Tres amigos de diversa procedencia dentro de la migración habitual de Alemania intentan buscarse las castañas y evadirse de las ataduras que les ligan a la delincuencia y a los peligros asociados. Pero las cosas no son tan fáciles: antes de irse, hay que dejar todo limpio, y esto les pondrá en situaciones muy dramáticas: drogas, armas, violencia machista, macarrismo callejero y bandas rivales pisándoles los talones.
Muy en la línea del director, narra la vida de protagonistas migrantes o racializados luchando por sobrevivir en su cotidianeidad con tantas cosas en contra. Recomendable.
La película narra la vida de algunos colectivos de gays y lesbianas que existieron en Sidney entre 1972 y 1978, que terminaron generando el primer desfine del orgullo de la ciudad, que terminó en disturbios. Diversos temas de la época aparecen bastante bien reflejados en la película: las comunas, las concentraciones, las alianzas con otros movimientos (obrero, estudiantil, feminista…), los desencuentros que llevaron a las lesbianas a escindirse, la religión, las tácticas, las diversas vías de lucha (negociar con las instituciones, legalizar actos, hacer manifestación y concentraciones ilegales…) y los propios problemas de sus protagonistas por el hecho de no ser heterosexuales, relacionados con acoso y represión policial, hostigamiento social, agresiones sexuales, el machismo y capitalismo del ambiente mainstream, los problemas de custodia en caso de tener descendencia…
Una película que intenta tratar demasiados temas en demasiado poco tiempo, y que a veces esto genera que algunos se traten algo más superficialmente de lo que deberían. Pero el cuadro es bastante completo. Nos ha faltado más presencia trans y racializada, en concreto de aborígenes, que también suponemos que tendrían algo que decir en la época. Pero no teníamos ni idea de los discurrires del movimiento gay australiano hasta ver esta película, ya que no es un territorio demasiado presente en este lado del globo (a pesar de que compartimos muchas cosas), y no sabemos bien de la presencia de estos dos grupos en esta película. En cualquier caso, y tomando como ejemplo otras historiografías de otras partes del mundo, es probable que su representación en la historia fuera más de la que aparece en la película.
La película fue bastante impactante para la época, aunque trataba un tema sobre el que otras películas (por ejemplo, Días sin huella de Billy Wilder, 1945) ya habían allanado algo de terreno: el alcoholismo y sus consecuencias. En este largometraje, Joe y Kirsten son una pareja prototípica que se conoce y se casa y cría como se espera socialmente. Pero el abuso del alcohol es cada vez más poderoso y es un nexo de unión cada vez más afianzado en su relación. Finalmente es algo que les impide tener trabajos estables, cuidar a su hija y vivir su vida en general, siempre a merced del síndrome de abstinencia, médicos, gente que les presta dinero para que salgan adelante que luego se beben, pérdida del entorno social y familiar… La película empieza con cierta tranquilidad, y acaba en escenas delirantes -y con toda probabilidad de tener bastantes semejanzas con la realidad- y especialmente sórdidas, que le pueden quitar las ganas a cualquiera de probar esta droga legal. Lejos de querer fomentar un moralismo social condenatorio del alcohol como elemento que impide que algunas personas no sean un engranaje del sistema, recomendando esta película queremos apuntillar en las consecuencias del abuso del alcohol sobre el medio, ya sea éste democristiano, socioliberal o anarco-alternativo.
Título original: Sexo, dignidad y muerte Dirección: Lucrecia Mastrangelo
Guión: Lucrecia Mastrangelo
Música: Claudio Zemp
Fotografía: Hugo Grosso
Reparto: Alejandra Codina,Gustavo Guirado,Ana María Giunta,
Productora: Industrias Creativas País: Argentina
Año: 2011 Duración: 62 min.
En enero de 2004 Sandra Cabrera, una destacada militante en Rosario de la Asociación de Mujeres Meretrices de la República Argentina (AMMAR), sindicato de trabajadoras sexuales, era asesinada de un disparo. El crimen apunta a la oposición de Sandra y de su organización contra una red de policías mafiosos que traficaban con droga, las obligaban a pagarles un soborno por trabajar en la calle, y regentaban con un burdel una red de trata de menores (¿prostitutas oponiéndose a la trata? ¿Pero no era lo mismo una cosa y otra? A las abolicionistas se les quemará el cerebro si ven este documental). Los movimientos de denuncia fueron el motivo de su muerte, pero esto no está demostrado en los tribunales: el policía imputado por el asesinato fue absuelto por falta de pruebas (una vez sus compañeros eliminaron las pruebas, claro) y el caso quedó en el limbo, sin resolverse. Con este documental, sus compañeras hacen justicia por Sandra y muestran su activismo y el de su organización.
Título original: Reincidentes, erre que erre Dirección: Miguel Paredes
Guión: Miguel Paredes
Música: Pequeña Orquesta Reincidentes
Fotografía: Mariano Agudo, Eduardo Montero
Productora: Intermedia Producciones País: Reino de España
Año: 2013 Duración: 67 min.
A través de la historia de este mítico grupo sevillano, el documental analiza muchas de las luchas que han estado vigentes desde mediados de los ochenta hasta la actualidad, que Reincidentes inmortalizó en algunas de sus letras: el No a la Mili, el nacionalismo y el independentismo, el antifascismo, la okupación, el antipatriarcado, la República, la campaña contra la celebración del 92… todo desde una perspectiva andaluza, algo que no es nada habitual en general en el estado español, y que es un hecho que genera que, aunque no te guste el punk o Reincidentes, es recomendable igualmente echarle un ojo a esta pieza. Entre anécdotas, entrevistas, grabaciones de movilizaciones y extractos de conciertos, nos encontramos una tremenda crónica narrada en primera persona de los últimos 35 años. Recomendable.
Título original: Els internats de la por Dirección: Montse Armengou, Ricard Belis
Fotografía: David Bou
Productora: Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals País: Reino de España
Año: 2015 Duración: 76 min.
Este durísimo documental nos habla de una realidad histórica del franquismo y el posfranquismo que se ha pasado por alto tradicionalmente, incluso al hacer historia carcelaria del régimen: los llamados “centros de menores”, que no fueron otra cosa que cárceles para menores de edad que acabaron ahí por la pobreza, por tener padres encarcelados por sus ideas políticas, o porque sus madres eran solteras o separadas. Y, ya avanzado el franquismo, por tener padres franquistas que veían con malos ojos las ideas de izquierda de sus hijas adolescentes. Ahí sufrieron un trato insoportable que les dejó marcas de por vida: humillaciones y vejaciones públicas, malos tratos físicos, amenazas de que matarían a sus padres si no obedecían, explotación laboral violaciones… Incluso llevaron a venderlos a particulares a cambio de dinero -particulares vinculados al régimen-. La gestión de estos centros corría a cargo de la Iglesia Católica, que obtenía dinero por cada interno, y que además se beneficiaba económicamente de los talleres de costura, usando trabajo esclavo de niñas bajo la excusa de la redención y la integración en la sociedad. El Corte Inglés era una de las empresas beneficiarias, como lo sigue siendo del trabajo subpagado de las actuales prisiones españolas. Las agresiones sexuales corrían a cargo de curas que luego eran los más conservadores en público, que chantajeaban a niños y niños para que luego no fueran contando lo que les hacían. Y cuando trascendía a todo el centro lo que había ocurrido, el resto de curas y monjas callaba y evitaba que el hecho trascendiera.
A día de la realización del docu, vemos a aquellos niños y niñas expresando que padecen traumas actuales, que recurren a autoridades eclesiásticas para que les pidan disculpas por las violaciones que sufrieron en su infancia y adolescencia, o reuniéndose con algunas de las pocas voces que en aquellos momentos denunciaron la situación, como la abogadas y militantes comunistas Carmen Alcalde y Magda Oranich. Las denuncias sirvieron para relajar algunas de estas prácticas, pero estos centros no empezaron a cerrar hasta mediados de los ochenta, o no terminaron de cerrar hasta mediados de los noventa. Es decir, que la cosa siguió prácticamente igual durante la Transición y los primeros años del régimen del 78, incluso con curas progres a quienes también se les iba la mano. Un dato cuanto menos reseñable.
Este documental puede hacer revivir traumas a supervivientes de agresión social y maltrato de todo tipo. Pero una vez dicho esto, lo recomendamos encarecidamente.
Título original: Berlin Dirección: Yuli Raizman,Yelizaveta Svilova
Guión: Yuli Raizman, Yelizaveta Svilova
Música: Dmitri Shostakovich
Fotografía: Mikhail Oshurkov,Lev Saakov,Nikolai Shpikovsky
Productora: Tsentralnaya Studiya Dokumentalnikh Filmov País: Unión Soviética
Año: 1945 Duración: 64 min.
Si dejamos al margen la propaganda política y el culto a la figura de Stalin, nos encontramos con un documento histórico tremendo que nos narra en primera mano la versión soviética del transcurso y en especial del final de la guerra mundial. Una versión, como ya hemos comentado en este blog, ocultada por el mundo occidental, su narrativa, sus documentales y su cine, eclipsada por innúmeras producciones que invisibilizaron el papel soviético determinante en la victoria sobre el nazismo. Nos encontramos con imágenes bastante impactantes sobre la toma de la ciudad de Berlín, junto con planes de ataque, situaciones vividas por las tropas, lo que encontraron, la ciudad una vez tomada y los problemas derivados -racionamiento, hambre, nazis escondidos…- y termina con la capitulación del ejército alemán junto a fuerzas de varios países el 9 de mayo de 1945. Recomendable.
Título original: En/Femme Dirección: Alba Barbé I Serra
Guión: Alba Barbé I Serra
Música: Degiheugi, Dj Huete, Nu Nu, Clara Peya
Fotografía: Mar C. Llop País: Reino de España
Año: 2018 Duración: 103 min.
“EnFemme” es un espacio ubicado en la ciudad de Barcelona que desde hace décadas ha tenido un papel fundamental para la comunidad trans de la ciudad. Muchas personas han podido desarrollar sus vidas dentro de la normalidad obligatoria y poder abrirse como eran junto al resto de feligresas.
En general, por lo menos en estado español, nos hemos acostumbrado a ver en los documentales sobre tema trans a gente joven, como mucho cercana a los cuarenta. En este documental vemos gente de todas las edades, pero un estrato importante son travestis, cross-dressers y mujeres trans mayores, muchas de las cuales han empezado su transición no hace tanto, en bastantes casos con esposa e hijes. Lo cual implica que enfatice otras perspectivas que habitualmente no está: cuestiones de salud, pertenencia a otra generación educada de manera diferente, cómo gestionar estas movidas con el núcleo familiar… Aunque evidentemente hay situaciones que aparecen que son lamentables, en general el clima del documental nos da un halo de positividad. Las entrevistadas tienen muchas ganas de vivir y muestran un fuerte empoderamiento trans.
Título original: Generación Anti Todo Dirección: Íñigo Cobo
Guión: Íñigo Cobo
Música: Eskorbuto
Fotografía: Íñigo Cobo, Gorka Etxeandía
Productora: Saregabe País: Reino de España
Año: 2018 Duración: 120 min.
Desde un punto de vista ampliamente histórico, el documental analiza la permanencia del punk en la actualidad. Y lo hace principalmente en la zona de Santurtzi (también se desplazan a Bilbao o a Vitoria), donde empezó Eskorbuto, una de las bandas más míticas del reino. Allí rastrea la historia de la banda, cómo era vista en su contexto, sus amistades, otras bandas, las drogas, los problemas familiares, el paro y la reconversión industrial… Y muchas preguntas quedan en el aire: la política en el punk, la actualidad de muchas de sus letras, el mito que quedó, cómo se entendieron las letras…
Buenas reflexiones, tremendos testimonios directos de aquello, una historia dramatizada para aderezar el docu, y mucho compromiso antisistema a día de hoy por parte de gente de todas las edades. Recomendable.
La serie desarrolla, en cinco capítulos temáticos, las vivencias de la comunidad afrodescendiente de origen antillano en la Inglaterra de entre 1968 y 1982. Con toda la crudeza, sin demagogias, sin situaciones forzosas. Es un plano verdaderamente realista, que impacta de lo realista que es. No encontramos con el racismo en su estado natural, ejercido por buenos ciudadanos anónimos mediante ataques, por parte de funcionarios públicos de toda ralea… y las formas de gestionarlo y confrontarlo que tienen quienes protagonizan la serie.
Hay algo que es transversal en toda la serie: el violentísimo racismo policial, evidenciado en torturas, malos tratos, agresiones contra los espacios de socialización, insultos, la simple forma de funcionar… todo sancionado por la estructura del estado. Varias de las historias que aparecen son reales, y nos encontraremos de hecho uno de los hitos históricos de la comunidad negra británica: la revuelta de Brixton de 1981, protagonizada en este caso por un futuro escritor encarcelado y enraizado dentro de la comunidad juvenil. En otro capítulo nos encontraremos el caso real de un bar de Londres que sufrió un enorme acoso policial, hasta el punto de que Panteras Negras terminaron involucrándose, convocando una manifestación brutalmente reprimida y seguida por un juicio contra varias de las personas detenidas en ésta. En otro capítulo hablan sobre una fiesta con pinchada en directo y las diversas situaciones al respecto atravesadas por el género y la clase –y la policía vigilante cerca- que se podían dar en éstas. O cómo el sistema educativo sitúa a la chavalada negra dentro de los índices de la eufemísticamente llamada “educación especial” mucho antes que a la población blanca, metiéndola en un entramado funcionarial horripilante. Por último, sin seguir el orden de los capítulos, nos encontramos una historia tremenda de un chaval, a cuyo padre la policía agrede e imputa en un montaje policial, que ingresa en la policía. Al racismo que viven él y otro policía de origen hindú se junta el lavado de cara de las instituciones policiales, usando maderos negros para invitar a dicha comunidad a introducirse en los cuerpos represivos.
En resumen, una serie imprescindible para ver por cualquiera que tenga un mínimo interés en la vida de las comunidades racializadas y/o en la historia de Reino Unido en este período. Que, la verdad, el racismo que hemos visto en películas históricas de EEUU es bastante parecido a lo que vemos aquí, pero una perspectiva europea también nos ayuda a ver que estas situaciones no son cosas de los yanquis, que están locos –esto lo he oído alguna vez-, sino que son fruto del colonialismo, del expolio histórico a la población negra y que son estructuras que afianzan el orden blanco imperante en el continente. Y todo esto aderezado con una música orgásmica, protagonizada por el reggae y el ska jamaicano de la época. Quien tenga costumbre de oír esta música (en gran parte popularizada en los entornos blancos por la cultura skinhead) va a disfrutarla aún más.