Título original: El futuro imposible
Dirección: Juan José Pereira
Guion: Juan José Pereira Música: Andrés Montero Bustamante
Fotografía:Juan José Pereira
Productora: Coproducción Paraguay-Argentina-Emiratos Árabes País: Argentina
Año: 2021 Duración: 130 min.
En esta serie de 10 episodios de corta duración se nos plantean los problemas ecológicos a varios órdenes que tenemos delante las personas que habitamos este mundo y que probablemente vayamos a ver en las siguientes décadas los efectos del cambio climático provocado por el capitalismo. Pero también se da alternativas realizables y tangibles, razón por la cual el título de la serie lleva el “im” tachado, ya que, lejos de esa cantidad de distopías que nos narran un futuro peor que lo que hemos vivido hasta ahora, existe realmente la posibilidad de que el rumbo hacia la destrucción se sustituya por un modelo cooperativo, sostenible y que genere bienestar entre animales humanos y no humanos.
Para demostrar esto, la serie plantea en cada capítulo una narrativa hegemónica, tanto el problema de base como los argumentos que sustentan que este problema siga así, y le coloca alternativas: la alimentación, la destrucción de ecosistemas, la digitalización, el modelo competitivo… Todo ello es sustituible por alternativas mejores que se han desarrollado ya y se siguen desarrollando a pequeñas escalas, no a grandes por los impedimentos de los poderes políticos y económicos. En el contexto además que vive Argentina en la actualidad, con una ultraderecha negacionista del cambio climático en los poderes del propio estado, esta serie además sirve de pedagogía para desmontar los discursos de sus acólitos, que aparecen fielmente retratados, junto a las voces ecologistas, dentro del círculo de debate en torno a una hoguera que sirve de hilo conductor para la serie.
Ultrarrecomendable. Debería ser de visionado obligatorio en nuestro contexto.
Muy adecuada para el contexto actual, esta mini-serie nos coloca en la disputa entre mujeres feministas y anti-feministas que se dio a lo largo de los años 70 en EEUU, que tuvo como catalizador la Enmienda de Igualdad de Derechos aprobada en 1971-1972 que fue ratificándose en los estados de la Unión a lo largo de toda la década. Son los antecedentes directos de las Guerras del sexo que tuvieron lugar en los 80 entre las feministas anti-sexo y las pro-sexo, al haber ganado el feminismo enormes pasos hegemónicos, y hay también un férreo hilo conductor con la conservadurización e institucionalización de ciertos feminismos que hay ido derivando hacia el odio contra las personas trans y les trabajadores sexuales, frente a los feminismos más abiertos, inclusivos y anticapitalistas. Y aunque la serie nos hable del contexto de los EEUU, no cerremos los ojos a que lo que ha ocurrido y ocurre en ese país nos sigue afectando de manera implacable al resto, así que este serie puede servir de genealogía para todo el feminismo occidental.
En la lucha por la ratificación de la Enmienda veremos feministas históricas movilizadas, entre las cuales van a destacar la escritora de La mística de la feminidad y cofundadora de New Organization of Women, Betty Friedan, y la periodista y editora Gloria Steinem, así como los activismos que tuvieron en común, como la Asamblea Política Nacional de Mujeres. Sin embargo, habrá muchas feministas históricas más que pasan por la serie, y que permiten poner el foco en los debates que se daban entonces, como los feminismos negros, el lesbianismo, las no mixticidades, la estrategia electoral frente a la autonomía, la convivencia con tendencias excluyentes (incluyendo la propia lesbofobia de Friedman, que fue superando con los años de convivencia con feministas lesbianas en el mismo movimiento) y las luchas de poder internas, mientras iban cambiando las administraciones presidenciales y estatales y se inclinaban por una actitud u otra frente al feminismo.
En la lucha en contra de la ratificación, tenemos un grupo más pequeño pero no por ello menos influyente de mujeres conservadoras muy afines al Partido Republicano. Veremos sus tácticas de lobbismo a la vez que sus debates internos, que a menudo dan una fuerte impresión de disonancia cognitiva, al tratarse de un sector que está pudiendo hablar en contra del feminismo porque los avances feministas las han legitimado para ello (vamos, como ocurre en la actualidad con las mujeres antifeministas). El recurso a los maridos y a los hombres en general es habitual, además de una acusada jerarquía en base a quién cumple mejor los privilegios sociales de mujer blanca heterosexual con pasta y capital social en base a su familia (que incluye mucha descendencia y un marido bien posicionado). Con las derrotas permanentes que va teniendo este sector, acabaron afinando las estrategias hasta unirse con sectores de mujeres ultraconservadoras vinculadas a sectas de extrema derecha y al propio Ku Klux Klan. La líder en la que se centra la serie es Phyllis Schlafly, que provenía de la vida política ultraconservadora y que derivó hacia su odio al feminismo, a las personas no cisheterosexuales y más adelante también contra las personas migrantes (para sorpresa de nadie). No obstante, la serie tiene el acierto de colocar también las fuertes disidencias internas hacia su izquierda que acabó teniendo este sector, que van desde feministas republicanas que comenzaron a trabajar dentro del gobierno de Gerald Ford, hasta mujeres que comienzan a plantearse que las feministas no son ni mucho menos su enemigo.
En resumen, muy completa, entretenida, cuidada y recomendable.
Título original: The Secret of NIMH
Dirección: Don Bluth
Guion: Don Bluth, John Pomeroy, Gary Goldman, Will Finn, Ken Anderson. Música: Jerry Goldsmith
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Aurora Productions, Mrs. Brisby Ltd País: Estados Unidos
Año: 1982 Duración: 82 min.
Una comunidad de ratones vive en un campo, sobreviviendo para evitar que su casa termine convertida en un pasto de sembrado o servir de comida para otros animales. Para ello buscan relaciones con otros roedores y animales afines de la zona, que les ayudarán y les acogerán en la medida de la posible. Junto a las cuestiones fantásticas y la antropomorfia de quienes protagonizan el film, lo que nos pareció interesante de esta película es el colocar animales que normalmente están estigmatizados con sus estrategias de resistencia frente a humanos y otros animales, y también con sus disputas internas, luchas de poder y divisiones. Situaciones que recuerdas precisamente a las de los movimientos de resistencia en la realidad.
Una madre originaria de Hegoalde que vive en Iparralde cruza el Bidasoa con sus hijes para pasar el verano en la casa de su madre. Desde las primeras secuencias no se oculta que hay diversos problemas familiares alrededor de diversa gravedad, pero de entre todos la película sitúa el foco en una de sus hijes, que se siente mal y que quiere ser tratada en femenino y con un nombre diferente al que le pusieron. La película trata el tema con mucho mimo, exponiéndolo gradualmente y sin minusvalorar que las vidas son más completas y no es la única cuestión que genera tensión en la familia, como pasa en muchas otras películas que tratan las infancias trans. Vemos un arco de personajes muy variado en relación a la identidad trans de la niña, con reacciones que varían desde la aceptación rápida, la incomprensión, la ignorancia, el rechazo…
Esta comedia nos coloca en la vida de Jacinto, un torero independentista catalán que se siente discriminado por ser catalán y no ser llamado para torear. Además, va cosechando pasiones sexuales a su alrededor, a menudo fetichizándolo como torero. Bajo este argumento, la película nos muestra una cosmogonía llena de contradicciones, en la cual confluyen animalismo, movimientos catalanistas, feminismo, trabajo sexual, persecución policial y corrupciones políticas. Las críticas al Partido Socialista, recién llegado a las instituciones del estado, son muy duras, situando a sus dirigentes como unos apalancados ya alejados de la necesidades reales de la sociedad que sólo piensan en su salario y en cómo promocionar (vamos, lo que ocurrió en la realidad). El feminismo es un tema muy presente en el film, en especial la defensa del aborto libre y gratuito y la represión que seguía pesando hasta la primera ley de 1985 hacia las personas que abortaban, que practicaban abortos o que facilitaban de alguna manera que se diera esta situación.
En resumen, estamos ante una comedia política bastante escorada a la izquierda con mucho contenido sexual. Recomendable.
Estamos ante la biografía cinematográfica de Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, militar y noble castellano que en 1629 fue capturado por el pueblo mapuche en el contexto de la resistencia a la invasión y colonización de la Araucania. Lo que vivió en esta época lo plasmó en un libro que causó revuelo entre las élites locales y metropolitanas, Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile, ya que ofrecía una visión mucho más humana del demonizado pueblo mapuche, y porque lo situó dentro de sus cánones como más “civilizado” que la Monarquía Hispánica por su forma de vida y por el trato recibido.
Núñez de Pineda pasó seis meses de cautiverio conviviendo como un habitante más de la comunidad mapuche que lo había capturado, estableciendo lazos afectivos e incluso sexuales con miembros de la comunidad, sin ninguna retención más allá que los peligros naturales que podía correr si huía. Frente a esto, las condiciones de esclavitud y el maltrato que corrían las fuerzas mapuches capturadas salta a la vista, incluyendo matanzas para dar escarmiento.
Esta película mexicana es sin duda pionera en el cine carcelario sobre mujeres. El hilo conductor es la trampa en la que cae Angelina, la protagonista de la película, por la que le acusan del asesinato de un antiguo novio. Así pues, al entrar en la cárcel se da de bruces con toda la situación de violencia permanente y problemas estructurales que convive dentro de los muros. Tenemos el habitual maltrato de los carceleros, la típica carcelera frustrada con fijación por hacer daño a algunas presas en particular, y la infinidad de reclusas que están ahí por sus condiciones económicas y que van viendo su existencia deteriorada. En diversos casos están pagando malos actos de sus novios y maridos, y a menudo son abandonadas por sus parejas masculinas, que no quieren hacerse cargo de ellas y prefieren buscarse otra relación.
La película también sitúa a las presas en rebeldía constante contra la institución carcelaria y contra el patriarcado, aunque no se nombre de esta manera. La solidaridad entre las presas es una constante que llegará hasta límites sorprendentes desde el principio de la película.
En este contexto social, es bastante deseable encontrar una pieza audiovisual que nos hable de lo que diversas ramas de la filosofía social llaman “Uberización de la economía”, en este caso en un sector que la población emplea alegremente sin pararse a pensar en lo que hay detrás. Es una historia sobre las condiciones laborales del mundo del reparto, y de las vivencias que sufren las personas que trabajan como repartidoras. En una de estas empresas trabaja Ricky, que necesita dinero rápido y por ello acepta un contrato deplorable con condiciones muy adversas, pero que le puede dar algo más de dinero si trabaja mucho. Desde los primeros minutos vemos que no le va a salir a cuenta, con diversas irregularidades, malos tratos desde el encargado, solidaridad agónica entre el resto de compañeros…
Sin embargo, la película no se queda en la lamentable vida laboral del padre de familia de toda la vida. También aborda los problemas intrafamiliares, con unos gastos inabordables, un hijo mayor adolescente que se mete en líos a menudo y una hija pequeña a la que hay que ir a buscar al colegio haciendo malabares con los horarios laborales, los vehículos, el cada vez más deficiente transporte público… Porque en esta familia la madre también trabaja, y como se asocia al rol femenino, es un trabajo de cuidados. Trabaja en el tercer sector, asistiendo a domicilio a personas dependientes, mientras tiene que sortear requerimientos imposibles para que una sola persona atienda en tan pocas horas. Una crónica más de la precarización laboral generalizada, con las nefastas consecuencias que tiene para cuidadoras y personas asistidas, pues veremos situaciones de verdadera violencia institucional hacia personas que estuvieron toda su vida trabajando, y en uno de los casos defendiendo sus derechos laborales desde la época de Thatcher.
Muy dramática y triste, pero como la realidad laboral de nuestros días. Muy recomendable.
A raíz de la inmensa cantidad de accidentes de tren que llevan ocurriendo años en todo el norte global, que han dejado miles y miles de muertes en la última década y han provocado fuertes devastaciones climáticas, esta película parece de obligatorio visionado tanto para profesionales como para quienes emplean este medio frecuentemente en transporte o mensajería.
La película es bastante explícita sobre los impactos que genera la oleada de privatizaciones del ferrocarril que llevan asolando Europa desde los años 80. En especial sobre la plantilla laboral, pero también en las infraestructuras. A finales de los 40 el sector ferroviario británico fue nacionalizado, al igual que en muchas otras partes del continente, acabando con el modelo de tropecientas mil empresas ferroviarias compitiendo entre ellas, construyendo tramos paralelos de un mismo recorrido, entorpeciendo el transporte y aprovechándose de obras públicas para su enriquecimiento, como llevaba ocurriendo en los últimos 100 años. Pero con el desmantelamiento del estado del bienestar, estamos volviendo a ese modelo que se había dado por superado por ineficaz, pero que aporta más beneficios a unos pocos que la nacionalización.
Los protagonistas de esta película son una cuadrilla de trabajadoras profesionales del ferrocarril, que por su edad parecen venir de un contexto en el que la privatización aún no se había dado, o al menos la mayoría de ellos. Su enorme experiencia se ve en todo momento mermada por las necesidades empresariales de contratos inestables y al día, separándolos a menudo, dándoles un material pésimo, o mal empleado, y obligándoles a hacer faenas con menos trabajadores de los necesarios, o sin las medidas de seguridad legales. Y siembre bajo el chantaje del despido o de la no contratación.
La intervención británica en Irak en 2003 no sólo llevó allí a sus tropas regulares, en aquel circo mediático sobre armas nucleares inexistentes que ha quedado bien fijado en la memoria colectiva. Las guerras son siempre un gran negocio para mucha gente sin escrúpulos, y las materias primas de los países invadidos no es lo único monetizable. El tema principal de la película son los ejércitos mercenarios que operan en las guerras de este nuevo siglo, como Blackwater o Wagner. En este caso, varias empresas contratistas en coordinación con el Ejército británico llevan mercenarios allá para diversas tareas de apoyo, pero Fergus, el protagonista, llega al punto de no poder más y decide volver. Allí se quedan diversos compañeros suyos, y la película empieza con el funeral de uno de ellos, en concreto de su mejor amigo.
Desde el principio, las circunstancias de la muerte de su amigo no le convencen del todo, así que decide hacer una investigación independiente. Bajo este hilo narrativo, veremos una denuncia explícita de los crímenes de guerra cometidos en Irak, de la complicidad del gobierno británico y la mano ejecutora de las empresas contratistas, de la permisividad internacional del negocio de los mercenarios, los traumas dejados por la guerra y las incapacidades de reparar el gigantesco daño sufrido en estos años por la población iraquí.