Título original: Playing for Time
Dirección: Daniel Mann, Joseph Sargent
Guion: Arthur Miller
Música: Brad Fiedel
Fotografía: Arthur J. Ornitz
Reparto: Vanessa Redgrave, Jane Alexander, Maud Adams, Christine Baranski, Robin Bartlett, Marisa Berenson
Productora: Szygzy Productions
País: Estados Unidos
Año: 1980
Duración: 150 min.
Cuando empezamos a ver la película, sin conocer su argumento, nuestro primer pensamiento fue “Oh, no, otra película más del Holocausto”. Y no es que nos parezca que sea un tema que deba permanecer en un plano secundario, sino que ha sido sobreexplotado por el cine, en ocasiones con fines comerciales y nada didácticos o concienciadores -cuando no con fines sionistas pro Estado asesino de Israel-.
Sin embargo, para empezar ya hay un elemento diferenciador de la inmensa mayor parte de las películas al respecto: se desarrolla en un campo de concentración de mujeres, en concreto en el que había en Auschwitz. Las protagonistas, mayoritariamente judías, consiguen sobrevivir debido a que el campo quería que hubiera una orquesta, primero para ponerle música al transporte de las nuevas personas que llegaban al campo, la mayoría muriendo al poco en las duchas gaseadas, y más tarde para realizar conciertos que deleitaran a las jerarquías de las SS que gestionaban el campo. Así pues, nos encontramos con una historia de colaboracionismo junto con leves intentos de resistencia, disputas internas muy fuertes, incertidumbres y con un trato entre las protagonistas bastante alejado del trato que se dan los protagonistas de las obras sobre este tema protagonizadas por hombres. Eso sí, no nos ha gustado nada la moralidad con la que se trata el trabajo sexual que ejerce una de las protagonistas. Moralidad que en ocasiones parece caer entre la realidad de los acontecimientos, pero en otras y sobre todo en último término viene a ser una criminalización de esta práctica, lo cual queda del todo desubicado si tenemos en cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial las prostitutas fueron unas de las más infalibles espías a favor de la causa aliada y soviética.
Interesante y con una visión que aporta mucho matiz a este trillado tema. Recomendable.
Por cierto, si sois suficientemente sibaritas del cine de este conflicto bélico, os advertimos desde ya que os quemarán los ojos al ver cómo los soldados del Glorioso Ejército Rojo llevan uniformes del ejército británico. Había que ahorrar en presupuesto, suponemos.
En nuestro archivo.
