encima del resto, intentando quedarse ajena a las deportaciones de amistades y amistades de familiares, y aprovechándose de su apariencia “aria” – cabellos rubios y ojos azules- para pasar desapercibida. Esta situación lleva a Stella a entrar en una red de tráfico de documentos falsos, y de ahí, mediante chantajes y torturas, a ser una activa colaboradora de la Gestapo en la captura de centenares de judíos.
La deportación de judíos alemanes, pese a mantenerse en el centro del antisemitismo europeo, fue más compleja de lo que se percibe en general, puesto que las autoridades nazis fueron paulatinamente para evitar situaciones de rechazo social. Tras deportar a judíos vinculados con la izquierda, con movimientos antinazis variados, y a familias únicamente compuestas por población judía, a partir de 1942 comenzaron las deportaciones de población judía casada con aria, o a la que se le habían dado beneficios por sus profesiones o utilidad para la admnisitración. Para entonces ya era demasiado tarde y los movimientos de resistencia, como el de cónyuges ocurrido en 1943, sirvieron poco.
Dentro de las necesidades fílmicas, la película es bastante fidedigna con los hechos históricos, aunque pasa algo por encima de la turbulenta vida personal de la protagonista, que también sale retratada bastante bien. Los procedimientos de colaboracionismo y captura salen tremendamente bien representados, así como la falta de escrúpulos y los chantajes que se combinaban para facilitar las colaboraciones.
Entre abril y diciembre de 1915 se dio una de las batallas más importantes de la historia en el estrecho de Dardanelos. Fue la mayor ofensiva combinando mar y tierra hasta la fecha, y aglutinó buena parte de las naciones de la Commonwealth británica, con decenas de miles de efectivos cada una. La masiva participación australiana y neozelandesa la convirtieron en un hito para la historia nacional de ambos países, y la desastrosa gestión por parte de las autoridades militares inglesas provocaría movimientos políticos en ambos países que ganarían en los siguientes años más autonomía respecto de Londres.
La intención inicial era capturar la península norte del estrecho de Dardanelos para avanzar hacia Constantinopla, capital del Imperio Otomano, lo que supondría un durísimo golpe contra la Triple Alianza -Alemania, Austria y Turquía- y aislaría a Turquía de las otras dos. La realidad fue que minusvaloraron el potencial bélico otomano, y aquello resultó una carnicería de fuerzas de la Entente que como máximo consiguió desgastar un poco al ejército turco.
La película nos muestra la falta de escrúpulos de la oficialidad británica, la censura en la prensa, y la lejanía con las trincheras del estado mayor británico. Veremos cómo se lanzan soldados a la muerte cuando no tenían ninguna esperanza de conseguir tomar las trincheras enemigas, simplemente porque son órdenes de arriba. Veremos la confraternización entre soldados rivales, y los lazos de solidaridad que se crean pese a todo. A pesar de que estas críticas van orientadas a demostrar el funesto papel que tuvo todo esto en vidas australianas y de demás países ex-colonias o aún colonias británicas, también le otorga al film tintes antimilitaristas. Y como es habitual en las películas sobre este conflicto, el horror en las trincheras, las malas condiciones, los soldados destrozados por los cañones y las muertes por el clima y las enfermedades no faltan.
El rigor histórico, a pesar de usar como hilo conductor la vida de un joven soldado que no existió, es muy alto. Muy interesante y muy recomendable.
Título original: Tito po drugi put medju srbima
Dirección: Zelimir Zilnik
Guion: Zelimir Zilnik Fotografía: Miodrag Milosevic
Reparto: Dragoljub Ljubicic, Milan Pavlovic Productora: Radio B92 País: Yugoslavia
Año: 1994 Duración: 45 min.
Este interesante mediometraje nos coloca al General Tito, ex-secretario general del Partido Comunista de Yugoslava y ex-presidente del país, resucitado años después de su muerte y conversando con habitantes reales del momento, que expresan sus opiniones sobre el régimen anterior y sobre la situación política del momento.
Tito lideró no únicamente uno de los estados socialistas con mejor fama y reputació a nivel histórico -no por ello exento de ciertas críticas desde el propio socialismo, a izquierda y a derecha marxista-, sino que también el socialismo fue un elemento cohesionador de un estado de una diversidad nacional gigantesca. En 1994, año de estreno de esta pieza, la cuestión nacional había estallado y la antigua Yugoslavia se había convertido en una guerra entre varios nuevos estados que se disputaban territorio. Como buenamente apuntan varias de las personas partícipes casuales, ello no podría entenderse sin que EEUU y varios países de la Unión Europea azuzaran, malmetieran, financianar e impusieran sanciones según intereses que a menudo tenían poco que ver con la paz. Ello tuvo el impacto de promocionar movimientos de extrema derecha, y propiciar una desmarxistización del territorio, de tintes a menudo anticomunistas, como de hecho podemos ver en la película.
La película es cuanto menos un documento histórico de gran valor que sirve para entender la República Socialista de Yugoslavia y la Serbia de la Guerra de los Balcanes, y la relación de ambos regímenes con tan poca diferencia temporal en el momento en que se realizó. Muy recomendable.
Título original: Nimona
Dirección: Nick Bruno, Troy Quane
Guion: Robert L. Baird, Lloyd Taylor Música: Christophe Beck
Productora: Annapurna Pictures, Blue Sky Studios. País: Estados Unidos
Año: 2023 Duración: 102 min.
En un reino de un universo futurista medieval, por fin un plebeyo sin sangre aristocrática va a ser nombrado por la reina caballero. Pero en su ceremonia de investidura, algo sale tremendamente mal, y se ve abocado a la marginación y a la persecución. Al estar en esta situación, se le acerca Nimona, una joven antisocial de aspecto punk que pretende ayudarlo como parte de sus propias vivencias a la sombra del sistema que ahora persigue y rechaza a ambos personajes.
La película está repleta de subtextos tremendos que nos hablan de la marginación social y de la lucha contra poderes constituidos sobre bases de privilegio. También tiene el mérito, unido a lo anterior, de situar la homosexualidad de dos de los protagonistas como algo normalizado que no supone un hecho determinante en ambos.
Título original: The Devil’s Confession: The Lost Eichmann Tapes
Dirección: Yariv Mozer
Guion: Yariv Mozer, Kobi Sitt Música: Tal Yardeni
Fotografía: Eyal Bau Cohen, Moritz Friese, Nir Maman, Joaquín Neira, Shahar Reznik
Reparto: Eli Gorenstein, Roy Miller Productora: Coproducción Estados Unidos-Israel;KAN: Israeli Public Broadcasting,MGM Television,Tadmor Entertainment,Toluca Pictures País: Estados Unidos
Año: 2022 Duración: 108 min.
En 1957 el periodista alemán filonazi Willem Sassen convenció a Adolf Eichmann, refugiado desde hacía años en Argentina tras conseguri huir de Alemania tras la derrota del III Reich, para que fuera entrevistado rodeado de acólitos y hablara abiertamente del Holocausto y de su papel como gestor del mismo. El argumento dado por el jerarca nazi en el juicio en Israel que lo condenó a muerte queda completamente por los suelos tras escuchar fragmentos de su voz en los que, lejos de ser un simple funcionario que gestionaba asépticamente trenes, se jacta de su antisemitismo, de su adscripción al nacional-socialismo y de su compromiso detallista y riguroso para provocar el exterminio de la población judía europea. Las pruebas que aportan las cintas, perdidas durante décadas, no dejan lugar a dudas.
El documental podía haberse quedado simplemente en que Eichmann era un mentiroso y un fanático nazi. Sin embargo, además de contextualizar cada declaración con documentación y testimonios en torno al Holocausto, también nos ofrece un marco histórico de qué estaba pasando en el mundo en el momento de la entrevista y en el momento del juicio contra Eichmann tres años más tarde. Así pues, nos sitúa en un mundo con narrativas alternativas a las oficiales: países latinoamericanos como Argentina que admitían nazis sin problemas y siendo plenamente conscientes de a quiénes tenían dentro de sus fronteras, intereses estatales israelíes por encima de la voluntar de hacer justicia o no con Eichmann, grupos neonazis operativos en diversos países, tráfico de transcripciones de la entrevista… Y el polémico tema del colaboracionismo de los Consejos Judíos con el régimen nazi, que Hanna Arendt denunció y le valió una ola de odio sionista, y que el Estado de Israel intentó tapar, pues señalaba que judíos ex-colaboracionistas nazis que trabajaron con Eichmann estuvieron en el inicio de la fundación del estado de Israel, con cargos políticos destacados y usando dinero robado a población judía exterminada en el Holocausto para los primeros momentos del régimen sionista.
En resumen, tenemos un documental muy interesante que excarva en cuestiones muy crudas y que nos permite ver un paiseja muy fidedigno y riguroso de lo que giró en torno al juicio a Eichmann y a su responsabilidad en el genicidio.
A raíz de varias intervenciones sutiles y no tan sutiles en la Revolución Mexicana por parte de EEUU a favor de los gobiernos aliado y contrarrevolucionarios de Carranza y Obregón, el general Pancho Villa atacó la ciudad de Colombus, cerca de la frontera, protagonizando la última invasión vivida por el país hasta la fecha y matando a casi 20 ciudadanos estadounidenses. Debido a ello, en marzo 1916 el gobierno estadounidense organizó una Expedición Punitiva que invadió México -oficialmente no fue una invasión porque se lo permitió Carranza, pero en términos prácticos lo fue- con el objetivo de capturar a Villa.
La película nos sitúa en la historia de dos guerrilleros villistas que tienen la misión de encontrar un médico para que cure a Pancho Villa de una herida en combate. Uno de ellos es Chicogrande, comandante de las tropas villistas. Para ello se asoman por un pueblo donde soldados estadounidenses y federales están asolando la población buscando a Villa.
La película nos muestra una vez más la difícil relación histórica entre ambos países, protagonizada por las ansias imperialistas de EEUU sobre México, y las dinámicas de maltrato y terrorismo que sufren las poblaciones invadidas por los casacas azules, mientras los federales mexicanos las toleran entre tensiones.
Se trata de una de las pocas películas que se realizaron en los estudios de cine estadounidenses que criticaba el régimen nazi antes de la declaración de guerra oficial de diciembre de 1941. La película nos pone en la piel de un ciudadano estadounidense de origen alemán que se desplaza al III Reich porque su madre ha desaparecido. No tarda en descubrir que se haya en un campo de concentración nazi esperando su ejecución, acusada de traición. Por tanto, inicia todo un periplo que le lleva por diversos espacios del país contando con escasos apoyos para poder rescatar a su madre, y enfrentando con la implacable maquinaria represiva nazi y con un estado policial integrado ya en la médula de gran parte de su población.
Si bien la película sitúa la crítica en el viejo “democracia vs. Fascismo” o “libertad de expresión vs. Opresión social”, aporta algunas claves interesantes en torno al fascismo que le hacen estar en este humilde blog, como la cuestión de la responsabilidad, los pequeños actos de sabotaje y las estrategias de supervivencia de la disidencia al nazismo.
A pesar de acercarnos a un conflicto tan complejo y de tanta actualidad desde la óptica de un periodista estadounidense aséptico y ajeno a las cuestiones tan graves que se dirimieron durante la Guerra del Líbano, la película tiene el mérito de buscar cierta equidistancia en un tema sobre el que se vierten ríos de intoxicación sionista y capitalista, lo cual permite explicar buena parte del contexto político libanés, palestino e israelí con cierto rigor. Y a la vez es una película entretenida que combina periodismo con espionaje.
Don Stevens es destinado en Beirut al poco de que Israel decida intervenir en la guerra civil que lleva asolando el país desde 1974. Varias escenas nos describirán al personaje como ajeno a la política y poco profesional en muchos casos -aunque la verdad es que veremos cosas que no son tan raras en la profesión, tan degradada y carente de credibilidad en esta época-. Un día recibe el encargo de una grabación, supuestamente de un destacado político de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) que quiere hacer pública su postura de acabar con la guerra y negociar con Israel. Esto desata una tempestad que pertoca a todos los actos del conflicto: a la propia OLP, a las fuerzas libanesas, a los ultracatólicos de la Falange Libanesa, al ejército israelí, al Mossad… Y acabará enlazando la historia con dos hitos de la Guerra del Líbano: el atentado contra el cuartel general falangista que acabó con la vida del presidente Bashir Gemayel, y la respuesta de falangistas e israelíes de cometer un genicidio contra los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila.